Capítulo 1. El chico nuevo.

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—¡Agh! ¿Has visto a Nathan Gale? Quiero decir, honestamente ¿Puede ser más caliente? Oh si, si que puede.— Haley Morgan, mi mejor amiga desde la escuela primaria chilló mientras me agarraba del brazo.

—No, no lo he visto. El entrenamiento de fútbol debe de haber coincidido con él.— le contesté con una sonrisa forzada. No me podría importar menos cuán caliente podía lucir Nathan Gale. Haley entornó los ojos y abrió el casillero junto al mío.

—En serio, Alice, no entiendo cómo puedes ser tan inmune a una persona tan intensamente sexy.

Logré una sonrisa genuina y deslice mi bolso sobre encima del hombro.

—¿Sexy? Porfavor dime que no dijiste sexy.

Haley se encogió de hombros.— No soy un pozo sin fin de palabras descriptivas como tú.

Me atreví a echar un vistazo por encima del hombro. Los pasillos se encontraban llenos de gente normal, hablaban, reían y leían sus horarios. Todos normal. Dejé esacapar un suspiro de alivio. Este era el primer día de mi último año. Quería disfrutarlo.

—Entonces, ¿Qué clase tienes primero?— Pregunté revisando mi horario. Me alegré al ver Literatura inglesa a primera hora, es mi materia favorita.

—Álgebra II ¡Agh! Disfruté tanto geometría el año pasado. Odié álgebra en primer año que ya puedo sentir las vibras negativas saliendo de mi libro.— El estilo dramático que tenía Haley para la vida nunca dejaba de hacerme reír.

—Yo tengo literatura inglesa.

—Bueno mi vida— Escuché la voz de Troye Mellet, mi mejor amigo, mientras me abrazaba por la cintura.—Nos toca literatura—sonrío.

—Qué suerte tienen ustedes dos, todos saben que les encanta eso. Oh, miren, miren, ahí está.— Haley chillo en voz baja, mientras asentía con la cabeza hacia dónde Nathan hablaba con otros jugadores de futbol americano.

—Odio no poden andar contigo y disfrutar de Su alteza pero esta es nuestra parada ¿Verdad Troye?— Voltee la cabeza y observe como Troye le daba una mirada con lujuria a Nathan —¡Troye!.

—¿Eh? Si, es muy caliente.— Comenzó a babear. Haley estalló a carcajadas y yo solo rodé los ojos.

Le di un pequeño golpe a la cabeza de Troye mientras nos despedíamos de Haley y le tome la mano en dirección al salón. Los salones vacíos eran lugares que usualmente evitaba a toda costa.

Teniendo en cuenta el hecho de que la campana no sonaría hasta cinco minutos más, esta sala, sin duda, permanecería vacía por los próximos cuatro minutos.

Si me hubiera quedado en el pasillo, habría sido arrastrada por Haley a donde Nathan se rodeaba de sus escasos elegidos. Sabía, sin dudar, que no le interesaba hablar con Haley.

Hemos ido con Nathan a la escuela desde que teníamos once. Desde su traslado de algún lugar al norte de la ciudad costera de Santa Mónica, California, nunca nos había reconocido, a ninguna. No es como si me importara. No era mi tipo. Caminamos hacia la mesa más cercana a la ventana y puse mi bolso en el piso.

—¿Dónde has estado este verano? Te extrañé muchísimo.— Escuché voz de Troye a mis espaldas.

—Estuve en Carolina del Norte todo el verano en el campo de caballos de mi abuela.

Troye se reclinó en su silla y sacudió la cabeza. —Simplemente no entiendo por qué la gente querría irse todo el verano, cuando vivimos en una de las playas más bellas del mundo.

Más estudiantes comenzaron a entrar en la habitación, seguidos por nuestro profesor de Literatura Inglesa, el Sr. Scott.

—Ah, qué bueno es ver caras tan felices esta mañana ¿No es la Literatura Inglesa una alegría? ¿Qué mejor manera de despertar?— Preguntó el profesor en un tono jovial. Se giró y escribió la tarea de esta semana en el pizarrón.

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