Es una regla que cada licántropo tenga asignada un alma gemela en esta vida...un Mate. En Chicago hay dos manadas de hombres lobo...Bloody moon, se encuentra en el Norte y Crescent moon en el Sur. Las dos manadas se dedican a proteger secretamente...
Vamos camino a casa de mis padres. Me enfoco en que estarán felices, serán abuelos. Después recuerdo que solo tengo 17 años, para mis padres, prácticamente soy solo una niña.
-Si, estoy bastante nerviosa, pero creo que lo superare, se me va a pasar, estoy bien amor.-Respiro.- Gracias, te amo.-Digo entrelazando nuestra manos.
-Te amo.-Repite y sigue conduciendo.
Cuando comienzo a divisar mi casa, cierro los ojos con tal fuerza, que temo por mis pestañas.
Mentalmente me doy ánimos y digo cosas como "Todo estará bien", "Mis padres me entenderán". Muy en mi interior sabia que no tendría tanta suerte.
Narra Theo.
Estaciono el auto encasa de mis "suegros". Me causa gracia decirles así, no por la madre de Diane, ella es una persona muy amable conmigo, su padre es otro tema.
Creo que nuestro principal problema es que tenemos demasiadas cosas en común: Celosos por mil, Sobre protectores, No muy amigables, etc.
Volteo para ver como esta Diane, y la veo bastante nerviosa, estoy a punto de decirle que volvamos otro día, pero ella habla primero que yo.
-Estoy bien, ademas..mis padres seguro ya notaron que estamos aquí, es demasiado tarde para irnos..- Dice y yo comienzo a pensar que puede leer la mente.
Asiento y observo su cara nerviosa, sonrió tratando de transmitirle confianza.
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Bajo del auto, camino hasta su puerta y la abro. Le doy mi mano para ayudarla a bajar y ella la acepta. No la suelta y caminamos juntos hasta la puerta principal.
Antes de tocar, abren esta y de ella sale la madre de Diane con una sonrisa enorme en la cara. Es inevitable que le devuelva la sonrisa, la felicidad que expresa esta mujer es bastante contagiosa.
-Hija, Theo, pasean por favor ¿Como han estado? Llegan justo a tiempo para la cena, pasen al comedor, vamos.
No nos da tiempo a contestarle cuando toma a Diane de la mano y la jala al comedor, yo sostengo su mano, por tanto, la señora Wells, también me lleva con ella.
Entramos al comedor y la madre de Diane se sienta junto al Señor Wells. Asiento en dirección al padre de Diane en forma de saludo. El hace lo mismo. Ahora recuerdo que mañana nos tenemos que reunir para ver algunas nuevas tácticas para atacar a la maldita bruja que nos ha estado molestando.
