Capitulo 10.

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Narra Diane.

Nos separamos gracias a la falta de aire. El me miro, todavía sorprendido de verme, puso sus manos en mi cintura y me abrazo.

-¿Que haces aquí?.-Dijo, todavía abrazándome.

-Vine a verte.- Rompí el abrazo.-Pero cuando llego me dicen que te fuiste a no se donde, que no llegaste cuando se supone que debías llegar. Cuando por fin sabemos algo de ti, es que estas malherido.

Estaba molesta por que sabia perfectamente que si yo no lo hubiera descubierto por mi cuenta, nunca me habría mencionado que estaba lastimado.

-No te lo dije porque no te quería preocupar, no quería que te pusieras justo como te estas poniendo ahora, Diane, quería evitarte  preocupaciones.-Dijo, después quiso volver a abrazarme, pero me aparte un poco, dándole a entender que no era el mejor momento para abrazarnos. Camine hacia su espalda, el volteo.

-Eso es muy raro, ya que me preocupaste 10 veces mas de lo que lo hubiera estado si te hubieses dignado a decirme la verdad.

-Bueno hijo, veo que estas bien, nosotros entraremos para que hablen.-Grito el padre de Theo entrando a la casa, le agradezco con un asentimiento.

-No hay razón para que te pongas así. Soy el Alfa, en algunas ocasiones deberé salir de imprevisto, como hoy, y tal vez en algunas ocasiones no podre decírtelo, como hoy. Pero se algo que haré cuando pase esto, se como solucionarlo,te voy a besar, como hoy.

Me miro con un poco de preocupación.

Se abalanzo contra mi besándome casi con urgencia

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Se abalanzo contra mi besándome casi con urgencia. Seguía enojada, no quería corresponder a su beso, pero segundos después lo hice con la excusa de que ¿Quien puede resistir a un beso de Theo Smith?

El beso continuo y mientras mas nos besábamos, la situación mas subía de tono. Theo se separo de mi por falta de aire, colocando su frente junto a la mía, después me abrazo fuertemente escondiendo su cara el mi cuello. Sus respiraciones eran calmadas y se sentía muy bien el contraste su aire contra mi piel.

-¿Sigues enojada?.-Pregunte, podría jurar que me lo dijo en tono burlón, retándome.

-Si.-Dije demasiado seca.

-¿Segura?.-Pregunto.

-Si.

Theo comenzó a dar pequeños besos en mi cuello. En el tiempo que llevábamos juntos, descubrió que una de mis debilidades eran los besos en el cuello.

Cerré los ojos, disfrutando y profundizando el momento, puse mis manos en su cabello, despeinandolo, dejándome llevar. Cualquiera sabría que no era mucho mi enojo.

El fue subiendo sus besos a mi clavícula, después volvió a besar mis labios.

Cuando nos separamos me observo detenidamente. Yo igual a el.

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