Capitulo 23

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Capitulo 23

Narra Malú

Miré a mi madre y me quedé en blanco. Estaba sonriendo. ¿Quería que volviese con Roberto? No entendía nada. Cuando volví a centrarme en la situación, la mano de Vanesa había desaparecido de mi pierna. La miré, la sonrisa que hace unos segundos tenía y me había dedicado ya no estaba. Cerré los ojos un momento y cuando los volví a abrir, tragué el nudo que tenia en mi garganta, respiré, me había prometido a mi misma que basta de errores. Cog'iahora mi mano y se la puse encima del muslo izquierdo de Vanesa, se giró y me miró, le sonreí. Un segudno después me giré hacia mi madre.

-No... Yo...
-¡Que susto hija!

¿Susto? Noté como se relajaba, cómo suspiró fuerte y cogió su copa de cava.

-Pero...
-Ay lo siento cariño... (Dijo tendiéndome la mano, se la cogí) Pero, nunca me ha caído bien ese hombre...
-¿Entonces? ¿Por qué has sonreído?
-Ay cariño... (Me acarició la mano) Porque lo más importante para mí es tu felicidad... Y aunque yo opine otra cosa, eras feliz con él, ¿no?

Asentí sin mirarle. Dejé que pensará aquello. Fui feliz, quizás no todo el tiempo, pero si me hacia sonreír, y estar tranquila. Hasta que llegó Malú. La miré y nos estaba observando, mi mano seguía en su pierna, la apreté y me miró. Le sonreí.

-Yo... (Volví  a mirar a mi madre) Estoy con alguien...
-Vaya... (Sonrió y soltó mi mano, volvió a coger su copa) ¿es del trabajo?
-No mama.
-Mmm... ¿A qué se dedica?
-A la música.
-Me gusta... Que llegue un poquito de intensidad a tu vida.  (Me reí) ¿Es guapo?

Ahí vino la pregunta. Me mordí el labio, siempre lo hago cuando me pongo nerviosa. Nunca había tenido secretos con mi madre, excepto uno. Nunca le había dicho que mi primer amor fue una chica, y mucho menos que esa chica era Vanesa. Noté como Vanesa se giraba hacia mi, y segundos después cogió mi mano apretándola con la suya. Estoy segura que si puedese me diría, 'Si no estás preparada, no pasa nada...' pero esta vez, no la iba a escuchar.

-Es... es muy guapa.

Sonreí, esperé que mi madre reaccionara. Me preocupé cuando su cara cambió, y dejé de sonreír. Por un momento tuve miedo, y si no aceptaba lo que siento. Hacia un momento me había dicho que lo importante era mi felicidad, ¿no?

-Mamá...
-¿Has dicho guapa? (Asentí sin mirarle) Malú mírame...

Levanté la cabeza, pero no la miré a ella, miré a Vanesa, me sonrió, cogí airé y dirigi mi mirada hacia mi madre. Estaba sonriendo. Dejó la copa y apoyó sus brazos en la mesa, me miró curiosa.

-Y... ¿Quién es?

Sonreí, miré un segundo a Vanesa, apreté fuerte su mano y volví a mi madre.

-Es... es Vanesa.

Miré a mi chica, cuando giré estaba observándome. ¿Puede ser más bonita? Estaba sonriendo, le noté la felicidad en los ojos, y sonreí igual que ella. Había costado mucho llegar a este punto, pero ya no había vuelta atrás. Cogí su mano de su pierna, basta de escondernos, y las dos unidas las dejé encima de la mesa, las miré y me reí. Volví a mirar a mi madre cuando esta carraspeó.

-Pensé que no llegaría nunca este momento hija...
-Pero... (Dejé de sonreír, y volví a quedarme en blanco mientras mi madre se reía)
-Ves, ella si me gusta para ti. (Dijo sonriéndole a Vanesa, y luego volvió a mirarme) Hace mucho que no sonreías así, y solo lo hacías cuando me hablabas de ella al venir a casa los fines de semana.
-Pero nunca te lo había dicho... No...
-Una madre conoce bien a sus hijos. Pero creí conveniente que cuando llegase el momento me la presentarías. (Sonrió de nuevo, e hice lo mismo) Y aquí estamos. (Reímos las tres) Vanesa... (Se miraron y cogieron su mano) Hazla feliz por favor.
-No lo dudes Pepi... (Me miró y le sonreí, y continuó conversando con mi madre mientras me miraba a los ojos) Nunca podría no hacerla feliz, porque si ella no lo está, a mí me cuesta vivir...
Dejé de sonreír, y noté cómo mis ojos se llenaban de lágrimas y no pude hacer otra cosa que lanzarme a su cuello y abarazarla fuerte. Susurrarle el 'te quiero' más sincero en el oído mientras la oía reír en mi cuello.
Terminamos la comida, y quedamos vernos dentro de unos días. Me gustó muchisimo el abrazo de despedida que se dieron. Y seguí sonriendo mientras ibas cogidas de la mano hasta el coche.

-Bueno... (Subí y me senté, la miré) ya está hecho.
-Si... (Dijo mirandome) es increíble la grandeza de las madres, y cómo sin decirles nada nos conocen mejor que nadie.

Dejó de mirarme al terminar aquella frase, se centró en darle circulos con su dedo en mi mano, que estaba puesta en el cambio de marchas, ¿qué estaría pensando? Pise mi otra mano en su mjilla e hice que me mirará, le sonreí para que supiera que estaba ahí, a su lado.

-Malú... (Dijo al fin) Mis padres no se lo tomarán así... Mis padres...
-Vanesa, cuando sea el momento yo estaré contigo, como hoy lo has estado tu.

Narra Vanesa

Le sonreí. Quizás exageraba con mis padres y no sería para tanto. Apenas conocieron a un chico que salió conmigo antes de la universidad. Nada más. Supongo, que una de las grandes razones por las que vine a Madrid, a parte de la música, fue para vivir libre, para hacer mi vida y no tener que dar explicaciones a nadie. Pero tenia que madurar, coger mi vida y no soltarla. Y en ella estaban mis padres, mis hermanos y, por supuesto, Malú. La miré, estaba sonriendo, tranquila, feliz.

-Ha llegado el momento Malú.


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¿Nos vamos a Málaga? 💃😜
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