Capítulo 26: ¿Me Quieres?

25 1 0
                                    

Silencio durante el desayuno. Una resaca inmensa nos corroe a cada miembro del campamento, incluso a la señorita Suzie quien se toma su café con la mirada perdida y con unas ojeras más grandes y marcadas de lo normal. Silencio o susurros pero nadie se atreve a hablar en un tono alto.
- Me voy a morir...- Dice Lucy estirándose sobre la mesa y cubriéndose la cabeza con los brazos.
- Me sabe la boca a corcho...- Añade Harriet sacando la lengua con asco.
- Normal, estabas muy semental ayer...- Dice Cynthia entre pequeñas risitas.
- ¿Qué? ¿Me tiré a alguien?- Pregunta entre extrañada y emocionada.
- ¡Ssshhh!- Le espeta Lucy.- Mi cabeza.- Dice seria.
- Te tiraste a un árbol tía.- Respondo y Cynthia vuelve a reir.
- No me digas...
- Sí, Lucy tiene los vídeos.- Digo mirando a Lucy quien levanta la cabeza de la mesa para mirarme con rabia.
- No tengo nada, lo grabaste tú, quiero morirme. Déjame.
- ¿En serio? No me acuerdo... Al menos está en nuestra memoria.- Se conforma Cynthia.
- Sí, como que te liaste con Louis.- Le pico, ella se avergüenza. Rápidamente me pone una mano en la boca y yo abro los ojos como platos.
- ¿Te quieres callar? Como me pillen, me muero.- Me medio suplica.
- ¿Tan malo es que te pillen con un monitor?- Pregunto con cuidado para que nadie me escuche.
- Mira, para empezar incumples las normas del campamento. Segundo: eres menor de edad y ellos no por lo que se podrían meter en un problema grabe legalmente... En caso de que digas que no fue voluntario. Por lo que muchos ni lo intentan o lo evitan.- Nos sorprende Beth llegando a la mesa, despeinada con una coleta rápida y sin maquillar ni arreglar. Tiene mala cara.
- Sí, pero existe la oscura maldición en este campamento de que todos los monitores están como un queso y no podemos ni mirarlos...- Se queja Lucy volteando la cabeza para mirarnos pero sin levantarla de la madera.
- En algunos casos... Otras se arriesgan.- Suelto y miro a Beth de reojo junto a una sonrisa pícara que se acaba convirtiendo en una mueca.
Ella no está de buen humor y no le gusta lo que he soltado, debe tomárselo como algo personal o las cosas no deben de ir bien con Brandon, no lo sé seguro pero ella me fulmina con la mirada y vuelve a mirar a su plato.
- ¿Qué...?- Empiezo a preguntar para saber qué le pasa pero Harriet me interrumpe.
- ¿Qué pasó ayer con Dylan?
Todas me miran expectantes menos Beth, quien sigue con la mirada baja, evitándome.
- Nada. Estuvimos muy cerca pero nada.
- ¿Cómo de cerca?
- Desnudos, piel con piel.- Suelto y Lucy coge fuerzas para levantar la cabeza de la mesa. Beth rota los ojos y me mira cabizbaja antes de levantar el mentón, altiva.
- ¿Lo...?- Empieza Cynthia pero no hace falta que acabe la frase.
- No. Íbamos a hacerlo, en su cabaña pero al final me dejó tirada por su amiguito Brandon.- Digo molesta y parto mi trozo de pan en dos.
- ¡Dios mío, dios mío!- Se emociona Lucy.
- ¿Cómo que te dejó tirada por Brandon?- Pregunta seca Beth.
Le miro fijamente, a los ojos, no le dedico ningún movimiento a nadie más y decido responderla:- Le vió sentado en el porche de la cabaña, cuando nos vio llegar entró en la cabaña y Dylan decidió ir tras él.
- ¿Por qué entró de repente?- Pregunta entrecerrando los ojos.
- No lo sé, a lo mejor no quería que le vieran sangrando. ¿No? Tu has estado toda la noche con él, ¿verdad?- Confirmo señalando la camiseta gris de Beth con algunas manchas de sangre en la parte del cuello izquierda.
Ella chista y se aproxima a mi.
- Estuvieron discutiendo un rato, luego salí del baño y Dylan se largó a no se donde en el bosque.
La cabaña.
- Da igual... está claro que no le importo. Podría haber vuelto conmigo... y ni me paró.
- Oye.- Me dice Cynthia cogiéndome de la mano.- Si ese chico no siente nada por ti no es tu culpa. Él sabrá.
- Pero no te quedes con las dudas.- Dice Harriet.
Yo las miro una a una hasta que me paro en Beth. Ella me sonríe cálidamente y vuelve la Beth amable de siempre.
- Olvídate de las normas, si ocurriera algo sería nuestro secreto.
- Como yo con Louis...- Dice Cynthia roja como un tomate.
- Como yo con el árbol...- Añade Harriet y todas empezamos a reír de nuevo.
Entre las risas me paro un momento para pensar, es cierto que nunca he dejado las cosas claras y aunque decida olvidarme de él nunca sabría lo que siente o no por mi. Debería hablar con él.

Como era de esperar, me ignora durante todo el día. Ni siquiera en las actividades de la tarde consigo llamar su atención, aunque nadie lo hace: todos estamos hechos polvo, así que deciden enviarnos a las cabañas antes para cenar pronto y descansar. Yo aprovecho la ocasión para arreglarme y coger determinación para atreverme a hablar con él. Las chicas me miran raro y algunas se estresa al verme caminar tanto de arriba a abajo: nunca me han visto así.
- Oye, tampoco es para tanto, sólo vas a hablar con él y saber si está jugando contigo o no.- Suelta Harriet desde su cama.
- Creo que sí es para tanto.- Suelto y decido recogerme el pelo.
- Oye, si pasara cualquier cosa, nosotras estaremos en el fuego de campamento con el resto.- Me reconforta Beth y yo le devuelvo la sonrisa. Al final decido marcharme sin mirar atrás, dejo la cabaña, el campamento y me adentro en el bosque en busca de la cabaña del árbol. No me hace falta comprobarlo, sé que está ahí, y si no lo está pues... No lo sé. ¿Volvería a buscarle su cabaña donde me dejó plantada? ¿Iría al fuego de campamento? No es plan de recorrerme el campamento sólo para encontrarle. ¿Y si está con Piper y ha pasado página?
Me detengo de golpe en medio del camino oscuro rodeado de figuras de árboles y vegetación.
La corriente de aire me levanta ligeramente la falda del vestido y yo me la bajo instintivamente, aunque sé que estoy sola.
No quiero pensar en esa posibilidad pero nunca he sabido lo que en realidad hay entre esos dos.
Cuando mi cabeza empieza a dar vueltas y los celos empiezan a comerme diviso a lo lejos un punto luminoso rojo por encima de los árboles. Me dirijo hacia él hasta que llego bajo la cabaña del árbol y mi corazón empieza a palpitar al triple de velocidad. Está aquí, he acertado.
El punto rojo debía de ser la colilla de lo que se esté fumando. Pienso y me repito varias veces lo que voy a decirle mientras escalo el tronco del árbol macizo peldaño a peldaño. Al llegar arriba todo está demasiado oscuro, la luna no ilumina lo suficiente para ver con claridad pero consigo divisar la figura de Dylan apoyada en la barandilla consumimiendo un porro mientras me mira colocarme el vestido.
- Creía que no vendrías. Después de lo de ayer.
- ¿Te... Te acuerdas?- Es obvio que sí pero necesito saber si lo recuerda todo con claridad.
- Sí. Por desgracia.
Hace una pausa antes de soltarlo pero el sonido de esas últimas palabras me hace flaquear y se me olvida todo lo que tenía pensado decirle.
- ¿Qué?- Pregunto con un picor en la garganta muy agudo que no me deje hablar muy bien.
- Soy tu monitor. No puedo relacionarme contigo Jessica. Es mejor que lo dejemos estar y nos separamos un tiempo.- Esto último lo dice sin mirarme, se gira y se apoya en la barandilla de nuevo. Suspira y acaba la oración.- Ya está, es todo lo que tengo que decirte.
Silencio.
En circunstancias normales hubiera corrido a llorar o simplemente huido ante tal humillación pero no, me quedo clavada en el suelo sin poder moverme, a escasos metros de él. Se gira pasado un tiempo para saber si me he ido pero se queda de piedra al ver que no, que sigo ahí, sin poder hacer nada, sin poder decirle lo que siento... Y eso me cabrea.
- ¿Jess?
- ¿Y ya está?- Digo al fin, ahora apoderada de la ira.
- ¿Cómo que ya está?
- ¿Dices que eres mi monitor y que por lo tanto no puedes tener nada? ¿Que te arrepientes de lo de ayer?- Se queda callado un tiempo e incluso parece que le cueste aceptarlo o que se lo piense pero asiente y le da otra calada.
- Cobarde.- Suelto.
- ¿Qué?- Pregunta confuso y yo me acerco a paso ligero. Cuando me encuentro a menos de un metro de él me detengo pero necesito verle la cara antes de soltarle lo que le pienso soltar:
- Si no quieres nada conmigo porque no te gusto dímelo, pero no pongas la escusa de que eres mi monitor porque no lo eres, es Brandon.- Escupo y no me sale ni una lágrima. Rabia contenida y miedo al ver que tarda en reaccionar. Me mira de arriba a bajo con los ojos abiertos, observandome, estudiandome, y tira la colilla apagada al suelo. No puedo creer lo que acabo de decir.
- ¿Te gusto?- Pregunta colocándose el pelo y llevándose la mano a la nuca, incrédulo.
- Pues... Sí, eso creo.- Dudo pero ahora ya es todo o nada.
- No me jodas...- ríe aliviado.- Entonces retiro lo de que por desgracia tuvimos ese encuentro ayer, princesa.
Me sorprende lo de princesa, pero me sorprende aún más la fuerza de sus brazos al rodearme y el tacto de sus húmedos y gruesos labios acariciando los míos. Es increíble, mejor de lo que había imaginado. El picor de la garganta empieza a irse pero algo en la barriga empieza a dar vueltas y no es la cena. Me pongo nerviosa pero al mismo tiempo feliz. Confusa, con muchas dudas pero sin ganas de que este beso acabe.
¿Significa que sí me quiere?
- Jess...- Me aparta un segundo pero no muy lejos de él.- Olvida lo que he dicho, ha sido un mal entendido... Te quiero.


UNA DIVA EN EL CAMPAMENTO #PGP2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora