Capítulo 25: Próximos

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El camino hacia el estanque nos lo pasamos callados. Aunque haya accedido a venir conmigo sigue molesto con Chase y conmigo, esta ni ha sido una buena semana y echo de menos nuestros encuentros en la cabaña del árbol... Por un momento me planteo cambiar de rumbo e ir allí, estar más cómodos y sin tener que preocuparnos por si alguien pasa porque no pueden vernos, pero entonces Dylan se detiene y veo delante suyo el diminuto lago rodeado de vegetación y rocas y como la luz de la luna lo ilumina en esta oscura noche.
Dylan se queda quieto y no hace ni dice nada, está claro que voy a tener que dar el primer paso.
No me cuesta nada el hecho de acercarme al agua, desabrocharme el vestido lentamente y desnudarme completamente de espaldas a él. Estoy borracha y la verdad es que no le presto mucho atención a lo que hago y me guío por impulsos. Empiezo a meterme en el agua y para mi sorpresa está tibia. Antes de meterme del todo me detengo cuando el agua me llega por las rodillas y me hago un moño recogiendo mi cabello para que no se moje: ya me lo he lavado antes. Mientras acabo de hacerme el moño noto como Dylan empieza a meterse en el agua detrás de mi y me adelanta metiéndose de golpe, yo le imito y me meto entera antes de que él se gire para verme. Y aquí estamos. Dos adolescentes desnudos en una charca mirándose el uno al otro. Fijamente, sin movernos.
- ¿Por qué me has traído aquí?- Pregunta al final.
Antes de responder me concentro en el brillo de sus ojos y el reflejo de la luna, sus labios gruesos y su pelo peinado y fino. Poco a poco me voy acercando a él hasta que mis rodillas chocan con su pierna. Se me ha olvidado responder la pregunta. Escasos centímetros nos separan pero ninguno rompe la distancia. Quiero tocarle, abrazarle, despeinarle, besarle... Pero ninguno de los dos lo hace.
- ¿Por qué me hablas tan mal?- Pregunto dejándome llevar.
Él se calla y sigue mirándome. Noto como se aparta un poco pero me molesta y cojo impulso para cogerle y pegarme a él. Ahora mis piernas encajan con las suyas, noto que no lleva calzoncillo por el roce con mi muslo pero no le doy importancia, yo tampoco llevo nada. Ahoga un sonido y yo le rodeo con mis brazos la cabeza por encima de sus hombros. Sé que mis pechos le rozan el pecho pero no le doy importancia, sólo quiero estar pegada a él, como Harriet con su árbol.
No me aparta. No se molesta ni hace nada. Bajo la cabeza a su cuello y me hundo en él. Entonces lo noto, su mano recorre mi espalda y se detiene en mi cintura, por un momento pienso que me va a apartar pero no lo hace. Su otra mano se coloca al otro lado de mi cintura y acaba subiendo por mi espalda para acercarme más a él. Ahora mis pechos se aplastan en su torso y mis piernas rodean su cintura, quiero besarlo y parece muy facil, se encuentra muy muy cerca de mi, siento su respiración pero entonces contesta.
- No lo sé.- Dice entrecortado. A los dos nos falta el aire.
Levanto la mirada y veo que él mira hacia abajo confuso, y yo me siento igual. ¿Pero qué estoy haciendo?
- ¿Qué no sabes? ¿Por qué me hablas así o qué haces con tu vida ahora mismo?- Pregunto molesta.
- Las dos.- Responde al final con un suspiro. Me siento estúpida. Estoy desnuda y metida en una puta charca con este y ¿se atreve a decirme que no sabe qué hace conmigo?
Lo aparto de golpe y del impulso él se golpea la espalda con una roca que estaba justo detrás suyo. No le presto importancia y me dirijo a salir de ahí.
- Espera Jess, espera.- Me dice nadando detrás de mi y alcanzando mi muñeca. Me estira de nuevo hacia a él y encontrándose detrás de mi noto como me rodea la barriga y me abraza sin querer dejarme ir. Sus brazos rozan mis pechos y su cara se hunde con fuerza en mi cuello. Un escalofrío recorre mi cuerpo y no me siento cómoda.
- No, déjame irme.
- Acabamos de llegar, siempre huyes de todo Jess.- Me dice molesto abrazandome más fuerte.
Entonces lo hace, respira hondo y me besa el cuello con cuidado. Me pongo del revés ante lo que acaba de hacer, mis hormonas se revolucionan y mi cabeza empieza a ceder y a no enfadarame.
- Va...- Le digo sin seguridad en la voz.
Él desliza la punta de la nariz por mi cuello de forma ascendente y me besa por detras del lóbulo de mi oreja. Me estremezco, no puedo evitarlo y ahogo una especie de gemido. Él me escucha y pega su cuerpo aún más al mío hasta que puedo volver a sentirla contra mi espalda. Vuelve a hacerlo y me tapo la boca con la mano.
- ...Jess...- Me susurra al oído.
- ¿Q-Qué?- Medio digo medio pregunto.
- Ven conmigo esta noche.- Me pide.
No sé si es por el alcohol, porque estamos borrachos o porque de verdad siente algo por mi, pero yo cedo sin duda ante esa proposición.
Salgo del agua y me pongo el vestido a espaldas de él y me ayuda con la cremallera. Vuelve a cogerme de la cintura y a hundir su rostro en mi cuello cuando decido no ponerme las bragas. Se las doy.
- ¿Y esto?
No hace falta que conteste, nos reímos juntos y emprendemos el camino de vuelta a su cabaña. Lleva mal abrochada la camisa, los pantalones no tienen el cinturón abrochado y yo no llevo bragas y mi peinado ahora son mechones sueltos y otros medio recogidos. Me coge la mano durante la vuelta y me estira para llegar más rápido: En condiciones normales, no me meto en el bosque de noche ni loca.
Al llegar a las cabañas empiezo a preguntarme el motivo por el cual no nos hemos quedado en el lago y lo hemos hecho ahí. Brandon, rodeado de algunos campistas medio borrachos, está sentado en los peldaños de antes de entrar a la cabaña de Dylan sujetando un pañuelo rojo en su nariz: el pañuelo es blanco en realidad y está manchado de sangre.
Dylan reacciona instintivamente y me suelta y aparta a los campistas. Le pregunta nervioso que qué ha pasado pero él no quiere responder. Me mira de arriba a bajo y luego vuelve a mirar a su amigo.
- Espero que te lo hayas pasado bien.- Dice antes de levantarse y entrar dentro.
- ¿Qué?- Pregunta Dylan confuso. Entonces se gira, me mira con pena y entiendo lo que significa esa expresión facial: se acabó la fiesta.
Suspiro y decido irme corriendo a mi cabaña y meterme debajo de las sábanas intentando no recordar todo lo que ha pasado y lo que podría haber pasado.
- ¡Jess!- Me llama al ver que me marcho. Pero tampoco insiste mucho ni corre detrás de mi y eso es algo que me molesta.
No he averiguado si le gusto, no sé si de verdad siente algo por mi, no le he besado y no hemos hecho el amor... Por poco.
Cada vez empiezo a pensar más en que me estoy creando una paranoia mental por un chico que ni siquiera piensa en mi y no me lo merezco. Va a ser hora de ir olvidando.
Cuando llego a la cabaña no hay nadie. Todas siguen de fiesta pero no tengo ninguna gana de volver, así que me pongo el pijama y decido acostarme antes de que se me pase la borrachera. Mañana sobria todo se vería mucho mejor... O no, lo que estaba claro es que a Dylan no le importaba y eso me jodía más que nada.

UNA DIVA EN EL CAMPAMENTO #PGP2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora