Capítulo 7

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"El era un huracán y a Ella le encantaban los desastres"


Un huracán, es un viento fuerte que destruye todo lo que encuentra a su paso, esa es la mejor palabra para definir la personalidad de Lucas. No le importa a quien dañara con sus decisiones, simplemente las toma y listo. Jamás de los jamases, pude imaginar lo que pasaría esta noche, dicen que toda persona debe estar preparada para lo inesperado, pero obviamente yo formo ese uno por ciento de las personas que no lo están.

― ¡Vaya!― exclama Larisa emocionada― esa es la mejor noticia que me han dado. Yo sabía que sucedería, solo no pensé que fuera tan pronto.

― ¡Felicidades! Me alegro mucho por ustedes― una entusiasta e inocente Megan.

― La verdad, yo no me esperaba esto, pensé que primero se matarían uno al otro antes de enamorarse― dice mi padre no muy feliz― pero apoyo su decisión. ― !Estúpido Lucas! Ahora tendré que fingir delante de nuestra familia.

― ¿Y desde cuando están juntos? Bueno de verdad― pregunta Joseph, el menor de los hermanos Vandergirl.

― Desde hace unas semanas, Anielka es la mujer más maravillosa y soy tan afortunado de tenerla como esposa.― ¡Ridículo!

― Pues salud por la feliz pareja― dice papá.

― ¡Salud! Y esperamos ser abuelos pronto― Que chiste tan malo Larisa, pienso para mis adentros. Todavía estoy, no sé cómo explicarlo, pero en palabras sencillas, aun me siento idiota, de verdad Lucas no se mide, pero esta tonta broma le saldrá tan cara, que cuando reciba su herencia solo un dólar le quedara.

Simplemente me dedico a fingir que estoy rebosando de la alegría, no digo nada, solo sonrío, porque todo me lo estoy guardando para cuando me quede a solas con Lucas. Bebemos nuestras copas y el infeliz, hijo de hades me besa a su antojo, pero lo dejo, haber de que cuero salen más correas. No digo ni hago nada durante la velada, soy la esposa trofeo perfecta, sonrío, saludo, hasta lo trato con amor. Pero que se prepare, porque al llegar a casa, esto se va a descontrolar.

Yo creo que las personas cambian, cuando es su voluntad hacerlo, y tampoco sucede de la noche a la mañana, aquí hay algo que no cuadra, en primer lugar: Lucas y yo no nos llevamos bien, hemos aprendido a convivir sí, pero nada más. Tuvimos un momento de pasión, pero creo que es normal viviendo juntos, hasta el momento nada ha sucedido, bueno nada más que besos. Y tercero, la primer regla de Lucas fue: No te enamores y no me enamores. Así que no le creo ni el dos por ciento de lo que dijo.

Llegamos al apartamento a las dos de la madrugada, paso saludando a Leslie, quien se encuentra despierta aun, luego me preparo un té y cuando siento que estoy lista me voy a la habitación. Cuando entro, Lucas ya está acostado, de mi lado favorito de la cama, con toda la amabilidad que poseo le pido que se levante de la cama, y como no lo hace, le tiro cubos de hielo:

― ¡Lucas tienes tres segundos para levantarte!― por fin puedo desahogarme, pero que creen, me ignora.

―¡Uno!

― ¡Dos!

― ¿Qué diablos te pasa? ¡Son las dos de la madrugada! ¡Quiero dormir!

― Me importa un comino lo que quieras ¡Levántate!― Cuando por fin lo hace, estoy verde del coraje.

― ¿Qué??!!

― Me explicas ahora mismo, ¿Por qué les mentiste a mi papá y tu familia? Y más te vale que sea una buena explicación Lucas porque si no lo es, soy capaz...

No te enamores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora