Prólogo

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La marea estaba tranquila. Las olas rompían contra el acantilado suavemente, casi sin producir sonido. La luna se reflejaba sobre la superficie del mar, creando destellos blancos que daban un gran aspecto a la noche en aquella ciudad marina. Aquella ciudad donde tantos eventos habían ocurrido.

Muchas millas mar adentro y otras tantas en profundidad, alguien se debatía por su propia vida. Las cadenas la encarcelaban y la oprimían, sin dejarla libre. Su captora también hacía esfuerzos por mantenerla presa, en aquella prisión submarina. Era un combate desgarrador. Ambas mentes y cuerpos luchaban por el control. La fusión se removió y gritó. Intentó avanza hacia adelante en un momento de debilidad, pero las cadenas se volvieron a tensar y fue arrastrada a más profundidad. Malachite volvió a rugir.

Malachite: Déjame libre.

Volvió a tirar de las cadenas, pero solo sirvió para que le apretaran más.

Malachite: Jamás. Es hora de que pagues el precio.

Malachite gritó de nuevo, más fuerte que antes, y toda la vida marina de los alrededores escapó ante tal sonido de angustia y dolor unidos. La fusión se llevó ambas manos a la cabeza. En su interior, la batalla era desgarradora.

Lapis estaba controlando la fusión, pero no tenía ni idea de cuánto podría mantener el control contra Jasper. Ambas se estaban agotando física y mentalmente. Jasper se soltó un momento de sus cadenas. pero Lapis Lazuli fue más rápida y volvió a encadenarla. Debía mantenerse a ese nivel, o Jasper tomaría control de la fusión y el resultado sería catastrófico para las Gemas de Cristal y su planeta.

Malachite sintió algo que rompía contra la superficie del mar y se hundía a una velocidad altamente peligrosa. Un extraño orbe verde apareció. Se mantuvo varios minutos delante de la cara de Malachite, apuntándola con un rayo de luz, como si la estuviera estudiando. Las personalidades de Jasper y Lapis se juntaron por un momento, para observar con sus cuatro ojos aquel aparato.

La fusión extendió una mano para cogerlo, pero el orbe sacó varias garras y se agarraron a la mano de Malachite. Intentó quitárselo de encima, pero estaba bien agarrado. Un rayo salió del orbe y fue a parar a uno de los ojos de Malachite. Varios orbes más aparecieron e hicieron lo mismo que el primero. Malachite gritaba de dolor e intentaba luchar con todas sus fuerzas, pero aquellas máquinas podían con ella. Se dejó caer en el suelo, enredada en una maraña de cadenas y orbes verdes. Cerró un puño y golpeó fuertemente el suelo, mandando señales hacia aquel lugar, a modo de advertencia. La profundidad del océano se tragó los gritos de aquellas dos gemas unidas.

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Os preguntareis el porqué de un prólogo a estas alturas de la historia. Por si no os habíais dado cuenta, he inscrito esta historia y Ataque a las Crystal Gems 2 a los Firefly Awards. En la primera fase se dan 45 puntos, de los cuales 20 son del prólogo. Además, creo que esto podría ser una buena introducción y rellenar algún hueco en cuanto a Malachite en esta historia.

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