Capítulo 3: La traición

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Hoy me desperté, me lavé, desayuné y me vestí con unos vaqueros rotos, una camisa de cuadros, unas deportivas y me apliqué un poco de mi colonia favorita. Fui a coger el bus, allí estaba Carlos, esperándome.

- ¡Hola Raquel! ¡Qué guapa vas hoy!

- ¡Gracias! Jejeje -le dije tímidamente-

Él iba a fútbol y siempre me contaba lo que le ocurría en sus partidos, si ganaban, cuántos goles marcaba... Me encantaba escucharlo, cada vez que me contaba algo no faltaba su perfecta sonrisa colocada en su rostro.

Pasaron las horas y minutos y yo nerviosa por lo que le tenía que decir a Carlos. Decidí mantener una pequeña conversación con él y luego hablar sobre el tema de salir. Fuera del horario de clases, saqué el móvil y justo me vibró con un mensaje de Carlos.

*Carlos* ¡Hey Raquel! Te estoy esperando en la fuente

*Yo* Ok, ya voy -le escribí-

Fui al jardín de atrás para reunirme con él, pero antes de cruzar la esquina respiré hondo y me fui acercando para buscarle. Miré hacia un lado y al otro hasta que lo vi en la fuente charlando con otra persona. No identificaba muy bien quien era la otra persona, hasta que se me afinó la vista y pude deducir que era Ashley, una de las peores personas que pueden existir, la podría considerar mi enemiga porque me intenta fastidiar en todo, y en cuestión de chicos, es una "fácil". Me extrañé al ver a Carlos con ella, porque también le caía fatal, aún así, decidí ser amable...

- ¡Hola hola! -dije con una sonrisa-

...- no me dijeron nada, lo único que recibí fue una mirada de superioridad que pude percibir con un toque de envidia que procedía de Ashley y una pequeña sonrisa de Carlos-

En ese momento, vi con mis propios ojos, cómo Ashley se acercaba bruscamente a Carlos hasta darle un beso en los labios. Me quedé asombrada al ver aquello. Sentía una mezcla de sentimientos en mi interior, un poco de traición, tristeza... Y un ligero dolor en el pecho, como si me rompieran el corazón... Tenía los ojos llorosos, a punto de llorar, no podía ver cómo seguían besándose, así que me di la vuelta y me alejé de aquella situación tan incómoda.

Llegué hasta mi casa, me encerré en mi habitación y comencé a llorar sin consuelo. Me sonó el móvil avisando de nuevos mensajes y empecé a leerlos...

*Carlos* : Raquel, espero que no estés enfadada conmigo ✔✔

*Carlos* : ¿Raquel? No era lo que parecía... ✔✔

*Carlos* : ¿Hola? ¿Raquel? ✔✔

* Carlos* : Sé que los estás leyendo... Tienen el doble check... Por favor, fue una confusión, necesito hablar contigo, por favor... ✔✔

Lo ignoré, me sentía engañada y decepcionada, dejé el móvil encima de la mesa y empezó a vibrar y sonar, le quité el volumen y lo volví a dejar. No tenía ganas de hablar con nadie en ese momento, y menos con Carlos.

Ya era por la noche y mis padres se habían ido con mi hermano a cenar fuera de casa, yo les dije que tenía que estudiar, aunque era mentira, sólo quería quedarme sola llorando en mi cuarto. No me quedaban más lágrimas y me lavé la cara, comí dos trozos de pizza y volví a mi habitación. Allí revisé el móvil, tenía 12 mensajes nuevos de Carlos y 4 llamadas perdidas de él. Posé el móvil en la mesa y me fui a dormir.

¿Y Si Jugamos A Ser Novios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora