Capitulo 11

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Capítulo 11

Di un portazo al llegar a casa, me apoyé en la puerta y respiré.

-¿Qué haces?
-¡Joder Alba! (La miré con la mano en el pecho) No sabía que estabas...
-Ya veo, ya. ¿Estás bien?
-No. No estoy bien. ¡Todo es una mierda! (Grité)

Vi como Alba miraba hacia la habitación y sonreía. Carraspeé, y volvió a mirarme.

-¿Qué? Todo no... (Sonrió)
-Ya...

Miré hacia el suelo, y me dirigí a la habitación. Cerré la puerta y me dejé caer en la cama. Oí de fondo como la puerta de casa se cerraba, y a los segundos la mía volvía abrirse.

-Vane...
-Perdona... (Me senté en la cama) No quería molestar...
-No te preocupes. (Volvió a sonreír)
-¿Cómo te ha ido eso de vivir el momento?
-¡Nada mal! (Rio) Pero mejor hablemos de ti... ¿Ha pasado algo?
-¡Uff!

Volví a caer en el colchón, cogí mi almohada y escondí en ella mi cara. Grité fuerte. Mi jornada laboral había terminado hacia unos minutos, aunque me hubiera gustado que se terminase nada más acabar la conversación con Miriam. Aun no me creía que me hubiese pedido eso, pero claro ella no sabía nada de nosotras. Y aun me creía menos mi respuesta hacia aquello.

-Cuéntame...

Apoyé mi cabeza en la almohada, mientras Alba me imitaba, nos quedamos mirando y lo solté.

-Dentro de unos minutos me voy a comer con Malú...
-¡Uy! ¿Y eso?
-Miriam me ha pedido que la acompañe a probar el menú de la boda.
-Vaya... ¿Vais a comer las tres  juntas? Tamp...
-No (Dije mientras negaba también con mi cabeza), voy a comer con Malú.
-Ups...

Moví todo mi cuerpo y me quedé mirando el techo de mi habitación. Aun no era consciente de que me había encontrado de nuevo con Malú, y de repente voy a ir a comer para degustar el menú de su boda.

-¿Cómo he podido aceptar eso?
-Ay amiga... quizás porque no puedes decirle que no a Miriam, (la miré) o... en el fondo te mueres de ganas de ver a Malú.

Volví a apartar mis ojos de la cara de Alba, volví a centrarme en el techo como si él me fuera contestar todas aquellas preguntas que retumban en mi cabeza.

-¡Va! (Vi que Alba se movía) ¡Vístete! (Se levantó y fue directa a mi armario) ¿Qué te vas a poner?
-Alba... no tengo ganas de ir...
-Uy si... si tienes, (se giró y me miró) pero el miedo te ciega. Así que haz el favor de levantarte, ducharte. (Sonrió) Yo te busco la ropa.

La dejé rebuscando en mi armario mientras me dirigía sin ganas a la ducha, intenté relajarme, y quitarme esos nervios que llevaban días en mi cuerpo. Salí y me encontré a Alba apoyada en el marco de la puerta de mi habitación, mirando el móvil, sonreí.

-Mándale besos a Madame de mi parte. (Le dije entrando en mi cuarto)
-¿Cómo sabes que es ella?
-Bueno... tu sonrisita, tus ojitos brillantes... (Agachó su cabeza sonrojada) ¿Sigo?
-No, no hace falta.
-Me alegra verte así.
-Es... (Me miró) Una auténtica locura.
-Ya... ¿y que seríamos sin ellas?

Nos sonreímos cómplices, y por un momento dije, ¿Por qué no? Hoy también iba a hacer una locura. Iba a comer con mi ex, y escogeríamos la comida de su boda. Una locura. Una más en mi vida.
Me giré hacia la cama, y ahí había la ropa que Alba había elegido, sonreí cuando vi el modelo, siempre había tenido buen gusto para vestir. Vestido estrecho hasta las rodillas, sandalias altas, y un pequeño bolso. Me sequé el pelo y me hice una coleta. Me maquillé suave, y estaba lista. Salí corriendo de casa, en apenas diez minutos tenía que cruzarme medio Madrid para llegar al restaurante. Por suerte, el metro me dejó casi en la puerta y llegué antes. Cogí mi móvil para distraerme y me encontré un mensaje de Alba, 'Disfruta, no pienses, exprime hasta el último segundo estando con ella... Como antes'. Sonreí, que bien me conocía.

-Ho... hola...

Levanté la cabeza, y ahí estaba. Qué guapa. Llevaba una falta larga, con una raja en un lado que dejaban ver sus zapatos, altos y negros. Un jersey de tirantes, un pequeño pañuelo en el cuello y un bolso de mano. El pelo suelto. Maquillaje sutil. Muy guapa. Más guapa que nunca.

-No sé si me esperabas... pero... (Dije nerviosa)
-Si... (Sonrió) Me lo ha comentado Roberto antes de irme del hospital.

Asentí, y la seguí hasta dentro del restaurante. Apenas habia nadie, era bastante tarde. El camarero nos sirvió un coctel para la bienvenida, y nos presentaron los primeros platos.

-Estaba todo riquísimo. (Comenté)
-Si... difícil elección...
-Y... ¿Roberto no va a elegir nada?

Levantó su mirada del segundo plato, y me miró. Bien Vanesa, la has cagado.

-Perdona.. No quería...
-Tranquila, no pasa nada. Él elegirá los vinos para acompañar la cena.

Asentí, claro, debe ser un experto en vino, en medicina, en la vida, lleno de experiencias... Tenía pinta cuando le conocí, alto, moreno, algo mayor para Malú, pensé, pero el amor es libre, y te enamoras de quien quieres, pero claro... ella es tan...

-¿Vane?

Levanté la vista de mi plato ya vacío.

-Dime...
-(Se rio) Te pregunta el camarero si puede retirarlo.
-Uy (Me giré hacia un lado), si claro. Gracias...

Quitó los platos de la mesa, y nos sirvió un poco de agua, iba a dar un trago cuando Malú habló.

-¿Te cayó bien Roberto?

El pasado nos aguantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora