Capítulo 14 Marmoreal

88 12 3
                                    


Cap. 14 Marmoreal

Permanecieron en la gran entrada al reino de Mirana en Marmoreal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Permanecieron en la gran entrada al reino de Mirana en Marmoreal. Caminaron hacia el interior mientras seguían conversando.

-¿Sabes, linda?- dijo el Sombrerero.- Ahora que te veo las palabras pensaba decirte cuando te volviera a ver, parecen no querer salir de mí...pero es mucho, mucho lo que tendría que expresar ahora sobre tu regreso...te extrañé demasiado linda...todos en Underland lo saben, no tienes idea de lo duro que ha pasado el tiempo aquí, sin poder verte y contemplar tu mirada que me ayudó a creer en seis imposiblidades antes de empezar el día.

- Yo también te extrañaba...-dijo Alicia tomando su mano.- Era curioso...despertaba generando en mi mente las seis imposibilidades y siempre mi cabeza viajaba hacia acá. Hubo ocasiones en que creí que todo era un sueño, como antes, pero había demasiadas evidencias de lo contrario y eso terminaba por desconcertarme más. Y sin nadie que pudiera ayudarme la situación se complicaba aún más.

- Puedo casi imaginarlo.- observó "Tarrant", seguro al parecer de comprender a Alicia mucho más de lo que ella pensaba.

- ¿En verdad lo entiendes?- preguntó ella.

-Claro- contestó el Sombrerero- yo también me preguntaba en ocasiones si no eras tú acaso un sueño también. Un hermoso y delicado sueño...y aún ahora que estabas aquí me lo sigo preguntando.

- No tienes por qué dudar de que estoy aquí. Soy real...

- La vez pasada también lo eras pero ninguno de los dos terminaba de creerlo. Hasta que observé con mis propios ojos la cabeza del Jabberwockey cayendo por aquellas escaleras comprendí que era verdad que el caballero de la cabellera dorada que el Oráculo nos mostraba existía...en ti...que era real- contestó el Sombrerero mirando con expresión dulce a Alicia, recorriendo su mirada suavemente.

Alicia se conmovió ante aquellos ojos...la forma inquietante con que la observaba, lejos de atemorizar la confortaba. Eran tan cercanos el uno al otro que parecía que ya nada ni nadie podría separarlos. Un sentimiento que creyó dormido desde hacía mucho tiempo parecía renacer al escucharlo hablar entre dientes y percibir en su fisonomía estrafalaria y graciosa un alma intensa y atormentada, pero dispuesta a vivir y arriesgarse hasta el límite. Eso era lo que ella había aprendido de él...a vivir hasta el límite, a arriesgarse por quienes amamos hasta los confines de nuestra propia convicción. Y ahora comenzó a dilucidar que estaba dispuesta a todo.

- Tengo curiosidad por saber qué ha pasado en todo éste tiempo- preguntó Alicia.

- Muchas cosas linda y casi todas buenas...te asombrarás...

Llegaron a Marmoreal y un fuerte can ladró para darles la bienvenida.

-Alicia, ¡qué gusto volver a verte!

-¿Bayard?- preguntó intrigada.

-Oh, no soy Rohan, el hijo mayor de Bielle y Bayard, mi padre está dentro.

- Te dije que te sorprenderías- musitó el Sombrerero cerca de su oído.

Tomó su mano suavemente y avanzaron juntos hacia el trono de la Reina Mirana. Tarrant hizo una reverencia como un caballero mientras Alicia se inclinaba gentilmente.

- Alicia...- susurró Mirana sonriendo. Casi no había cambiado en nada. La chica de Londres pudo ver que el semblante de la Reina Blanca era más luminoso y lleno de color que la última vez, tal vez refeljo de la alegría que tenía. Sin embargo parecía ensombrecida por una preocupación evidente.

- ¿Ya...lo sabe?- preguntó Mirana al Sombrerero.

- Sí...aunque no todo...

- ¿A qué se refieren, si puedo preguntar?

- Te lo explicaré...pero vengan, tomen asiento...dentro en la terraza estaremos más cómodos.

Los hizo pasar la habitación donde recibía a huéspedes distinguidos.

-Alicia, estás más hermosa de lo que te recordaba...

-Gracias, majestad, usted también está preciosa...

-Bien...dime...¿qué te han dicho desde que volviste?

- No mucho- suspiró Alicia.

El Sombrerero acarició su cabellera y apretó suavemente su mano.

- No te preocupes, escuches lo que escuches...yo estoy contigo- dijo con mucha ternura.

Mirana se aclaró la garganta y comenzó a cantar.

- Verás...después del destierro de Iracebeth, junto con Ilosovich Stayne, todo Underland celebraba ya la muerte del Jabberwockey. Aunque algunos aún dudaban de que hubiera muerto. Todos estábamos felices...hasta que apareció él...

- El Caballero Negro- observó Alicia.

- Sí...él...de la nada pareció estar presente en los campos de Underland cortando aquí y allá, cobrando la vida de animales inocentes. Mis guardias y los que pertenecieron a Racie trataron de detenerlo, pero no fue suficiente...lo envié encerrar durante un tiemo. Pero en las partes bajas del bosque había entrenado a unos pequeños hombrecitos llamados Growins que le sirven y obedecen en todo y que tiene la peculiaridad de que solamente él los puede ver y si llegan a comer Upelkuchen crecen desmesuradamente y sus efectos son sumamente destructivos.

- -¿Por eso ya no lo usaron para hacerme entrar?- preguntó ella.

- No...ellos se robaron la receta para elaborarlo, así que...tuvimos que reforzar nuestras entradas. Nos han amenazado con una invasión de más allá de Underland de la región perdida donde Iracebeth e Ilosovich cumplen su condena de destierro.

- ¿Y...de qué forma se les puede destruir?

Entonces intervino el Sombrerero.

- Verás...linda...el Caballero sólo puede morir con una espalda forjada con la espada Vórpica y la mezcla de tu sangre y la mía...pero tenemos que mezclar ambas sangres previamente, en una...ceremonia especial...

- Pero acaso es...¿toda la sangre?- preguntó asustada.

- No, pequeña-observó Mirana- Sólo es un poco de tu sangre y de la del Sombrerero...y yo debo ser quien realice esa mezcla especial. Sin embargo el Caballero Negro ya dirige sus huestes hacia acá con la idea de matarte, matar al Sombrerero y mátame a mí en cuanto nos encuentre. Hemos reforzado la vigilancia en todo Troter's Bottom, quiere hacer su cuartel en Salazen Grum, aprovechando que el castillo está ahora deshabitado. Debemos evitar que eso ocurra. Además, el tiene algo que le da poder.

- ¿Qué es?- preguntó Alicia.

- Tiene mis tijeras doradas- dijo el Sombrerero.- Mis tijeras me dan invulnerabilidad ante él. Pero sin ellas, podría matarme. Así que, hay que quitárselas antes de que con nosotros.

El Sombrerero comenzó a recordar la forma en que el Caballero se las había quitado...


Demente y Maravilloso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora