Capítulo 1 Fairfarren

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Cap. 1 Fairfarren


- Fairfarren, Alice...-resonaron esas palabras en su memoria sin poder evitarlo.

Despertó sobresaltada. Entreabrió los ojos con bastante pesadez...tenía todavía algo de aquel sueño...pero todo era confuso...nada tenía lógica ni orden...su propia mente desechaba ciertas ideas que le parecían insufribles o completamente...¿dementes?

Tal vez esa era la palabra correcta. El día anterior había sido de mucho trabajo. El clima de Hong Kong era agradable, cálido y a la vez refrescante; había firmado un par de documentos sobre la compra-venta de especias, sedas y porcelanas hacia Europa. Los cargamentos iban y venían repletos de mercancía valiosísima y las ganancias se repartían de forma equitativa entre quienes pertenecían a la Compañía.

Ella se encargaba de administrar algunos de los negocios que su padre comenzara. A pesar de todo, por momentos lo extrañaba demasiado...sobre todo cuando comenzaba el día y tenía que pensar en seis imposibilidades. Si no lo hacía, era señal de que su día comenzaría mal.

Así que forzó a su mente a intentar comenzar a pensarlas.

Dejó la calidez de las sábanas y se dispuso a darse un baño. Entonces comenzó la lista de imposibilidades. La primera...pensar que en lugar de agua pudiera bañarse con ¿miel? Era clara, cristalina, pura y limpia...con propiedades curativas según los chinos...así que...podría ser. Rió ante la consideración de esa situación y decidió apresurarse si no quería que la mañana se le fuera de manera inesperada. Tardó en decidirse qué ropa usar. Su madre se habría confundido si hubiera descubierto que le había perdido el miedo al corsé...pero ni ella misma entendía a qué se debía. No podía entender muchas de las cosas que antes habían sido tan difíciles de aceptar...¿y ahora? ¿Era acaso mucho más valiente que antes?

Una de las chicas que le servían le llevó el desayuno. Pan tostado y té...el sabor del té le despejó la mente...¿té? Sabía que había probado un té delicioso en alguna parte...pero...¿dónde? Degustó el sabor del té...delicado y sustancioso...con poca azúcar...de pronto se detuvo en los grabados de la taza...china...con líneas ligeramente arqueadas...dibujos de dragones decoraban el servicio...sin quererlo sintió nostalgia...una necesidad de acariciar cada pieza del juego de té...recorrió con sus manos cada parte de los platos y tazas...si no es por una de sus sirvientas que la llamó no habría salido de aquella meditación.

- Lady Kingsley...tiene visitas- dijo la mucama.

- Voy, Charlotte...-dijo Alice suspirando fuertemente

Salió de aquella habitación y se dirigió hacia el vestíbulo de aquella casa. Descendió por las escaleras contando los escalones...uno, dos...tres...pero no pudo terminar de contar...entonces vino a su mente la segunda imposiblidad: creer que encontraría a algún animal animando el desayuno...un conejo...una liebre o...de pronto se encontró frente a ella nada menos que a Lord Ascot.

- Querida Alice...¡qué gusto de encontrarte tan hermosa hoy!- susurró mientras besaba la mano de quien una vez hubiera podido ser su nuera.

- Señor...¿cómo está usted?- dijo con su acostumbrada sonrisa.

- Alice...me preguntaba cómo estabas...desde hace dos meses no sabía nada de ti...y el vapor que llega a Hong Kong se retrasó bastante...tuve que quedarme varado en Nueva Delhi hasta esperar el siguiente.

- Le entiendo- respondió Alice con vivacidad- supongo que vendrá usted algo cansado.

- No tanto como yo hubiera creído...creo que tu vitalidad me contagia, eso es innegable, hija...

Demente y Maravilloso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora