En la oscuridad de la habitación con el teléfono móvil que ha ocultado en su equipaje en la mano, Harry sigue con la mirada clavada en el cristal durante un buen rato, sólo le queda una salida, la amenaza es clara e inminente. Se fija en Louis enredado entre las sábanas. No podrá despedirse de él, no lo soportaría…
Baja a la sala y para su sorpresa Liam está sentado en el sofá escribiendo.
Li: Hola amigo- deja los folios en la mesa de café que tiene al lado, sabe que la conversación puede durar horas-cómo lo llevas, has tomado ya una decisión? Louis sabe algo?
H: Es imposible ser claro con él.
Li: Todo esto va a acabar matándote- Liam acababa de poner el dedo en la llaga.
H: Creo que la única manera de alejarlo de mi será acabar con todo, estoy decidido- dice mirándose en el espejo y peinándose al mismo tiempo como quitándole hierro al asunto.
Li: Eres admirable. Aun a horas de tu muerte, quieres verte bien-dice irónicamente-eres un vanidoso
H: Bueno no quiero irme a la tumba con el pelo despeinado. Ni muerto puedo verme feo- Le sonríe a su amigo, intentando hacerlo feliz, pero enseguida se aleja, teme delatarse- voy a intentar hablar con Louis-
En vez de eso se encierra en su habitación, loco de amor, demente.
Liam se queda pensativo, no entiende cual es el plan de Harry, lo ha notado devastado, derrotado, como si estuviera a punto de rendirse, algo le da mala espina, y decide ir a ver qué está pasando en el cuarto de Louis.