Noche sin estrellas

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Narrador universal

Natalia comenzaba de nuevo con su antigua adicción de rasguñar sus brazos mientras nadie la veía en la habitación de la desaparecida. Se dio cuenta que desde Erika apareció, eventos desafortunados y afortunados se atravesaron en su vida, el masoquismo, por ejemplo.

Jamás pensó que alguien tendría la valentía de ver detenidamente sus cicatrices, contarlas y aplicar el tacto con ellas, de estudiar su anatomía, características, cualidades y defectos que la conforman y el como aplica su mirada.

Nunca imagino a una persona con ese tipo de problemas en la mente y corazón, sería capaz de superarlos, que le diera su vida, sus sentimientos y emociones a una sola persona y defenderla y protegerla como una niña pequeña, una persona que es capaz de venderle su alma al diablo para estar con esa persona que quiere como su mejor amiga... Para siempre.

Al otro lado de Toronto, aquella castaña aún se encontraba llorando, pero ¿Por qué? ¿Por qué aún lo hacia? Era lógico, una apuesta de sus emociones creado por su mejor amiga (aún) y su ex mejor amiga.

Era difícil de entender, de analizar y de asimilar, pero... ¿Qué le dolía más? ¿La apuesta? ¿Su mejor amiga? ¿El que se lo haya ocultado? Muchas preguntas atormentaban su cabeza, pero el recordarlo, atormentaba a su corazón.

A una distancia considerable, ambas jóvenes se preguntaban:

"¿Qué estás haciéndome?"

Entre suspiros, sollozos y lágrimas, vieron el cielo oscuro, algo faltaba, algo no estaba bien ¿Y cómo estarlo?, no había estrellas, ninguna se veía a la vista de ellas, todo mundo las observaba con gozo y alegría como todas las noches, pero Natalia y Erika, no observaron más que el cielo oscuro que simbolizaba la noche más larga y triste de ambas.

Este, hubiera sido el final, pero... ¿Por qué arruinar algo que aún no lleva un "Había una vez"? Eso pasó por la mente de aquellas jóvenes. Se necesitaban aún después de todo, Erika no puede ser ella sin Natalia y Natalia no puede ser ella sin Erika.

Poco a poco, una por una, las estrellas iban apareciendo, tenían razón, deben estar juntas aún, esto, no se acabo como pensaban. Erika subió al auto y arrancó a toda velocidad para asegurarse de que no perdió a su mejor amiga, de que no perdió a su todo. Natalia, solo espero en la alcoba de Erika, con una cálida sonrisa y emoción.

"Juntas ayer, hoy y... Siempre"

La bailarina masoquista (TERMINADA) #Bubblegum2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora