Reconcilación

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Sentía el miedo recorrerle las venas además de la adrenalina...estaba tan cerca de las escaleras, cerró los ojos y rezó en que no fuera un golpe fuerte. El shock lo consumió colocó sus brazos crubirendose el rostro, cada vez estaba más y más cerca por caerse al vacio.

-¡Kise!.

Pero la caída nunca llegó en cambió sintió que le rodeaban la cintura y caía encima de algo o más bien en alguien, con una mano se agarró del barandal de metal después miró estupefacto las escaleras, su respiración era agitada y su corazón latía a mil por hora. Se removió ligeramente pero al hacerlo se dió cuenta de que unos brazos lo apricionaban con fuerza.

-¿A-aomine?- preguntó con asombró al darse cuenta que fue le moreno el quien lo había salvado.

Se encontraba sentado en el regazo del mayor y este cayó en el primer escalon aún manteniendolo cerca de su cuerpo.

-¿E-estas bien?- giró levemente la cabeza para verle el rostro pero en vez de eso se encontró con los cabellos azules eléctricos.

Los demás se acercaron corriendo al ver lo sucedido mientras que los niños se encontraban temblando del miedo, todos tenían el corazón en el puño al creer que les había ocurrido un accidente. Pero antes de que les preguntaran algo un fuerte grito los hizo quedarse estáticos.

-¿¡Qué si estoy bien!? ¡Eso debería preguntártelo yo a ti idiota!- gritó enfurecido- ¿¡Por qué eres tan despitado Kise!?, ¡hubieras salido gravemente herido!- se pararón del suelo y lo miraba desde abajo gracias al escalón- ¡No estas ciego, presta atención a tu alrededor!, ¿¡Es acaso qué tus padres no te lo enseñaron!?- aprisionó de nuevo el cuerpo del rubio- Por un momento me imagine lo peor- le acarició los cabellos.

-Y-yo- sus ojos se llenaron de lagrimas- Yo también- correspondió el abrazo mientras se colocaba de puntillas.

Se quedaron absortos mirando aquella escena, no podían creer lo que veían, y no es que Aomine sea malo ni nada por el estilo hubiera hecho lo mismo por alguno de ellos. Pero lo que no se tragaban era el como se veían ellos de esa forma...abrazados como si dependieran su vida de ello, era una escena demasiado linda (ignorando lo anterior).

-Mis papás- se cubrió su boca con su manos antes de echarse a llorar- Iodicchi...tu plan d-desultó...gacias chicos- lloraba con fuerza la rubia.

Los niños la miraron enternecidos para después acercarsele y darle un enorme abrazo.

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-Aoi ven aquí- llamó a la pequeña.

-¿Si papá?- se acercó al moreno.

-Dime la verdad- la miró con seriedad- ¿Qué fue lo que tramaron tú y esos mocosos?.

-No sé de que me hablas- fingió inocencia pero el peliazul no le creyó- Esta bien, solo quedía que papi y papá se demostadan su amod pedo el plan se salió de contol pero no paso nada- le regaló una sonrisa.

-¿Qué no pasó nada?- bajo la mirada irritado- Gracias por querer ayudarnos pero eso es cosa de...adultos, ¿Qué tal si a Kise le huibiese pasado algo grave?- la menor agachó su mirada- Los amo a ambos y no quiero que les pase nada, así que no vuelvas a hacer algo similar bebé- le acarició los cabellos rubios.

-¿Ocurre algo?- pregunto en cuanto entró a la habitación.

-No, nada- la menor asintió- Solo platicaba con mi bebé.

-Aomine, ¿Podemos hablar a solas?- se rascó la nuca con nerviosismo.

-Claro- se acercó a la pequeña- Será un secreto entre los dos así que no se lo digas a tu papi ¿Okay bebé?- la menor le asintió y el le depositó un suave beso en su frente.

Siguió al rubio hasta que entraron a la habitación de este, cerró la puerta y el más alto decidió sentarse en el filo de la cama mientras que el otro se recostó sobre el armario. Lo miraba fijamente pero Kise esquivaba su mirada además de que la atmosfera se torno algo tensa y eso le empezaba a desesperar.

-¿Prefieres quedarte callado o mirar a la nada?- preguntó sacástico- Habla de una vez sabes que no soy de mucha paciencia.

