Capitulo (30) Parte 2

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5 Meses después

-Niñas, paren.- Sus pequeños gritos siguieron. -¡He dicho que ya está bien¡.- Genial, los gritos terminaron- Alessia, si tu hermana no quiere usar un vestido, que no lo use, puede usar lo que ella quiera, si tú quieres un vestido úsalo tu.- Ojalá esta pequeña pelea allá terminado aquí.

Últimamente Alessia y Tania discuten mucho, no es que nunca discutieran antes, pero ahora es más de lo normal. Y yo estoy muy irritable gracias a que Elian está a punto de nacer, literalmente, puede llegar en cualquier momento, y aquí todos lo esperamos con muchas ansias.

Theo está más que feliz, cada que salimos a cualquier lugar, compra algo nuevo para Elian, y como las gemelas no perdonan nada, también reciben un regalo de nuestra parte. El, Theo, está con la manada arreglando las cosas para cuando no valla el siguiente mes. Él se ofreció a quedarse un tiempo en casa para cuidar de las gemelas, y en dado caso, también de Elian.

Justo ahora estoy haciendo la maleta de Elian, más bien lo que falta de ella. Casi todo estaba dentro, solo que me pareció que estaba muy frío el clima, y decidí agregar una pequeña cobija más, digo, nunca se sabe.

Escuche un par de vocecitas discutiendo, otra vez. En serio no sé por qué pelean tanto, hay momentos en los que se llevan de maravilla, y otros en los que parecen enemigas a muerte.

Lentamente camina hacia su habitación, de nuevo y abrí la puerta rápidamente. Debo admitir que en momentos sus peleas me parecen tiernas y graciosas, y esta ocasión es así, pero si comienzo a reír, ellas no pararan de pelear.

Alessia estaba poniendo a su hermana un vestido morado a la fuerza, mientras que Tania trataba de golpear sus brazos, y aveces lo lograba.

-Alessia, hija...¿Qué haces?.- Pregunté lo más tranquila que pude.

-Mamá estoy tratando de explicarle a Tania que ella es bonita usando vestidos, igual que yo, papá me dijo que me veía hermosa usándolos.- Respondió ella un poco frustrada.

Siempre he pensado que Alessia tiene la actitud de una persona adulta, todo lo contrario de Tania, quien siempre se ha comportado como lo que es, una niña.

-Mi papi siempre dice que me veo hermosa con mis pantalones y mis blusas, más que tú.- Contra ataca Tania mientras se acomoda su camiseta.

-Niñas, las dos son hermosas, sin importar que sea lo que usen, si tú. - Dije apuntando a Alessia.- Quieres usar vestido, está bien amor, y si tú. - Ahora mi dedo lo dirigí hacia Tania.- Quieres usar pantalones, igual está bien.

Alessia pareció irritada con las soluciones que les brinde, al contrario de Tania, quien se fue triunfante a seguir jugando.

Luego de unos largos minutos escuche que las niñas de nuevo jugaban en la parte de abajo de la casa.

Escuche ruidos en la puerta principal, y decidí bajar, pero Elian no me permitió ir muy rápido.

-Alessia, tranquila pequeña.-Ese es Theo, nada de que preocuparse.

Termine de bajar las escaleras y Theo ya estaba jugando con las niñas, las consiente mucho, sin embargo no estoy en posición de decir o reclamar nada, ya que yo hago exactamente lo mismo.

Me acerco a ellos y me siento en el sofá que está frente a ellos. Theo me mira y se levanta de la alfombra, donde estaban las niñas jugando tranquilas, sorprendente mente.

-Hola.-Saluda mirando mis ojos penetrante mente.

-Hola.-Respondo yo, haciendo completamente lo mismo.

Él se limita a sonreír y planta un pequeño y lento beso en mis labios.

Correspondo el beso durante algunos segundos, luego de eso, comienzo a sentir una fuerte molestia en mi estomago, una molestia que sentí exactamente igual hace cinco años.

Theo aún tenía sus labios pequeños a los míos, por lo que cuando solté un grito , o más bien gruñido, de dolor, se ahogo en su boca. Sin embargo el lo sintió y se apartó rápidamente.

-¿Qué sucede?.-Está alarmado, sabe que Elian vendrá en cualquier momento, y basándome en mi experiencia, el momento llego.

-Elian quiere nacer Theo.-Digo, y yo misma me sorprendo de lo tranquila que luzco, puede ser porque ya estuve en esta situación antes, o por qué tengo la seguridad de que todo saldrá bien, pero ahora, justo en este momento, no estoy asustada, tal ves solo estoy un poco nerviosa y ansiosa, pero no asustada.

No diré lo mismo de mi amado mate, quien en cuanto escucho esa frase de mi boca, palideció completamente, si el es de un color muy blanco de por sí, no describo ahora lo pálido que luce, o por lo menos no creo poder hacerlo fácilmente.

-Es hora...- Creo que es todo lo que saldrá de sus hermosos labios por el momento, sin embargo sé que me equivoco cuando vuelvo a escuchar su ronca y perfectamente entonada voz.- Debo llamar a Jess a que venga a cuidar a las niñas, o a mis padres, tal vez a tus padres... Debemos ir al hospital... Elian ya viene...-Lo interrumpo ya que está hablando casi atragantándose con las palabras.y cuando eso pasa es por qué está nervioso, muy nervioso.

-Todo saldrá bien, ahora sube por la pequeña maleta a de Elian, que está en nuestra habitación, mientras llamo a mi madre para que se apresure a llegar y cuide a las niñas.- Parece que lo ordeno, cuando lo pura realidad es que solo estoy hablando tranquilamente, o eso creo yo.

-Esta bien.

Theo comienza a dirigirse a nuestra habitación, mientras yo tomo el teléfono de la cocina y Marco el número de mi antiguo hogar.

Segundos después mi madre está informada de la situación, y jura estar aquí lo más rápido posible.

Theo ya está acomodando mis cosas y las del bebe en el auto, y yo, bueno, ya tengo las contracciones, si...pero no son tan Fuertes como las de las gemelas, digamos que hasta cierto punto, estas llegan a ser soportables de alguna manera, solo de alguna manera.

Esperamos por ocho largos minutos, y cuando mis padres llegaron, nosotros salimos al hospital a toda prisa.

Antes de llegar al hospital, sentí un dolor raro, fuerte, obvio una contracción, pero esta era de mayor grado, lo cual me alarmo un poco y me hizo caer que esto no es algo normal, por decirlo de alguna manera, sino que es algo hasta raro, traeré al mundo una vida, y sé que ya lo hice anteriormente, sin embargo eso no quita que esté muriendo de nervios hasta ahora.

Debí estar completamente concentrada en mis pensamientos ya que no me doy cuenta hasta ahora que ya estamos dentro del hospital.

Todo paso exactamente igual que cuando nacieron mis niñas, el mismo procedimiento, que aunque es doloroso, deja algo maravilloso, que es un pequeño ser humano, el nuevo integrante de mi familia.


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