¿Es mi hija? Aokise~Mpreg

Dile adiós a papá.

Corrió lo más rápido que le otorgaron sus piernitas, no sabía a donde se estaba dirigiendo simplemente se sentía como la peor persona en a ver pisado este mundo. Visualizó los arboles y los juegos a su alrededor inmediatamente supo que estaba en el parque, se acercó a una de las bancas para sentarse, flexionó sus piernitas contra su mochila que se encontraba en su regazo. Las lagrimas no tardaron en brotaron de sus ojos y comenzó a hipear con fuerza.

-Soy una niña mala- apretó su bolso contra su pecho además de esconder su carita sobre ella para así sollozar más fuerte- Tiene...dazón la señoda Momoi-san- el frío se hacia presente, su cuerpo dio ligeros temblores- Quiedo a mi papicchi.

-Perdona pero ¿Te encuentras bien?- alzó su cara para fijarse en el chico de orbes grisáceos- Pero mírate, te dará un resfriado- se quitó su chamarra verde militar para colocarse a la menor- ¿En donde esta tú mamá?.

-Y-yo...no sé- saltó a los brazos del azabache- Tome su chamada señod, las niñas malas no medecen esto tengo que sed fuedte- trató de quitarselo pero el mayor no lo permitó.

-Las niñas lindas como tú no deben de decir esas cosas tan feas- le retiró algunos cabellos rebeldes y pudo observar la carita magullada de la pequeña- Mejor dime ¿Cuál es tu nombre? yo me llamó Nijimura Shuzo- se sentó en la banca mientras la abrazaba por los hombros.

-Me llamó Aoi, un gusto Nijimuracchi- pegó su cuerpo un poco más al del mayor.

-¿Nijimuracchi? que extraño, ¿Qué le habrá ocurrido? su carita esta llena de golpes...será acaso que...- Oye Aoi puedo preguntarte...¿Cómo es el ambiente en tú casa?.

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No esta, desapareció...Aomine no sabe nada al respecto...¿Acaso es verdad lo que dijo Momoi?.

-Mi hija- murmuró, sus nudillos se emblanquecieron por el esfuerzó al formarlos puños- Momoicchi ¿A qué te refieres con que salió corriendo?- el flequillo tapaba sus ojos pero su cuerpo comenzaba a dar ligeros temblores.

-Ki-chan ya te dije que fui a la cocina por un vaso de agua pero Aoi-chan ya no estaba- el ojiambarino alzó su vista.

-Con qué es así- empezó a caminar, la pelirrosa iba a retroceder pero el rubio se lo impidió al tomarla del brazo- Entonces mi querida Momoicchi ¿Por qué estabas dormida? tampoco nos llamaste para contarnos lo sucedido y le dijiste mocosa a mi niña- sonrió tetricamente- ¿Es acaso que sabes algo pero no lo quieres decir bonita?.

-Y-yo...Ki-chan- la ojirosa balbuceaba incoherencias, mirar el brillo sádico en los orbes ambarinos junto con esa sonrisa espeluznante hacia que el terror le recorriera sus venas- No tiene mucho tiempo en que ocurrió eso entonces yo me desmaye al sentirme ansiosa.

-Kise alejate de Satsuki- colocó a su prometida detrás de él para mirar con determinación al rubio- La estás asustando.

-No cambias Aomine- comentó burlón- No tengo tiempo para ustedes dos así que con permiso- giró sobre sus talones para salir del departamento con prisa.

-Satsuki más te vale que estés diciendo la verdad- comentó con voz profunda- Tsk, ese idiota no piensa claramente cuando tiene la mente nublada, me voy vuelvo más al rato- persiguió al rubio dejando a la pelirrosa.

-Con que quieres ser un buen padre eh Dai-chan...pues no lo permitiré ya que tu eres mío- dijo para si misma mientras que su ojo izquierdo daba ligeros tics.

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-Oi rubio ¿A donde crees que te dirijes?- jaló del brazo al más bajo cuando estuvo lo suficientemente cerca de él- ¿Crees que con correr y gritar el nombre de la pequeña saldrá de su escondite?.