Déjame Amarte.

Capítulo 12

-Pensaba que no iba a tener problemas. Eres un dolor de cabeza.

-¿Perdón?-Le gruñí.

-Te vi en la cafetería y me gustaste. Dos meses después, cuando consigo sacarte de mi cabeza, apareces con este acojonante vestido y encima cantando una canción que me encanta. Y cuando pienso que es una jodida señal del destino veo que tienes a alguien.

-Deja las drogas. Son malas. –le dije y me reí de mi idiotez.

-¿Qué te pasa conmigo? ¿Qué te he hecho?

-Esto es increíble. Me preguntas cosas muy simples. ¿Te digo algo? –dije levantándome de golpe- No soy un trofeo, y permíteme decirte que veo que todas son un trofeo para ti. Y yo no quedo bien en una estantería.

Fui a darme la vuelta, pero el me cogió del brazo y me pegó a él. Tenía una pierna metida en entre las mías y mi pierna derecha entre las suyas. Él tenía una de sus manos en lo bajo de mi espalda. Podía notar su respiración sobre la mía. Muerte, pedía morir.

-Des de el primer momento en que te vi no te vi como un puto trofeo. No trato a las mujeres como trofeos. No busco ningún trofeo. Busco a alguien de verdad.

Una vez dicho eso me beso. No me lo esperaba. Fue un beso increíble. Los dos nos dejamos llevar. Nuestras lenguas pedían más. No paraban de buscarse la una con la otra. Y Harry me mordía los labios.

Pero la realidad me golpeó la cara. ¿Me iba a dejar influenciar solo por esas palabras? ¿Qué cojones estaba haciendo? No quería ser una chica fácil. Además, tenía a Evan. Y hacerle esto a Evan no estaba bien. Así que para zafarme de Harry le mordí la lengua. Gruñó al separarse de mi.

-¿Te crees que por decirme eso ya me tienes?

Suspiró.

-¿Qué coño…? –respiró hondo- Estas enferma. –Se pasó la mano por el pelo. Dios como me ponía- Me sacas de mis casillas. Escúchame. Para que te entre en la cabeza. –Se quiso acercar a mi pero hice un paso hacia atrás- No soy como te piensas, joder. Todo el jodido mundo se piensa que soy un mujeriego. No entiendo el motivo. ¿Sabes? Solo se me acercan chicas de plástico. A veces les hago caso porque estar solo es una mierda. Pero no a todas. Y cuando te vi con esa ilusión al ver aquella máquina de música. Pensé que…No sé en que pensé. Simplemente te vi ahí, y me acerqué. Tenía que conocerte.

-Hay más chicas ahí fuera. –dije de forma seca.

-No como tu. Ellas no son tu.

-Oh venga…-rodé los ojos.

-No me jodas, Eli. Estuve frecuentando la cafetería hasta hace poco. Me negaba a poder perder a lo único que me mantenía los pies en la tierra. No veas lo jodido que me dejaste cuando me hablaste de esa forma.

-Las chicas de verdad suelen tener los pies en la tierra. Hay muchas como yo. Simplemente plántate ahí sin decir nada o con tan solo decir una palabra y ya verás como te hablaran igual que yo.

-¿No lo entiendes? ¿Qué tanto te cuesta?

-¿Qué no entiendo? ¿Qué tienes paranoias? Harry solo te fijaste en mi por la forma en la que te hable porque no fui como las demás. No hay más.

-Ninguna chica antes me había hablado así. Puede que fuera eso. Pero des de que soy conocido las chicas intentan coquetear conmigo aunque sea un gilipollas, pero antes de serlo también hacían lo mismo. Nunca, y créeme, NUNCA, nadie me había llamado la atención tanto como tu. Es la forma en la que me miras, la forma en la que te sonrojas si me acerco, y la forma en la que me hablas que me hace pensar que si no te tengo se me puede ir la cabeza. Tengo una sonrisa de gilipollas des de ese día. Sobretodo cada vez que recuerdo como te diste la vuelta triunfante dejándome con la palabra en la boca. No sabes como me puso eso. Y llego y veo a mi puto ángel vestido de esa forma. Haciendo algo tan común como cantar y me he tenido de estar para no subir las cuatro escaleras que nos separaban, cogerte, llevarte al cuarto y besarte hasta que se me gastaran los labios. ¿Qué digo? Aunque se me gastaran seguiría besándote.