-Es solo que no se como decirlo- se esperaba lo peor- Aomine yo quiero...- aquí viene, lo más seguro es que le pida que se vaya- Esto...q-quiero pedirte una disculpa- abrió sus ojos como si estos se fueran a salir de su cuenca.

-¿Qué?.

-Es solo que, bueno, aún creía que eras el mismo egoísta de antes pero...con lo que pasó hoy- sus mejillas se ruborizaron- Bueno me salvaste y yo te juzgue mal- empezó a jugar con sus dedos- También pensé en que no te importaba Aoi pero en la manera en que la miras, tratas, inclusive te preocupas por ella me ha dejado en claro...que los años si te han cambiado- unos brazos se colocaron a los lados de su cabeza.

-No me juzgaste mal, antes seguía siendo el mismo egocéntrico y egoísta de siempre, aún estando con Satsuki- el rubio tenía la mirada fija en el suelo- Ni ella logró cambiarme, ni por haber sido mi pareja o mi mejor amiga, mucho menos los chicos por eso me fui de la ciudad. Pero si hubo una persona por la cual quise cambiar- lo tomó del mentón para conectar ambas miradas- Y fuiste tú Ryouta, por ti dejé de lado esas actitudes para querer volver a tenerte, cuando conocí a Aoi la primera impresión que tuve fue de que se parecía a tí, en mi aniversario con Satsuki te alucine, después te vi- se sentía incomodo ya que él no suele decir esas cosas- Y bueno me dí cuenta de que te quería solo para mi.

-N-no sigas- se sujetó de su playera- ¿Por qué? ¿Por qué no me dijiste esas cosas antes?- comenzó a gimotear- Sabes lo cuan enamorado estaba de tí y aún así deciste irte con ella, me rompiste el corazón como nadie lo había hecho...no sabes cuanto sufrí- trataba de quitarse las lagrimas en vano- Cuando me enteré de que estaba embarazado una parte de mí estaba agradecido y feliz sin embargo la otra parte no me dejaba tranquilo con recordame de que este así es por el fruto de un amor unilateral- respiró hondo antes de proseguir- Cuando se lo conté a mi familia, no lo tomarón nada bien...dijeron que era una deshonra tener de hijo, y que no iban a tolerar el hecho de que me haya dejado tocar por otro hombre...mis hermanas trataron de defender pero no lo lograron.

-Kise.

-Dejame continuar- tomó aire y siguió- Todos estaban felices con sus parejas para después formar sus familias- sonrió levemente- Yo era el único que estaba sólo, creía que a nadie le importaba...así que decidí irme a otra ciudad y así empezar desde cero con mi bebé, pero cuando todos se enteraron me impidieron irme, estaba a punto de tomar el autobus cuando escuche como me gritaban, estaban todos ahí gracias a que mis hermanas se lo comentaron- miró con tristeza los orbes azules- Solo así pude seguir aquí, me ayudaron muchísimo por eso estoy agradecido con ellos...cuando nació mi princesa fue lo mejor de mi vida así que les pedí que ya no me ayudaran, yo tenía que salir de esto y no depender de nadie más...fue difícil hacerle de madre y de padre pues yo no sabía nada de como cuidar a una bebé pero con el tiempo lo logré, seguí siendo modelo gracias a Kasamatsu-senpai. Pude con todo lo que me dió el destino pero no pude con algo...y ese algo eres tú.

-Entonces permiteme remediar el pasado- lo tomó de las mejillas- Si existiera un botón de reversa no dudes en que lo oprimiria, así no hubiera hecho que pasarás dolor, dejamé amarte como debí hacerlo, se que fuí un imbecil y sigo siendo un cabezón terco y enserio que me estoy esforzando por decirte estas cosas- besó su frente- A nadie más le abierto mi corazón.

-Yo...yo ya no quiero sufrír- gimoteó mientras lloraba- Si dices esas cosas harás que caiga de nuevo en el amor, mejor date la vuelta y olvida esto- lo miró con ternura.

-Entonces volverás a caer porque no soy de los que se rinden- acercó su boca a la contraría para así formar un beso. El cual fue correspondido.

    ¿Es mi hija?   Aokise~MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora