Desperté y no entendía claramente donde estaba, ni como había llegado, y mucho menos qué hacía en este lugar. Poco a poco me fui dando cuenta que estaba en un hospital, y era yo la que estaba recostada en la camilla. Mi madre, que estaba a un lado, me miró con cara de preocupada.
- Despertaste corazón - Dijo con una voz dulce, que claramente odiaba.
- ¿Que hago acá? - Dije seca.
- Kevin llamó a tu puerta para pedirte que le prestes tu computadora, al ver que no contestaras tiró la puerta abajo, y te encontró inconsciente. Inmediatamente me llamó y te trajimos aquí.
Suspiré amargamente.
A los minutos, entraron mis abuelos, preocupados por mi. Mi abuela tenía los ojos un poco rojos, se notaba que había estado llorando.
- Mi pequeñita - Dijo mi abuela. Me miró apenada. - No necesito que me des explicaciones -.
- Estoy bien abuela, no te preocupes-.
Luego de un tiempo, entró el doctor, y les pidió a todos los que estaban presentes se retiren.- Descansa, si Dios quiere, pasado mañana saldrás de aquí.
- Está bien - Le dije - ¿Será que puede pedirle que no entren? - Agregué señalando la puerta.
- Bueno, yo les diré - Me dijo tomando la ficha médica, y se retiró.
Me sentí totalmente aliviada al saber que no me iba a molestar nadie por un tiempo.
Me sentí aliviada al saber que nadie me iba a molestar, y que podía descansar tranquilamente sin tener que darle explicaciones a nadie con respecto a lo que pasó.
Lo que me pregunto ahora es ¿Por qué mierda no se dieron cuenta antes? Ahora que no me vengan con un "pobresita". ¿Por qué no me morí? Así me ahorraba la lástima que me tienen ahora. ¿Reunir a toda la familia solo por mi? NO NO y NO, eso claramente no lo permito.
ESTÁS LEYENDO
Sálvame.
Teen FictionClara, una chica para nada normal, sufre depresión, y decide buscar ayuda en alguien como ella: callada, tímida y sobre todo antisocial.