CAPITULO 34, Final
Siento la espalda dolorida a pesar de que la silla de la oficina no es tan incómoda; estiro el cuello y levanto los brazos para que los huesos de la columna se acomoden un poco. Siento que me arden los ojos y puedo apostar porque los tengo un poco rojos. Me quito los lentes y me masajeo los párpados para quitarme la fatiga.
Llevo horas fijando la vista y úrgeme un descanso.
Guardo el documento y abro las fotografías que nos tomamos cuando Zayn vino de visita a presentarnos a la que todos apostamos porque es con la que se quedará.
Su nombre es Miranda y es poco más alta que Camila, de piel morena y ojos grandes, tiene el cabello ondulado y es color castaño, pareciera que le hicieron un pellizco de nariz porque es pequeña y respingada, ríe mucho, pero no como si fuera una idiota, sino que lo hace porque es simpática y tiene buen humor. Es inteligente y también es muy cariñosa con nuestro amigo al que se le notan mucho más los años que han pasado.
Esa noche la pasamos bien y fuimos los últimos en irnos del bar; sólo decidimos irnos hasta que comenzaron a apagarnos las luces y a levantar las sillas sobre las mesas.
La novedad en sí es que... bueno, en realidad no novedad pero sí la noticia que te interesa ¿Está Camila o no embarazada? *suspiro* No, no lo está.
Dar una cantidad exacta de las veces que hemos intentado hacer un bebé son... sino infinitas al menos sí en cantidades casi industriales.
Uno puede pensar que no nos podemos cansar del sexo, bueno verán, sí, es muy posible que se canse uno cuando eso se convierte en una obligación.
Ella y yo fuimos hace un mes a una clínica de fertilidad, mi esperma está bien, lo que hace que descartemos lo que pensaba, no soy estéril y, si pensaban que más bien la que es, es Camila, pues tampoco; sólo resulta que ese condenado bebé no tiene muchas ganas de llegar y yo ya me estoy desesperando, lo mismo que ella.
Su obra sigue andando, se ha puesto en escena y ha sido presentada ya al público, su nombre aparece en la marquesina y su fotografía en los posters que se exhiben a las afueras del teatro.
La primera vez que asistí fue para la inauguración, yo sentado en primera fila mientras veía cómo nuestro preciado amigo Jonathan le abría el escote y le tocaba el seno. Negar que me sentí incómodo sería una mentira, de hecho tuve que ajustarme en mi asiento para no caer; si bien es homosexual, no quita que me ponga un poco raro el hecho de que alguien más bese o toque a Camz.
La segunda vez fue para hacerle el amor en el camerino, así nada más cuando terminó la obra y regresó tras bambalinas para quitarse el vestido y limpiarse el rostro, la aprisioné contra su tocador y se lo hice en ese preciso lugar, sin esperar a que me dijera una sola palabra, sin permitirnos los juegos previos al sexo.
Pensamos que esa noche sería la de la suerte, pero al ver que no funcionó fue que decidimos acudir a un profesional para saber qué era lo que estaba sucediendo.
-Sucede-. Nos dijo el doctor –Que algunas veces, entre más lo desea la pareja, menos llega, relájense, háganlo porque quieren hacerlo, no porque quieren un bebé-.
Muy probablemente tenga razón y sea mejor dejar que ese hijo nuestro llegue cuando tenga que llegar; bien puede ser en unos meses, bien puede ser en unos años, de cualquier forma como ahora y como antes, me acostumbré a este cuerpo, a esta voz, a esta forma de ser.
A ella también la noto acostumbrada a mí, ya ni por accidente me dice Lauren o no la descubro mirando una foto mía con mi cabello largo y mi vestido de seda. Busca con mayor necesidad mis besos y mi cuerpo.
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Cuidado con lo que deseas Jauregui
FanfictionLauren ha estado deprimida por varias razones: Emma (su hija), Mike y Camila; así que Dinah y Normani decididas a subirle el ánimo, la invitan a pasar una noche de alcohol y canciones. A las 11:11 P.M las tres piden un deseo; pero a Lauren se le cru...