Capítulo 32: "Charla" Nocturna

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Caminamos a través del bosque iluminando el camino con la linterna de su móvil. Por un momento pienso que vamos a la cabaña, pero me sorprende ver que nos desviamos hacia otra senda que me resulta familiar. Me he puesto una camiseta básica de tirantes blanca y he cogido una chaqueta de algodón por si refrescaba, y la verdad, creo que he sido muy inteligente.
- Oye - la voz de Dylan me sobresalta y le miro y compruebo que está serio.-¿Por qué has dicho que no ibas a cambiarte delante mío?- Pregunta mirándome directamente.
- ¿Qué?
- Lo que has dicho en la cabaña. ¿Por qué has dicho eso?
- Pues, no lo sé, ha sido sin pensar.
- ¿Sin pensar?- se para de golpe y gira su cuerpo para estar frente a mi.- ¿Te acuestas conmigo y luego no quieres cambiarte delante mío? ¿Te avergüenza que te vea en sujetador o algo? ¿Es de la Minnie?- Pregunta en tono de burla curvando una sonrisa pícara.
Me sorprendo ante su comentario y le empujo avergonzada. Creía que estaba cabreado.
- ¿Eres estúpido? Claro que no.
- ¿No a lo de que es de la Minnie, o no a lo de que no te avergüenza?- Responde en un tono más serio acercándose a mi y emprendiendo de nuevo el viaje.
- Oye, no me avergüenza... Es que no estoy de humor, las cosas no están bien, en ningún sentido.- Respondo mientras me apoyo en su brazo para bajar una roca.
- ¿Tan importante es Beth que te hace estar tan mal?- Pregunta mientras me sujeta para bajar una pequeña cuesta algo embarrada.
- No pero, también me molesta no poder pasar más tiempo contigo.- Afirmo y él se detiene en frente de mi. Me sonríe y después mira a su izquierda.
- Pues eso podemos arreglarlo. Ya hemos llegado, princesa.
Y aquí estamos de nuevo, junto al estanque en el que me desnudé por primera vez delante de él y nos bañamos juntos en pelotas, sorprendente pero no llegó a pasar nada en aquel momento.
Intento leer su mente, averiguar si quiere que acabemos lo que no se empezó aquella vez pero dudo cuando se acerca a una de las grandes rocas que sobresalen y me invita a sentarme junto a él.
- ¿No quieres que nos bañemos?- Pregunto algo tímida recordando lo de la última vez. Él se ríe por lo bajo y me dedica una de esas miradas que derretirían al propio diablo.
- Aunque me tienta y no me negaría, creo que esta noche mejor no.- Me confirma y me pasa un brazo por encima del hombro para después mirar el reflejo de la luna en el agua. Se escuchan grillos, pequeñas elipses en el agua por los peces, las hojas de los árboles zarandeándose por el ligero viento veraniego y por un momento olvido todo.
- Jess.- Me llama y me giro para contemplar su perfil serio, iluminado parcialmente por la luna.
- Dime.- Digo en un hilo de voz.
Él se gira y nuestros rostros quedan cara a cara el uno con el otro. Baja su mano izquierda y acaricia la mía mientras baja la mirada a mis labios y después a vuelve a mis ojos. Su brazo derecho sigue sobre mi hombro y escasos centímetros nos separan y pienso romper esa incómoda distancia. Me acerco a él lentamente y junto en un movimiento suave y cálido nuestros labios. Él no da el siguiente paso así que vuelvo a aventurarme y me dispongo a intensificar el beso con mi lengua cuando él se echa hacia atrás.
Me quedo perpleja. No entiendo por qué coño ha hecho eso. ¿Y lo de llamarme princesa de antes? ¿Qué está pasando?
- Creo que deberíamos ser sinceros del todo el uno con el otro.- Dice después de coger aire y apartar su mano derecha de mi hombro.
Suena muy mal. Demasiado mal. Por un momento pienso que lo ha hecho por su mal rollo con Brandon, pero de repente vuelve a mi mente la imagen de Dylan volviendo de su cabaña con Piper después de pasar un buen rato "echándola". ¿Debería haberme quedado para ver porque tardaba tanto? ¿Hicieron algo?
