Capítulo 26

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-Es que, mírate, no pegas con él. No eres para él. –sacó un cigarro y lo encendió- Y te darás cuenta demasiado tarde. –sacó el humo- Pero tu misma, estás cavando tu propia tumba.

-Y eso me lo dice la que se destroza la vida fumando, la que cava su tumba eres tú.

Contesté desinteresadamente, no estaba dispuesta a que me doliera lo que me estaba diciendo.

-Bueno, yo al menos tengo el control sobre ello. Cuando quiera, lo dejo y ya. En cambio, tú…-se rió- lo vas a pasar mal, no lo tienes controlado. Y él cuando vea que ya no le sirves, se buscara a otra.

-¿Cómo hizo contigo? –la miré fijamente- Yo no soy la que esta jodida. Eres tú, la que no lo supera.

-Oh venga, él aún me quiere. –me reí irónicamente- Y cuando se dé cuenta, habrás sido solo un polvo.

-Me pareces una persona patética y vacía. Y por eso él te dejó, ya no había nada de interesante en ti, perdiste la gracia. Y eso te va a pasar con todos los chicos cuando vean cómo eres realmente. Siento pena hacia ti.

Se quedó callada un momento.

-¿Pena hacia mi? Ten pena de ti. Que aquí no encajas. Eres vulgar y muy poco femenina. Cuando él vea, que está con un hombre con coño, ¿cuánto va a tardar en dejarte? –Se acercó a mi- Ahora se hace famoso, y tiene a millones de chicas, ¿va a querer conformarse contigo? ¿Querrá decir a los medios que es tu novio? –Alzó las cejas- No.

Eso me dolió, pero no iba a dejar que me viera mal.

-Aplícate el cuento, que estás enferma. ¿Va a querer estar con una enferma mental? Ya te lo digo yo: NO. –respaldé la espalda en la silla- ¿De verdad que metiéndote conmigo por algo que fue tu culpa te vas a sentir mejor? Pues adelante, hazlo, yo no tuve la culpa de que tú no supieras cuidar una relación con él. Harry perdió el interés en ti, y se acabó lo que fuera que tuvisteis. ¿Tanto te cuesta aceptar que lo has perdido que lo tienes que pagar con los demás? Y otra cosa, -me levanté de la silla- ¿te crees que ir vestida más provocativa hará que quiera algo contigo? –me coloqué bien la cola- ¿Lo ves? Patética.

-Eres horrible.

-Recoges lo que tú misma siembras. –le advertí.

Me encaminé hacia la puerta.

-Lo que te pasa a ti es que sientes celos de mi cuerpo, porque es mejor que el tuyo.

-¿Sí? Bueno, pues que rápido se ha acostumbrado Harry al mío. –me paré en la puerta y me giré mirándola- Y como lo disfruta. –y me fui.

El corazón me iba a mil. Lo mejor de todo fue la cara que se le quedó. Me empecé a reír hasta que llegué a la cocina y vi a Louis y Harry que estaban hablando y parecía serio, así que me quedé en la puerta. Parecía que no se hubieran percatado que estaba ahí. Ya no había gente en la casa, y se les oía perfectamente.

-Harry, se lo tienes que decir, de otra forma, va a ser peor.

-No lo va a aceptar.

-Harry…

“¿Quién no lo va a aceptar? ¿De qué están hablando?” Pensé.

-Solo digo que intentaré ocultarlo y cuando sea demasiado tarde…Probaré a que lo entienda.

Louis bufó.

-¿Y por qué no se lo dices ahora?

-Porqué se va a enfadar, y quiero estar con ella lo que pueda.

Abrí los ojos. Estaban hablando de mi. Intenté irme sin hacer ruido, pero el destino me jugó una mala pasada y me di con el marco de la puerta y los dos se me quedaron mirando.

Déjame Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora