Cálido (especial aokise 1/2).

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Cálido.

Despertó por los rayos del sol directos en su cara, sintió una horrible punzada en su cabeza, pero apesar durmió como hace mucho no lo hacía, restrego más su cara mientras se abrazaba más a la almohada, los látidos lo relajaban bastante...esperen...las almohadas no laten ni mucho menos respiran. Volvió abrir sus ojos de golpe y retrocedió hasta dar de sentón al piso.

-¡Kise!- se encontró con los orbes azules eléctricos mirandolo con preocupación- ¿Qué estas haciendo en el piso?- preguntó burlón.

Su cerebro trataba de funcionar, ¿Qué rayos estaba haciendo Aomine Daiki en su cuarto y sin playera?, giro su mirada a su cuerpo, traía su pijama, respiró aliviado- Me encanta despertar en el suelo, ¿Tú qué crees imbécil? me caía al ver tu horrible rostro- colocó una mano en su cabeza.

-Jajaja ven aquí, de seguro tu cabeza rubia te duele- se acercó al él para tomarlo en sus brazos.

-No me toques- sentenció mientras se paraba, se dirigió a la cocina por una aspirina, abrió el gabinite de medicamentos, estiró su brazo para tomar las pastillas, no las alcanzaba, se puso de puntillas, estaba apunto de agarrarlas hasta que sintió una mano en su cadera y otro brazo alcanzó la caja de medicina.

-Toma, creí que necesitabas ayuda- se encontró con el cuerpo del más alto demasiado cerca, le arrebató las aspirnas de su mano, lo empujó y agarró un vaso con agua, sacó dos pastillas, se las colocó en su boca y bebió del agua.

-¿Qué mierdas haces aquí?- apretó el vaso entre sus manos.

-Te salvé de ser violado, de nada- se encogió de hombros- ¿Prefieres huevos para desayunar o fruta picada?- abrió el refrigerador para empezar buscar que preparar.

-¿Eh?, oye no saques comida que no es tuya- cerró el refrigerador- Es enserio Aomine, ¿por qué estas aquí?- miró con rabia al peliazulado.

-Tsk que molesto eres, ya te dije, bebiste demasiado, saliste de un restaurante con un idiota, trató de tocarte, pasaba por ahí, ví que pedías ayuda y te rescate, hazte a un lado tengo hambre- sacó los huevos, tocino, empezó a cocinar- Por que no despiertas a Aoi mientras yo hago el desayunó- fijó su mirada en el rubio sonrojado, sonrió al ver lo tierno que llegaba ser el modelo.

-Aoi no está- susurró girando su cabeza- Aún así no explica el hecho de que estes paseandote en mi casa en boxers.

-Mojé mi ropa al bañarte...aparte alguien no quiso dormir sólo ayer en la noche- encaró una ceja mientras sonreía de lado.

-¿T-tú me...ba-bañaste?- se cubrió con sus manos- ¡Yo nunca te pediría algo así!- frunció el ceño.

-Pues eso hiciste- se acercó al más bajo- Además lo hiciste con unos ojitos de suplica mientras me tomabas de la manga...¡Auh!- sintió un golpe en su cabeza.

-Tsk, tomaré una ducha.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó coqueto pero eso duró poco al sentir un fuerte dolor en su cara, el ojiambarino le lanzó un frasco de shampoo- ¡Kise malditó, vuelve aquí!- corrió para alcanzar al rubio, cuando estuvó lo suficientemente cerca lo tomó del brazo haciendo que ambos cayeran, comenzó hacerle cosquillas en sus costillas.

-Jajajaja, bas..ta jajaja...ya jajaja- el moreno paró lentamente al ver el hermoso rostro del modelo, se miraron a los ojos, acarició la nívea mejilla, se empezó acercar al rostro del contrario hasta rozar los labios.

-Se quemará el desayuno- susurró el ojiambarino.

-Apagué la estufa- cerró sus ojos, sus respiraciones se mezclaban, estaban en su propía burbuja.

    ¿Es mi hija?   Aokise~MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora