Capítulo 9: ¿Eres tú?

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Eran las cinco y cuarto de la tarde, faltaban quince minutos para poder reunirme con la persona que me escribió la nota, así que me arreglé un poco, cogí las llaves, mi móvil y salí de mi nueva casa. Me dirigía hacia el parque con aquellas flores y arbustos tan hermosos y me senté en uno de los bancos que había allí mientras esperaba a aquella misteriosa persona.

Ya eran las cinco y media, pero nadie se presentó allí. Hasta que de repente, apareció mi hermano pequeño.

- Hola Raquel, ¡has venido!
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Es que no has leído la nota que había en tu pupitre?
- Espera, espera... ¿Eras tú el de la nota?
- En realidad no, soy cómplice de la persona que te la escribió
- ¿Y quién la escribió?
- No te lo puedo decir, es un pequeño secreto, pero ya lo descubrirás... ¿Me compras unas pegatinas de fútbol?
- ... Si, vamos

¿Quién será? Lo tiene que conocer mi hermano... No sé quién puede ser... Pero voy a acompañar a mi hermano para comprar unas pegatinas, espero que haya las que le gusta, sino se enfadará conmigo.
Iba caminando con él hasta que llegamos a la tienda, entramos y fuimos a la sección donde hay pegatinas.

- Hermanita, ayúdame a buscar unas en forma de balón porfa
- Vale, ¿alguna más?
- Sí, del escudo de mi equipo favorito
- Vale... Aquí tienes, venga, vamos a pagarlo

Por suerte llevaba algo de dinero y se lo pude pagar

- Son 2'50€
- Aquí tienes -se los di-
- Gracias, por cierto, ¿usted es Raquel?
- Emm... Si, ¿por qué lo dice?
- Una persona me ha dejado esta nota para ti, aquí tienes
- Gracias...

Me dio una nota doblada que ponía "Para Raquel" salimos de la tienda y fuimos a un parque donde allí me senté a leer la nota mientras mi hermano jugaba por los alrededores.
La abrí y decía:
Hola Raquel:
Gracias por ir al parque, siento que no me haya presentado allí, pero quedaremos pronto, te lo prometo.
Estaba ansiosa por saber quién era pero mi hermano no me daba ninguna pista ni nada, me estaba agobiando un poco con este tema tan misterioso, así que decidí relajarme y disfrutar de la tranquilidad que había mientras mi hermano jugaba con otros niños.

¿Y Si Jugamos A Ser Novios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora