El sol que se cuela a través de la ventanilla del coche me ciega y me obligo a ponerme mis gafas de sol de marca, voy a echar muchas cosas de menos joder...
Me coloco mi almohada en la ventanilla y me duermo hasta que unos gritos de niños correteando me despiertan.
- Ya hemos llegado, hija.- Me despierta mi padre.
Miro el panorama a través del cristal: Toodo es un campo verde rodeado de un bosque con árboles muy altos, hay cabañas amarillas y azules separadas en distintos distritos y todo está junto a un lago muy grande. Me acaban de meter en una peli Disney, que puta mierda.
Bajo del coche y estiro las piernas. Todos los niños son más o menos de mi edad y van vestidos con unos pantalones feísimos de color caqui y camisetas de manga corta de distintos colores pero todas con el mismo logo del campamento: Que asco.
Este sitio me produce sarpullidos en la piel: el ambiente, el clima, la gente...
- ¡Hola, holaa!- Grita una loca con el pelo corto rizado y despeinado y gafas redondas con cristales de culo de botella.- Me llamo Suzie, soy la dueña del campamento. ¿Tú eres?- Se dirige a mí con una amplia sonrisa.
Mi padre saca las maletas del coche junto al chófer, mi madre no ha querido venir, estaba muy triste. Le he dicho a mi padre que podía quedarme con ella, pero no ha querido.
- ¿Y...?- Insiste en que le diga mi nombre la vieja loca.
- Jess, se llama Jessica.- Le aclara mi padre. Lo agradezco, yo solo la puedo mirar con cara de asco...
- Ooh, creo que ustedes eran los de los Angeles... Me han informado de ustedes.- Dice comprendiendo mi comportamiento.- ¿Soy rarita o algo por no ser de Texas? Que asco de vaqueros tío, que se modernicen... No he cogido un avión a primera hora de la mañana para esto.
- Sí, nosotros mismos.- Afirma mi padre dándole la mano a la tia esta.
Cuando dice eso un grupi de niñas se nos queda mirando y susurran algo entre ellas, que mal educadas... La envidia.
- Muy bien Jessica, coge tus maletas, te voy a presentar a tu hermana de campamento...- Empieza la loca a decirme.
- Yo no tengo hermanas, soy hija única, no necesito ninguna.- La corto.
- Oh, no jajajajaj, es un decir, digamos que será la chica que te ayudará a adaptarte a este ambiente.- Me corrige.
Cuando mis zapatos de marca empiezan a mancharse de barro la loca me para en frente de un grupo de 4 chicas, cada una peor que la anterior: una castaña con el pelo por los hombros y los ojos oscuros llena de pecas, otra rubia con el pelo escarola y los ojos grises, la otra morena y de piel oscura con los dientes como un caballo y la última, es mona, pero parece una monja con el pelo rubio y liso recogido con una diadema y los ojos verdes.
- Ella es Beth.- Señala a la monja.- Será tu hermana mayor en este campamento.
La monja se me acerca sonriente y me tiende la mano, quiero rechazarla pero me la atrapa y me obliga a dársela sin quitar la sonrisa.
- A las mayores, se les da la mano.- Me suelta.
- Muy bien, dejaré que os conozcáis mejor...- Suelta la vieja y se larga para dar la bienvenida a otros.
Las chicas ya no parecen tan inocentes y no sonríen tanto cuando me ven sola.
- Así que de Los Ángeles... Menuda pija nos ha tocado jajajja- Se ríe sin gracia la monja. ¿Tiene problemas o algo?
- Ya ves, pero no creo que sea mala chica, hemos tenido peores y las han acabado domando. Por cierto, soy Harriet.- Me saluda la rubia tendiéndome su blanca mano. ¿De qué va la payasa esa?
- Si pretendes que te coja eso- digo fulminando con la mirada su asquerosa mano- Vas lista mona.- Digo, y le sonrío con asco.
- Chica, vas a tener que hacer un esfuerzo, ahora seremos tus amigas aquí, compartimos cabaña...- Añade la castaña.
- Perdona...- Digo inquiriendo su nombre.
- Lucy.
- ¡Lucy!- Repito con falsa emoción.- Bueno, Lucy, YO elijo a mis amigas, y vosotras no pasáis el corte.
Todas abren la boca afectadas.
¿Qué se han creído? Mi listón es lo suficientemente alto como para no juntarme con eso... Espera ¿Compartir Cabaña? ¿Perdona?
- Oye, nosotras tampoco te hemos elegido, sólo estamos aquí para hacer tu vida en el campamento más fácil y divertida. No nos trates como a insectos.- Me espeta la chica de piel oscura.
- No os trato como a tal, os trato como campechanas. No os ralléis, pero NINGUNA llega a mi nivel.- Les suelto junto a una risa de superioridad.
- Pero ¿de qué vas? Niña mimada.
- Cara caballo.- Contraataco.
- Eh, Cynthia, déjalo.- La calma Beth.
Yo la fulmino con la mirada y me doy media vuelta con mis maletas, ni de coña voy a quedarme en este lugar.
- ¡Papá!- Grito a mi padre que está hablando con una mujer mínimamente joven con un silbato colgado del cuello y una carpeta en la mano.
- ¿Hija, ya has hecho amigas?- Me pregunta con una amplia sonrisa.
- No, quiero irme, pero ya. Aquí son todas unas barrio bajeras, ¿de qué van hablándole así?
- Va, no digas eso, seguro que os acabáis llevando bien. Beth y sus amigas son muy buenas campistas, las más populares.- Se entromete la tía.
- Ah, tu debes de ser la que asigna las cabañas, ¿Qué es eso de que comparto cabaña?- Le respondo pasando totalmente de lo que me ha dicho.
- Bueno, veo que no tienes mucha educación...- Suelta suavemente mirando a mi padre, quien se pone rojo y agacha la cabeza.
- Oiga.- Empiezo, pero me corta.
- No hay cabañas individuales, TODOS duermen en grupos de 5 o de 4. Así es más fácil hacer amigos. ¿No crees?
- No creo nada, yo me voy.
- Jess, ya hemos hablado de esto. Te quedas y vendré a buscarte cuando acabe el campamento.
- Papá, esta gente... No me va.
- Pues intenta que sí, me voy que perderé el avión.- Dice y me da un abrazo y un beso en la mejilla.- Te quiero mi niña, esto lo hacemos por tu bien.- Dice, y se marcha en el coche.
Me cago en todo, no quiero quedarme aquí. ¿Acaso saben lo que es el alcohol y las drogas? ¿La fiesta? Para ellos irse de fiesta es comer pastel de chocolate y un vaso de leche mientras juegan al Just Dance.
- Le diré a Brandon que te ayude con las maletas...- Suelta la tia, y toca el silbato para avisar a un chico que está hablando con un grupo para que venga.
En pocos segundos el chico llega junto a la pava: alto, ojos verdes y castaño. Deduzco por su musculatura que hace deporte y que le gusta tomar el sol, está moreno, mucho más que yo.
La tia le susurra algo al oído y él hace una mueca, acto seguido se marcha y me deja a solas con el chico.
- Muy bien, soy Brandon.- Dice asintiendo con la cabeza a modo de saludo y cogiendo mis maletas, podía sola pero me es más fácil que me las lleve.
- Hola.- Suelto seca. Por mucho que sea mono es un pringado más de este campamento.
- Bueno, tenía razón... Eres un poco maleducada, ¿no?
- Difícil.- Corrijo.- Y sobretodo para ti.- Insinuo y él se ríe.
- Ai mona, no te flipes, me van más... Agradables.- Me suelta y se pone en camino.
- ¿Perdona? ¿De qué vas?- Le sigo cabreada.
- Querrás decir, que a dónde voy, y voy a la cabaña 22, la tuya pijita.
- Aja.- Le suelto y le sigo.
Cuando llegamos a una cabaña amarilla donde pone un "22" pintado con pintura y a mano en la puerta, él suelta las maletas en la entrada de mala manera y se sacude las manos bajando los peldaños de la cabaña para irse.
- Eh, ¿A dónde vas? Tienes que dejar las maletas.- Le espeto.
- Eh, eh, eh, para el carro pijita, yo no entro en las cabañas de las chicas. Te he llevado las maletas, ¿no? Entonces, no te quejes.
- Uff, que desagradable eres.- Me quejo y cojo las maletas del suelo para meterlas dentro.
- No es por nada, pero si sigues con este plan, vas a acabar mal.- Me avisa y se va corriendo por el camino por el que hemos venido.
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UNA DIVA EN EL CAMPAMENTO #PGP2019
Teen FictionJessica Vince, una chica de 17 años, siempre ha sido una chica muy consentida por sus padres, iba donde quería cuando quería... Hasta que un verano la castigan cancelando el viaje que llevaba planeando desde hace dos años con sus amigas, y no sólo e...