- No entiendo porqué dices eso. Yo soy sincera. ¿Lo eres tú?- Digo inquisitiva y molesta.
Él cambia la expresión y entrecierra los ojos, también molesto.
- Oye, ¿a qué te refieres con eso? Hablaba de sincerarnos el uno con el otro, no te he acusado de nada.
- ¿En serio? Pues no lo parecía. Deberías tener cuidado como dices las cosas. Yo no soy la que actúa raro aquí.- Suelto como reproche y más molesta que antes. Él también se molesta y se ríe incrédulo antes de llevarse la mano a la nuca.
- ¿Yo sí?
- Sí. Desde el primer momento y me estoy cansando.
- ¿De qué?
- Sé que me ocultas algo.- Suelto y él cambia la expresión, serio, traga saliva.
- ¿Me estás diciendo que tú no tienes nada que ocultar? ¿Qué eres sincera conmigo desde el primer momento?- Me juzga con la mirada y no me gusta un pelo.
- ¿Qué coño quieres decir con eso?- Digo alzando la voz. Dudo que nadie nos escuche así que tampoco me preocupa gritar.
- ¿Por qué viniste al fuego junto a Brandon la otra noche? Encima después de estar conmigo.
Perfecto. Ahora me acusa de esa gilipollez. No le doy mucha importancia porque me viene de lujo para sacarle otro temita.
- Bien. ¿Por qué tardaste tanto en echar a Piper de tu cabaña?
- ¿En serio? ¿Así te defiendes? ¿No respondes? Dejas mucho qué desear, Jessica.- Dice decepcionado y eso me cabrea, me cabrea muchísimo.
Me levanto de golpe y le señalo con el dedo enfurecida: - ¿¡Que yo dejo que desear!? ¿Y tú qué? Primero pasas de mi, haces como que te doy igual y después me traes aquí y parece que hay algo entre nosotros, más tarde me dejas plantada por tu amiguito del alma y después parece que te gusto y me lías para acostarte conmigo... ¿Y ahora esto? ¿¡Qué coño te pasa¡?- Algo de lo que le recrimino le enfurece mucho más de lo que estoy yo y se levanta de golpe para estar frente a frente, aunque él unos 15 centímetros más alto que yo.
- ¿Que te lié... Para que te acostarse conmigo?- Pregunta con los ojos oscuros llenos de ira, las cosas nasales dilatadas y en tono pausado. No respondo y él reacciona a mi silencio. - Yo no te obligué a nada. Si lo hiciste fue porque quisiste.- Se acerca y entrecierra los ojos mientras ladea la cabeza. Ya no es ira, es más bien... ¿Desprecio?
- Lo sé. No quería decir eso. No hace falta que me trates así.- Respondo aturdida. No me esperaba esa reacción. Miro al suelo y me planteo seriamente largarme de allí, esto está siendo muy incómodo y no tengo ganas de nada. Mis pies empiezan a andar en dirección de vuelta pero Dylan me coge del hombro antes de que pueda bajar la piedra.
- Hace unos años. Mi hermano mayor tuvo problemas en el campamento justo por esto.- Me cuenta. Sigo girada por lo que no le veo el rostro pero su tono no parece cabreado.- Él... Era monitor en el campamento hace algunos años, cuando yo aún era menor. Él se enamoró de una chica del campamento. A diferencia de nosotros, - coge aire - la chica sí era de su grupo y era nueva aquel año, por lo que le tocaba estar más pendiente de que no le pasara nada y así acabó encaprichándose de ella. Al principio fue correspondido, o al menos él creía eso.
Me giro para ver con qué rostro me está contando esto, se nota por su tono que es muy personal y me siento extraña por que esté confiando en mi después de nuestra discusión y su acusación.
Él me mira a los ojos y suspira antes de continuar.
- Pasó el tiempo y empezó a ponerse muy pesada y celosa. Se cabreaba por casi todo y le desprendía cada vez que alguna chica se le acercaba. Empezó a ser muy tóxico y aunque llevaran la relación en secreto él prefirió no seguir más. Creía que ese comportamiento descontrolado acabaría levantando sospechas y le perjudicaría.- Hace una pausa y yo me acerco a él para escuchar el final, aunque ya me lo imagino.- No le hizo falta seguir con ella para perjudicarse, cuando le dejó, ella se encargó personalmente de que mi hermano no volviese a pisar este campamento.- Me cuenta apenado.
- ¿Qué hizo?- Pregunto llena de curiosidad.
- Siendo ella menor, creo que ya puedes imaginártelo. Llegamos a ir a juicio y todo por esto.
Abro la boca de par en par. No puedo creer como alguien es capaz de fastidiar de tal manera a alguien sólo porque le dejara. Sé que está prohibido salir con los monitores, pero por eso no vas a juicio, sólo te echan del campamento.
- Me la estoy jugando Jess. Te lo cuento porque debes saber que aunque he vivido las consecuencias de salir con una campista de la mano de mi hermano, he decidido arriesgarme para intentar algo contigo. No quiero arrepentirme... - Me explica cabizbajo.
- Yo no soy así.
- Ella tampoco lo aparentaba.
- ¿Cómo puedes compararme?
- No lo hago, pero lo que has dicho antes me ha enfurecido mucho, lo has dicho como si te hubiera obligado a algo que no querías. Cómo...
- Ya me lo imagino.- Le corto.- Y no quería decirlo así. Dylan. Lo siento. Nunca te haría daño a propósito...
- Eso espero.- Dice sonriente. No queda ni una pizca de ira en su rostro.
- Y para tu información. Me encantó acostarme contigo.- Afirmo pero me arrepiento enseguida de lo que he dicho. ¿CÓMO COÑO HE DICHO YO ESO?
Él me dedica una sonrisa pícara y su rostro cambia totalmente de golpe. Se acerca a mi y coloca sus manos a los lados de mi cabeza entralazando sus dedos en el cabello de mi nuca. Me acaricia y me relaja muchísimo haciendo que baje la guardia y acabe devolviéndome el beso del que antes me había privado. Nuestras lenguas se entrelazan y juega con mi pelo antes de bajar la mano por mi columna vertebral hasta agarrarme del trasero y pegarme más a él. Me encanta cuando hace eso y una ola de calor empieza a invadir mi cuerpo.
Me provoca un gemido y él me castiga separándose unos centímetros de mi. Intento volver a juntarnos pero con su otra mano libre me frena poniendo su dedo índice en mis labios.
- Ahora que he iniciado la ronda de confesiones, Jessica Vince, creo que deberías proseguir contándome lo tuyo.
Me quejo. No quiero hablar ahora y él lo sabe. Disfruta viéndome sufrir así: deseando que siga, sabiendo que yo quiero que no pare, pero queriendo algo a cambio.
- ¿Qué quieres saber?- Pregunto juguetona besándole primero la mandíbula y luego bajando por su cuello. Su respiración se entrecorta pero quiere seguir con el juego.
- ¿Qué tramas con Brandon?- Pregunta al fin, lento, con precisión, apretando más mi cachete.
- Nada. - Paro y le miro a la cara. Estoy cachonda y no me apetece discutir eso ahora.- Solo me lo encontré mientras esperaba a que echaras a esa zorra de tu cabaña.- Afirmo mientras le desabrocho el pantalón sin desviar mis ojos de los suyos. - Charlamos y le convencí de que no había nada entre nosotros.- Le bajo el pantalón y se queda en calzoncillos.- De nada.- Digo altiva.
Él me mira de arriba a bajo y después vuelve a deborarme antes de apartarse y quitarse la camiseta.
- No tienes que volver a preocuparte por esa "zorra"- Me explica al oído y el calor de su aliento en mi lóbulo me saca de mis órbitas.
Los ojos me brillan, los ojos le brillan. Quiero hacerlo, quiero que me toque y me acaricie y no quiero que se separe de mi.

UNA DIVA EN EL CAMPAMENTO #PGP2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora