Capítulo 9

569 34 2
                                    

-Dime que es una broma.-solté

-No, no lo es.

-Pero mamá, ¿qué dijimos de traer a los del trabajo a casa

-Ya lo sé, pero ellos no son malos chicos, y tienen tu edad, más o menos. Te gustarán.

-No me hace ni gracia que vengan, pero si eso te hace feliz, esta bien.

-Sí, me hace muy feliz. Es importante para mi Eli. Ellos son increíbles y para mi trabajar con ellos no se me hace pesado. ¿Entiendes por qué quiero que los conozcas?

-Para que vea lo maravillosos que son.-rodé los ojos.

-No, bueno, en parte si. Pero quiero que lo más importante en mi vida, que eres tu, se lleve bien con otra cosa que es importante para mi. Me sentiría completa.

Le sonreí con dulzura a mi madre. La quiero mucho, y si por ella tenía que cenar con cinco chicos un poco inmaduros por lo que me había estado contando, pues lo haré. No iba a ser tan terrible, ¿o si?

-Ahora lo entiendo mejor.

-¡Ah! Otra cosa, llevarás vestido.

-¿¡QUÉ!?

-Sí, mañana te doy el dinero para que vayas con tus amigas por la tarde y te lo compras.

-Pero, ¿por qué vestido?

-Eli, tienes un cuerpo bonito, eres hermosa. No quiero que vean a mi hija con unos simples pantalones.

-Mamá, eso es mala idea.

-No, la idea es buena. Y no acepto un no por respuesta. Tu padre esta de acuerdo con que tienes que lucir mejor esos pechos que Dios te ha dado, porque yo no te los dí.

Abrí los ojos sorprendida. Mi madre era de abrir la boca fácilmente y me dio miedo que soltara alguna gilipollez en la cena.

-Me compro el vestido si prometes no avergonzarme en la cena.

-No me puedes decir eso. ¡Sabes que me encanta avergonzarte! Te pones tan adorable...-se quejó.

-O eso o no me pongo vestido.

-Esta bien, esta bien. -dijo dejando ir un suspiro y levantando los brazos en señal de derrota- Prefiero que lleves puesto ese vestido.

Me duché, cené y me fui a dormir sin decir a penas palabra. No es que me hiciera mucha ilusión conocer a esos chicos pero si para mi madre era tan importante entonces tenía que esforzarme para caerles bien.

Me levanté con un dolor de cabeza increíble. Me puse las zapatillas y fui hacia la ventana y la abrí. Hacía mucho frío así que no la abrí del todo, el tiempo era realmente un asco. Nubes grises por todas partes cubrían el cielo, las cuales amenazaban de lluvia. Por suerte iba a ser el último día de clases antes de empezar las vacaciones de invierno. Solo una mañana más y iba a tener dos semanas y media para dormir, relajarme, comer, dormir, salir por ahí, desconectar, dormir, engordar, ser feliz, ¿he mencionado dormir?

Antes de ir camino al instituto mi madre me dio dinero para ir a comprarme el vestido. Lo fuerte es que me dijo que me gastara todo lo que quisiera. Me dio ciento cincuenta libras porque dijo que vio uno precioso en una tienda cerca del Picadilly Circus que valía eso.

La verdad es que me dejó muy impresionada, pero no le dije que no quería ese dinero. Pensé en comprarme uno barato y ahorrar lo que sobrara. Aunque si veía uno que era precioso pero era caro me lo compraba igual porque hacia tiempo que no me daba un gusto.

Nada más llegar al instituto le comenté a las chicas que me tenían que acompañar a comprar el vestido para la cena del sábado y estaban encantadas de ayudarme a encontrar el ideal. También conté que tenía nuevo teléfono e intercambiamos números.

En la hora del desayuno, como de costumbre quedé en ayudar a Evan. Lo primero que hice fue que me diera su número de teléfono, y yo a él le di el mío. Una vez empezamos a estudiar le conté que me tenía que comprar un vestido para una cena con el nuevo grupo de mamá. A él no le hizo la misma gracia que a las chicas, es más, se molestó.

-¿Vas a ir con vestido a una cena con cinco chicos más grandes que tu?

-Si.

Resopló.

-Eli se te van a comer viva.

-Mamá dice que son buenos chicos. Venga Evan, no hace falta que te pongas así. Es solo una cena.

-Con cinco chicos.-concretó.

-Y mis padres.

-Eso no evitará que te miren o piensen cosas que no tienen que pensar.

Me reí al ver que se preocupaba por mi y que estaba exaltado.

-No te rías Eli. Todo para ti tiene su lado gracioso o siempre te ríes cuando se trata de algo que es algo serio. ¿No ves que la gente de tu alrededor se preocupa por ti?

Quise llorar, quise gritarle, quise pegarle. Pero me contuve. Antes lloraba por todo, pero des de que decidí no llorar más por el pasado me cree una fachada que era reírme por las cosas que eran insignificantes. ¿Que se preocupaba por mi? ¡JÁ! Que cojones iba a saber él lo que era preocuparse de alguien con problemas reales y no esas mierdas.

-Siempre igual.-le dije demasiado tajante- ¿Por qué no me puedo reír? ¿Por qué no puedo llevar un vestido? ¿Por qué no puedo cenar con cinco chicos? ¿Por qué no puedo sentirme querida por alguien desconocido? ¿Por qué no pueden pensar cosas sobre mi? ¿Como que soy atractiva o algo por el estilo? ¿Es que no me merezco a caso algo así?

Me levanté del sofá y tiré el libro de química sobre la mesa. La gente de nuestro alrededor fijó sus orejas completamente en mi. Estaba dispuesta a irme de allí, a largarme de toda esa gente que me estaba mirando como si fuera un bicho raro. Dispuesta a encerrarme de nuevo en mi habitación y no salir nunca. Dispuesta a esconder mis sentimientos, otra vez. Dispuesta a muchas cosas. Pero en ese momento Evan me cogió de la mano, me giró hacia él y me agarró la cara con las dos manos. Estábamos muy cerca y noté como mis mejillas iban cogiendo color. 

El corazón me palpitaba muy deprisa y lo único que quería era salir de allí. Nunca se me había dado bien montar numeritos delante de la gente. Y lo peor era que Evan estaba demasiado cerca de mi, y esa gente podría estar sacando conclusiones que no eran.

Intenté zafarme de él, fue imposible.

-No te puedes reír porque no mis celos no me parecen graciosos. No puedes llevar un vestido porque si con una simple camisa y unos pantalones estas preciosa no quiero saber como estarás si llevas vestido. No puedes cenar con cinco chicos porque me moriré por dentro pensando en lo que debes estar haciendo, y en lo que pasaría si a alguno le gustarás. No puedes sentirte querida por un desconocido porque en estos momentos estas siendo querida por mi. No pueden pensar cosas de ti porque los celos me matarían y yo los mataría a ellos. No solo eres atractiva, sino, que eres jodidamente increíble y me jode que así sea porque te quiero solo para mi. No solo te mereces eso, sino que te mereces una infinidad de cosas que me dan miedo que no estén a mi alcance para poder dártelas. Porque Eli, estoy enamorado de ti des de la primera vez que te vi. Y aún no te conocía, cuando empecé a hablar contigo pensaba que el corazón se me iba a salir de su sitio. Y cuando te conocí pensé que me había muerto y estaba en el mismo cielo. 

Déjame Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora