"Perdiendo la magia" (parte 2)

10.5K 418 123
                                    

CAPITULO 18

Todo el día he traído un enorme hueco en el estómago, como un presentimiento extraño, ese sexto sentido que se aloja en el plexo solar y no te deja estar en paz; estoy ansioso y camino de aquí para allá en casa, ya estoy jugando y luego me levanto, ya estoy comiendo algo en la cocina parado y luego salgo a fumar al jardín trasero, es... como un temor no infundado, no sé qué me pasa, pero no es lindo sentirlo.

Creo que es por las regionales, sí, son hoy. Ya tengo mi traje listo, mi pantalón y camisa negros junto con unos tirantes dorados, un moño y zapatos nuevos, brillantes.

Rómpete una pierna me la paso pensando todo el tiempo, esto nos tiene que salir bien, ensayamos de acuerdo a lo establecido, tenemos una buena selección de canciones, la coreografía no tiene ni un solo error, nada puede salir mal; entonces por qué me siento tan nervioso?

No es la primera vez que estoy en un escenario frente a cientos de personas y no es la primera vez que Clara me ve cantar, pero sí es la primera vez que lo hago como Laurence y mi seguridad está flaqueando terriblemente.

Y no sólo eso, hoy es mi noche con Camila, hoy es la noche en la que perderé mi virginidad de hombre y lo haré (por fin) con ella... y no es para menos que esté aterrado, no señores, estoy en realidad que quiero salir corriendo y esconderme en el closet o debajo de la cama o cavar un hoyo y meterme ahí hasta que tenga cuarenta años.

Ya sé, estoy exagerando, pero siento el estómago en el suelo y los huevos pequeñitos, pequeñitos, asustados como cabeza de tortuga dentro del caparazón. Una cosa es tener una sesión intensa de caricias y besos y otra muy, pero muy distinta es tener relaciones sexuales, no es cosa a la ligera y sobre todo tengo que ser muy, pero muy precavido.

No tengo idea de si pueda embarazar a Camila, yo por mí, me ponía cien condones y le llenaba a ella la boca de pastillas, suena agresivo y poco romántico, pero no sería absurdamente irónico que volviera a salir embarazado?! Quiero hijos con Camz, pero no ahora, ni en cinco años siquiera.

Bueno basta! Estoy divagando demasiado, hasta las manos me están sudando. Me siento a la orilla de la cama, como hago casi siempre cuando quiero calmarme y pensar bien las cosas, estoy moviendo la pierna con rapidez y me paso la mano por el cabello, me levanto y checo por millonésima vez si mi traje y lo demás está en orden, hasta a ropa interior debe de ser del mismo color: negra.

Tocan a la puerta y no creo que sea Camila, ella ha de estar también vuelta loca vocalizando o quién sabe qué cosas haciendo para las regionales, puede ser Clara.

-Adelante-. Es Lucy, me mira con una sonrisa enorme y lleva consigo una rosa amarilla.
-Hola guapo-. Le sonrío de vuelta.
-Hola guapa-. Se acerca a mí y me entrega la flor.
-Te notas nervioso y supongo que esto te vendrá bien-.
-Una rosa-.
-No es cualquier rosa, las rosas amarillas simbolizan la amistad y eso significa la nuestra, estaré ahí para apoyarte, aplaudirte mucho y poner pulgares arriba cuando ganes las regionales-. Le beso la mejilla y tomo la flor; es hermosa, grande y muy amarilla.
-Esto me anima mucho, en serio-. Caminamos al sofá. –Lucy... hay algo que debo y quiero contarte, tú me has brindado confianza y apoyo... así que necesito decirlo-. Me frunce el ceño.
-Está todo bien?-. Me encojo de hombros.
-Depende de cómo lo tomes-. Digo con mi acento americano. Frunce el ceño aún más.
-Te escucho-.
-Qué pensarías si te dijera que en realidad no soy chico, sino chica?-. Se queda inmóvil y me mira pero no dice nada.
-Eres transgénero?-.
-Qué? No, no, no soy transgénero, ni transexual, no sé si haya diferencia en ambos, pero no, nada de eso... no-.
-Entonces? No entiendo nada Laurence y... por qué ya no hablas con tu acento inglés?-.
-Lo que pasa es que...-. Me levanto del sillón y comienzo a caminar de aquí para allá –Mira... soy... soy Lauren-. Por su mirada puedo ver que no le ha hecho nada de gracia.
-Lauren es tu prima, qué diablos te metiste? Estás drogado?-. Ahora se nota preocupada.
-No Lucy... soy Lauren, yo soy Lauren en el cuerpo de un hombre-.
-No te creo-. Me llevo las manos a la cabeza y luego me abrazo el pecho.
-Ok, escucha... hace unos meses, estando en casa de Dinah yo estaba bastante deprimida por Camila, por mi padre y por Emma, mi hija, estuvimos bebiendo y cantando y... cuando fueron las once once de la noche pedimos un deseo, no pedí ser hombre- Dije antes de que me hicieran la pregunta de siempre –Deseé reencontrarme con Lauren, pero como antes había pensado que ser hombre sería más fácil y así tendría a Camila... pues... desperté siendo... esto-. Me señalé con la mano de arriba abajo.
-No es una buena broma niño, me estas confundiendo-.
-Soy Lauren Lucy! Mira... no sé cómo hacer para que me creas, las que saben son Mani y Dinah, Zayn, Brad y Shawn... pero obvio las primeras en enterarse fueron, tus.. Qué son? Amantes?-. Intento bromear ahora sí pero no le hace gracia.
-Dame tu celular-. Me ordena.
-Qué? Para qué?-.
-Dámelo, yo no tengo servicio porque me lo cortaron en castigo, tengo que llamar a Dinah-. Se lo entregó y marca su número con manos temblorosas.

Cuidado con lo que deseas JaureguiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora