Capítulo 38: "¿Porque no estamos con ellos?"

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Las manos de Peeta estaban frías en todo el tiempo que estuve con el, al fin le habían asignado un compartimiento, pero el problema era que el estaba sólo y cuando lo estaba los problemas volvían con respecto a su salud.

Pero ahora lo tenía acostado en mi cama, dormido y con el semblante relajado, así era como lo había conocido, sin ninguna preocupación y sin ningún problema. Me puse a analizar el tiempo que me quedaba en estar aquí adentro y salir a la batalla, faltaban unas cuántas horas antes de dejar a Peeta en manos de Coin y el resto de personas de este distrito. Solté la mano de Peeta dejándolo descansar y me levanté a él baño, me mire al espejo, como si fuera la primera vez que miraba mi reflejo en meses, el rostro más demacrado que antes y con notorias cicatrices en mi frente, me quite el gorro que Hido me había dado dejando caer mi extenso cabello, lo aprecie por un momento y ver como estaba en un buen estado luego de haber ido al Capitolio. Esta no era la apariencia de alguien que tenía que ir a la guerra, no lo era, se suponia que tenían que cortarlo para la batalla pero por alguna razón Coin no autorizo que lo hicieran, así que tomé un peine y desenrede mi castaño cabello, luego abrí la llave del grifo y moje a este mismo, saqué las tijeras que había logrado sacar de los materiales que se usan en la escuela del distrito y la puse en la encimera.

Voltee a ver como Peeta dormía aún y mire mi reflejo, ahora se notaba más las notorias ojeras y el golpe de mi cabeza causada por la alucinación. Tomé las tijeras y corte mi cabello, quitandole el largo a este y dejándolo hasta mis hombros, baje las tijeras y solté un suspiro.

-¿Que se supone que estas haciendo?-preguntó el rubio a mis espaldas.-
-Sólo quiero verme como los demás en la pelea.-murmure apoyandome de el lavamanos.-
-___, ven, vamos a la cama y así duermes para mañana.
-No quiero dormir...
-¿porque no? -preguntó extrañado.-
-Simplemente no tengo sueño.. no dejó de pensar de lo que sucederá mañana...-explique volteandome.-

Peeta avanzó tomando mis manos con las suyas y tirando de ellas para darme un fuerte abrazo. Cerré los ojos ocultando mi rostro en su pecho con el miedo de que tal vez esta iba a ser la última vez que lo podría tener de esta manera.

****
Ya era de mañana y Peeta no se había despertado, me quería despedir de el pero al mismo tiempo algo me decía que sólo le fuera. Me levanté de la cama armandome con la ropa de combate, ajuste la última bota y por un momento mire a Peeta que dormía en paz. Comencé a moverme hasta el cuerpo inerte del chico y bese su frente con la mayor delicadeza que podía existir en mi vida.

-Adiós Peeta... -susurre para luego salir del lugar y dirigirme al punto de encuentro-

Los pasillos eran largos y su color gris me hacían recordar la nieve manchada de el color famoso del carbón. Al momento de llegar a la plataforma A9 me encontre con mi pelotón, todos serios y con la mirada perdida, ¿Que pensaban? Tal vez tenían familiares aquí y pensaban que cualquier cosa pasaría, casi como lo que yo pensaba. Hido camino hacia mi con el semblante serio.

-___ sigo pensando que no es buena idea que vayas con nosotros.
-¿Que estas diciendo? Hido, soporte varias inyecciones que dolían para que mi cabeza sanara más rápido, todo para ir.- explicó incrédula.-
-Es que...pienso que es mejor que te quedes, así no tendrás ningún problema y sólo tendrás que esperar.
-No, Hido yo... -Me interrumpo a mi misma mirando detrás del hombro de el chico.-
-¿Que sucede? -preguntó el chico con cierto tono de rareza, volteando a ver y mirando lo mismo que yo.- ¿Que?
-Hido, ¿Porque no estamos con ellos?
-No tengo la menor idea

Detrás de Hido se encontraba otro pelotón, pero no cualquier pelotón, ahí estaba Katniss, Gale, Cressida, Finnick y todos los demás, ¿Porque no estábamos con ellos? Subí la mirada extrañada por eso y Hido la bajo para encontrarse con la mía. No teníamos una explicación clara de que es lo que pasaba, pero estaba segura que en ese pelotón la mayoría eran tributos salidos de la arena.

-¡Hey! ¡Ustedes dos! -gritó la comandante Wood.- ¿Que hacen ahí parados? ¡Vámonos!

Eso hizo captar la atención de los tributos que, al igual que Hido y yo, estaban confundidos. Finnick corrió preocupado hacia mi con el semblante serio pero al mismo tiempo preocupado.

-¿A donde crees que vas? -preguntó extrañado.- ¿Y porque no están en nuestro pelotón?
-No tengo idea Finnick, nos pusieron aquí y ya...
-___, no, tienes que venir conmigo, yo te tengo que cuidar de cerca, como siempre lo hice.
-Finnick... No puedo..
-Ten, extiende la mano.-hablo el rubio urgando por su bolsillo.- lo Olvidaste en el hospital.
-Es mi collar... gracias Finnick.-abrace al chico por última vez y luego soltandome del agarre comencé a caminar con Hido a mi lado hacia el pelotón.-

En ese transcurso sentí como un nudo en mi garganta se formaba, voltee la cabeza para ver por última vez a Finnick, el chico que fue como un hermano mayor para mi, el chico que me enseñó la mayoría de cosas en secreto para que ganará mis juegos. Mire de nuevo hacia adelante y subiendome a la nave que nos iba a llevar al Capitolio. Me senté en un puesto vacío y algo alejado de los demás, colocandome el collar en el cuello, suspire profundo y le di un beso a la cuenta que brilló por dos segundos con un color morado ya pasando al azul y luego se apagó.

No sabía que destinó me tenía la vida para esta vez, pero tenía que recalcar varias veces que iba a estar bien e iba a regresar con Roxx y la abuela, que iba a regresar con Peeta. Cerré los ojos acomodandome y quedándome completamente dormida.

Blood Of Innocents (Peeta Y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora