ABISMO

Capítulo 3. Quizás te guste antes de que termine esto.

—A ver si he entendido bien.— Haley se sentó en el sofá con un pedazo de pizza en la mano y una lata de refresco entre sus piernas.— ¿Nathan me-pones-tan-caliente-que-deseo-retregarme Gale te pidió que lo ayudaras con su discurso y te negaste? ¿Estás tan loca como creo que lo estás? Quiero decir, en serio Alice, pensé que la locura que tan a menudo veo en ti era sólo para mostrar de forma superficial, y muy en el fondo tenías algo de sentido común.

Arrojé un pedazo de pizza delante de mi, con frustración.

—Voy a arreglarlo mañana. No es como si hubiera asaltado un banco. Deja de hacer un gran problema de esto. Sé que me equivoqué. Realmente necesitaba ayuda y se inscribió para clases de apoyo. Si quiero el crédito extra, tengo que ayudar a todo aquel que me envie el Sr. Yorkley.— confesé y Haley entornó los ojos.

—¡Oh, Dios no lo quiera y envíe al hombre más caliente del Estado contigo! Quiero decir, por el amor de Dios, ¿Qué te pasa?

Era imposible no encontrar divertido su drama. Haley nunca dejaba de hacerte sonreír a las pequenas cosas, convirtiéndolo todo en un gran escenario dramático.

—Me equivoqué al no ofrecerle mi ayuda. Supongo que mis prejuicios hacia los deportistas se interpusieron. Pero, no le voy a ayudar porque tú piensas que es caliente. Sólo estoy ayudándolo porque realmente lo necesita y me inscribi para eso.— Haley rodó los ojos y se quedó inmóvil, sosteniendo la pizza entre el aire.

—Espera, ¿podrá ir a tu casa y todo eso? Porque, si es así, quiero estar ahí también. Me puede notar y darse cuenta de que está perdidamente enamorado de mí, y luego podemos salir durante toda la escuela secundaria y después de la graduación nos podríamos casar y yo seré la madre de sus hijos.

La soda escapó de mi boca y cubrió mi plato todavía con pizza.

—¿Qué?— Sonrió encogiéndose de hombros antes de tomar un bocado de su pizza libre de refresco.

—Para empezar, es necesario terminar la universidad antes de siquiera pensar en casarse y tener hijos. Y NO, no va a venir por aqui. Incluso si fuera a hacerlo no te permitiría venir después de ese comentario deschabetado.

La última cosa que quiero hacer es arreglar algo entre mi amiga y un chico con el que está fantaseando sobre casarse y tener hijos, recién salidos de la preparatoria. Haley suspiró con la derrota e hizo un me puchero, enojada, era buena con eso.

—No eres divertida, Alice, no tienes gracia en absoluto.

Di otro bocado a la pizza de la caja de cartón que había colocado en la mesa de café.

—¿En serio? Entonces, ¿por qué sigues aquí?— Pregunté.

—¡Porque te quiero!

—¡También te quiero!

Haley se puso de pie.—No me gusta dejar la intimidad caliente de esta conversación, pero tengo que hacer pis.— Saltó, levantándose del sofá y se dirigió por el pasillo hacia el baño.

Siempre aguantaba hasta el último minuto. Solía pensar que cambiaría a medida que fuera creciendo, pero no lo había hecho. Cuando decidía que necesitaba ir al baño siempre era una carrera precipitada.

—¿Quieres ver The Vampire Diaries? Tengo los dos últimos episodios grabados.— Pregunté en cuánto salió del baño

—¡Oh! Si, me lo perdi la semana pasada.— Agarré el mando a distancia, seleccionando los programas grabados en mi lista de DVD e hice clic.

Después de al menos 5 capítulos de escuchar a Haley suspirar por Damon y quejarse de Elena, nos entró el sueño y nos quedamos profundamente dormidas.