17° capítulo "Motivos"

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Tarde o temprano debía reconocer que en algún momento de mi vida, tuve alguien en quien confiar, quien el día de hoy, es parte de mis problemas.

Su nombre era Lenna Kennedy, mi "mejor amiga" desde que tenía 8 años, hasta después de cumplir los 15.

Nos conocimos en 4to grado de la primaria, cuando ella era nueva en el colegio. Todos eran completamente extraños para ella, no tenía nadie con quien hablar, y ahí fui yo, a darle la bienvenida, sin pensar que pronto nos convertiríamos en grandes amigas.

Nuestra amistad era muy rara; éramos totalmente opuestas, ella era una persona un tanto manipuladora y caprichosa por naturalidad; en cambio yo, era su juguete.

Alguna vez en mi vida, escuché un gran consejo que decía "Si te gusta pasar tiempo con alguien, si te divertís con esa persona, a veces debes ignorar malas actitudes". Por ello, prefería ignorar sus malas acciones, ya que me sentía muy bien con ella.

No dudaría nunca en decir que valoré demasiado su amistad, pero sigo pensando en que ella no lo hizo tanto como yo.

Era muy difícil ver como ella usaba a otras personas, y no poder hacer nada al respecto, por miedo a que se enojase conmigo.

Las cosas malas que ella hacía, se acumulaban más y más, y llegó un punto en que yo no lo pude ignorar más.

Estallé mi furia hacia ella. Recuerdo que le dije todo lo que guardé en tantos años de amistad.

Al parecer a ella no le importó la gran amistad que yo le ofrecía, ya que nunca se dignó a disculparse, o al menos preguntar por mi, cosa que me dolió mucho.

Claramente, a Lenna se se hacía fácil encontrar otra persona para manipular, y de esta manera, cambiarme.

Pasé todos estos meses, viendo como ella era cada vez más feliz sin mi. Me sentí realmente decepcionada al ver eso, pero de alguna manera debía seguir con mi vida.

Hay veces que todavía extraño compartir momentos con ella.

Sálvame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora