Nobody compares

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Era un día como otro cualquiera: frío, nublado y húmedo.

Hacía ya dos años y medio que vivías en Londres. Era Navidad y, como no, no tenías familiares allí con quién celebrarlo... Solo tenías a Liam, un chico castaño de ojos marrones, sonrisa dulce y carácter tierno. Él no era como los demás, te ayudo cuando llegaste a Londres: te enseñó la ciudad, te ayudó con la mudanza, incluso te dejó dinero cuando lo necesitabas de verdad. Era como un hermano, pero un hermano al que querías más de lo que pensabas. Unos brazos que rodeaban tu cintura desde atrás te sacaron de tus pensamientos.

Liam: Hola pequeña, ¿ya despierta?

Tú: Sí... Liam, hace frío, deberías ponerte una camiseta, ¿no crees?

Liam: No me hace falta, te tengo a ti para no pasar frío.

Tú: Ahahaha, anda, Don Romanticismo, ponte algo. No quiero que te resfries... Ni que me saques un ojo.

Liam: Vale... Pero porque me lo pides tú, ¿eh?

Tú: Ahaha, gracias.

Te dió un corto beso en los labios y se levantó de la cama.

Liam: ¿No vas a mirar que te han traido los reyes este año?

Tú: ¿Y tú?

Liam: No tenías por qué, pequeña.

Tú: Lo mismo digo, pequeño.

Bajaste casi volando las escaleras. Ah, no lo comenté, Liam y tú vivíais juntos en una pequeña casa de la que pagabais la mitad cada uno. Y... sois novios.

Liam: Cuidado, te vas a caer, ahaha.

Miraste el árbol que habíais puesto en el salón, había por lo menos 8 regalos.

Tú: ¡¿Cómo has pagado todo esto, Liam?! No puedo aceptar todos estos regalos, de verdad, es demasiado...

Liam: Shhh.. Es un detalle, venga, ábrelos.

Y eso hiciste, había un vestido morado precioso, un collar con forma de corazón, un libro que querías desde hace tiempo, un disco de Coldplay y... ¿dos billetes? 1º: ¿Cómo había acertado con todos los regalos? 2º: ¿Dos billetes? ¿Adónde? ¿Para cuándo? ¿Por qué?

Tú: Liam... esto.. esto es demasiado, enserio, no era necesario...

Le abrazaste lo más fuerte que pudiste.

Tú: Ahora te toca a ti, ábrelos :)

Liam: Vale :) Ahaha.

Los abrió, se le formó una gran sonrisa en la cara cuando vió ese disfraz de Batman que tanto quería y no encontraba por ningún lado. Era adorable. Le habías regalado también una pulsera de plata en la que ponía: I love you, Leeyum. Te sonrió de esa manera en la que se le hacen los ojos pequeñitos que tanto te gustaba y te abrazó de esa forma que solo él sabía.

Liam: Yo también te quiero, (Tn_).

Le besaste en la mejilla.

Tú: Aún te queda uno :)

Se giró y lo abrió. Era un muñeco Woody indéntico al que tenía de pequeño (lo vistes en una foto que él mismo te enseño hace tiempo).

Tú: ¿Y bien? ¿Te gusta?

Lo dijiste un poco nerviosa. Pero los nervios desaparecieron cuando viste como una lágrima caía por su mejilla mientras una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.

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