Capítulo 16: ¡A la policía!

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Era por la tarde, yo estaba con Carlos en mi habitación charlando sobre cómo podríamos solucionar el problema con aquellos chicos.

- Quiero ayudarte, pero no sé cómo... No puedo ir contigo...

- Si te ven conmigo, corres peligro y no quiero que te pase nada

- ...¿Y si voy yo sola?

- ¿A dónde?

- A denunciar a esos chicos... Así te dejarán en paz

- No tienes pruebas, no se lo tomarán en serio

- ¿Quién ha dicho que no tengo pruebas? El simple hecho de que ellos vayan armados por la calle ya es de sospechar

- Tienes razón, buena idea

- Decidido, voy a salir ahora a buscarlos y a llevarlos al policía

- Ten cuidado... Te voy a acompañar, son peligrosos y así te muestro quiénes son pero me esconderé para que no me vean

- Vale

Le puse a Carlos una gorra con la que no se le veía casi la cara y una gafas y salimos de mi casa en dirección al parque. Allí Carlos me enseñó que unos chicos que había allí, eran los que le amenazaban. Nos acercamos a ellos y efectivamente, iban armados.

- ¿Qué queréis?-dijo uno de ellos

- Hola, emm ¿serían tan amables de indicarnos dónde está la comisaría?

- ¿No sabéis dónde está?

- No... Somos nuevos por aquí...

- Está bien... Seguirnos

Les seguimos y nos llevaron a la puerta de la comisaría. Entré con Carlos y les dije a los policías que había unos hombres armados y parecían un poco sospechosos. Carlos les dijo que le habían amenazado varias veces, pero que no dijeran nada de que fuimos nosotros quien se lo contó, el policía afirmó y prometió guardar el pequeño secreto. Salió fuera de la comisaría y vio a los dos hombres armados, tuvieron un cruce de miradas y salieron corriendo con el policía persiguiéndolos mientras gritaba "No escapéis de la policía, vais a empeorar las cosas" pero éstos no dejaban de correr. Después de unos minutos, Carlos y yo, al ver que no regresaban, decidimos ir a mi casa a merendar algo.

Estuvimos toda la tarde charlando, jugando, contando chistes... Nos lo estábamos pasando genial, tanto, que no nos dimos cuenta de la hora que era.

- ¡Qué tarde es! Ya son las diez de la noche, ¿te apetece cenar una pizza?-le dije a Carlos

- ¡Sii!-respondió enérgico- Yo les llamo

Les llamó y pidió una pizza grande para los dos. Luego decidimos ir al sofá a ver alguna película, por suerte había ido a que alquilaran unas películas para ver el fin de semana y teníamos varias para escoger.

- ¿Cuál quieres ver?-le pregunté

- La que tú quieras... ¿Cuál te gusta más?

- Pues no sé... ¿Te parece bien ésta?-le dije señalando una romántica

- Vale, ¿así que te gustan las pelis de amor eh?

- Si... ¿Es que a ti no te gustan?

- Bueno, me parecen un poco cursis... Como las personas a las que le gustan-dijo bromeando a la vez que me guiñaba un ojo y me sacaba la lengua

Le dediqué una mirada amenazante, le dí con un cojín y nos reímos, la verdad es que me encantaba su sonrisa, era perfecta...

DING DONG-sonó el timbre de la puerta

- Debe de ser la pizza que pedimos, ¡qué ganas!-dijo él

Fui a abrir la puerta esperando al repartidor de la pizza, pero me encontré al policía que nos había atendido por la tarde.

- Buenas noches, ¿es usted Raquel?

- Si, soy yo, ¿ocurre algo agente?

- Es sobre aquellos hombres tan sospechosos que perseguían a tu amigo... No os preocupéis que ya los hemos detenido y están en buenas manos. Ya no tendréis ningún problema con ellos, así que podéis estar tranquilos

- Muchas gracias agente

- De nada, ya sabéis, si tenéis algún problema acudir a nosotros y os podremos ayudar, que tengáis buena noche-dijo y se fue

Cerré la puerta y regresé al sofá con Carlos a contarle lo que el agente me había dicho y nos quedamos más tranquilos.

¿Y Si Jugamos A Ser Novios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora