Capítulo 29 Loca fiesta de té Parte II

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Cap. 29

Loca fiesta de té Parte II

Mientras Gualterius observaba de manera dubitativa a todos notó la intensa alegría con la que el Sombrerero se seguía refiriendo a la Liebre y a todos los comensales...aunque no sabía exactamente por qué cuando se refería a Ada le parecía tan interesante.

Recordó poco a poco una reunión anterior, cuando el Jabberwocky aun no acababa con el Caballero Blanco...ahí él había podido departir alegremente con Tarrant y hasta habían reído juntos de las ocurrencias de la Liebre y el Lirón...estando ahí sentado ya no le parecía tan distante aquella reunión...por un momento el tiempo volvió atrás para él. Tragó saliva, recorriendo con la mirada cada una de las caras e instó entonces a todos a comenzar el plan.

- Bien...basta de charlas inútiles- dijo a Tarrant- es necesario que comencemos a realizar los detalles de la reconstrucción de Underland...debemos empezar cuanto antes...tus tijeras nos servirán de mucho, con ellas podemos lograr comenzar el derrocamiento del reino de Mirana...

Tarrant trató de no exasperarlo y dijo suavemente:

- Mi señor...Gualterius...¿qué...piensas hacer con Mirana...exactamente?

Gualterius no estaba seguro de cuál podía ser la respuesta a su pregunta. Así que confesó.

- Ya lo pensaré...por el momento pienso tenerla presa hasta que logre que abdique y entonces...comenzaremos la reconstrucción.

Alicia miró al Sombrerero y se preguntó en qué momento podrían liberar a Mirana y hasta dónde podía ser capaz Gualterius de actuar en contra de ella.

- ¿Qué eres capaz de hacer, mi señor, para quedarte con el trono?- preguntó Alicia.

- Todo...todo para que tú y yo...reinemos por siempre.

Alicia tuvo miedo...después de mucho no lo había sentido como ahora. Todo podía ocurrir.

Mientras tanto Mirana con ayuda de McTwisp logró alcanzar aquel libro donde se encontraba el diario de Gualtierius.

- No sé cómo es que lo guarda aún...-se preguntó la Reina Blanca albergando una esperanza.- McTwisp...vigila la entrada...necesito leer este libro.

- Sí, mi reina- dijo el Conejo Blanco resguardando la entrada.

En cuanto Mirana comenzó a revisar aquel libro, se encontró con detalles del tiempo en que era súbdito de su corona y pensaba casarse con ella.

En uno de los pasajes más hermosos decía:

"Mirana es tan bella como un amanecer en Underland...gracias a ella la dulzura ha llegado a mi vida y quiero hacerme acreedor a su cariño y defenderla con mi vida...sé que no soy ni la mitad de digno pero ella siempre me toma en cuenta y eso me regala la felicidad completa. Soy un siervo de su belleza y de su corazón. Sólo espero el momento en que me acepte...espero que acepte también que yo sea el Caballero que defienda la armadura brillante. No sé qué haría si pudiera ser su esposo por siempre...Tarrant, mi mejor amigo y hermano, sabe cuánto la amo...será nuestro padrino...siempre y cuando quitemos a Iracebeth del camino cuanto antes...no quiero que ella sea capaz de arrebatarle la corona...nunca más..."

Mirana se conmovió al leer semejantes palabras. En otro texto encontró los planes que Gualterius tenía para la construcción de Underland.

"Junto a Mirana, todo sería color blanco...todo sería puro y brillante como un cristal...Tarrant podría poner su sombrerería de nueva cuenta...McTwisp sería un miembro prominente de la corte...el gato de Cheshire mi consejero...y Mirana y yo tendríamos hijos...muchos pequeños que saltaran por todo Underland...en espera de Alicia...sí...Alicia...dicen que es tan linda...una pequeña como ella como paje de Mirana...¡cómo me gustaría conocerla! Mirana no la ha visto nunca, pero Tarrant si la conoce...podría preguntarle...y tal vez lograr que vuelva para que esté presente en la boda de Mirana y yo...siempre y cuando logre tener ese hermoso corazón junto a mí..."

Dentro del mismo encontró una pequeña llave. Intentó probarla en la prisión y ésta abrió la puertecita. Entonces con cuidado la abrió y salió tratando de no ser vista.

Tarrant y Alicia ya no encontraban las palabras precisas para decirle a Gualterius que tuviera cuidado con el té...y obligarlo a tomarlo pero no podían hacerlo...por alguna cosa u otra, Gualterius desviaba la conversación y dejaba de lado las indicaciones de Tarrant.

- ¿Otra rebanada de Battemberg?

- No, gracias- decía Gualterius- un momento...es necesario...

Todos esperaron con ansiedad.

- Es necesario que me digan quién irá a la cabeza de la guardia.

Suspiraron enormemente.

Tras un buen rato de charla y de cosas sin sentido y de cambiar más de 5 veces de lugar en la mesa, Gualterius se desesperó y dijo:

- Vengan...ha sido demasiado charla sin provecho...busquemos a Mirana para que sepa que pronto estará perdida...

Alicia trató de detenerlo.

- Mi señor...no es necesario mortificar tanto a tu presa.

- No me importa- repuso Gualtierius- yo soy quien tiene la sartén por el mango y no dejaré que se salga con la suya...apártense...tengo que hablar con ella largo y tendido.

El Sombrerero insistió:

- Espera...creo que no has probado suficiente té y éste se va a enfriar...además no creo que Mirana...deba interrumpir esta fabulosa reunión...

Gualterius los miró por encima del hombro e insistió:

- Callen de una vez...voy a ver a Mirana.

Pero al notar que tanto Alicia como Tarrant trataban de detenerlo, Gualterius terminó enfándanose.

- Ustedes están ocultándome algo y no lo voy a permitir...¿de qué se trata toda esta tontería?

Ninguno de los dos acertaba a hablar. Entonces su ánimo se perdió cuando notó que Tarrant ya tenía las tijeras doradas con él.

- Vaya...tal vez me extralimité- fingió- Tarrant...sé que me ayudarás...pero ¿a cambio de qué, amigo mío?

Alicia al ver que quería arrebatarle las tijeras sacó del cinto de Gualterius su espada y lo amenazó.

- No des un paso más o te asesino...

Gualterius trataría de acabar con él. Una observación del Lirón la descubrió:

- ¡Cuidado, Alicia!

No hubo necesidad de decir más...Alicia estaba totalmente descubierta.

- Me han estado engañando todo este tiempo...han hecho muy mal...porque no saben de lo que soy capaz...

Tarrant se colocó frente a Alicia y dijo:

- Todo esto no tiene sentido, Gualterius...date cuenta de tus errores...defenderé a Alicia con mi vida...

Pensó en forcejear con el Sombrerero pero Alicia se interpuso. Cuando Gualterius pensó en echarse encima de Alicia, salió al paso Mirana.

- Un momento, Gualtierius...déjalos...el asunto es conmigo...

La valentía de Mirana sólo consiguió enfurecer al Caballero Oscuro.

- Mirana...sobre ti voy...sobre ti, Reinecita...

Ella estaba dispuesta a usar el libro cuanto antes cuando notaron la vibración de los soldados Growins. Todo parecía perdido.


Demente y Maravilloso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora