Conociendote

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- Alan - levanté mi cabeza para encontrar su mirada.

- shhh - dijo sin abrir sus ojos.

Pensé en callar pero quería decirle, se veía tan lindo acostado a mi lado, que sólo quería observarlo.

- ¿Estarás conmigo aunque no pueda darte un hijo? - Dije al fin.

Me aterra su respuesta, se que Alan sabe lo que me dijo el doctor, Estefan le contó todo y eso implica también lo del embarazo.

- Quisiera un hijo - admitió - Pero daría la vida sólo por tenerte a ti.

Su respuesta fue corta, pero tan expresiva a la vez; volví a apoyar mi cabeza en su pecho, sin articular ni una sola palabra y escuchar los latidos acelerados de su corazón me calmaban.

-¿Escuchas a lo que le haces a mi corazón? - preguntó con un tono dulce.

- Lo mismo que tú causas en el mío - dije sin pensarlo.

Alan provocaba en mi algo inexplicable, como si prendieran fuegos artificiales dentro mío, como un volcán que explota siempre cuando Alan esta a mi lado.

- Ahora duerme princesa -depósito un beso en mi frente - mañana volveremos a casa.

- Te amo - dije sintiendo como el sueño se apodera de mi.

- Te amo aún más - logré escuchar antes de quedarme dormida.

#

El sonido

Tic
Tic
Tic

De la alarma me hizo despertar y abrir débilmente mis ojos.
Cuando logré estar completamente despierta, empecé a buscar a Alan por la habitación, pero no se encontraba aquí.

Bajé a la sala en busca de Alan, encontré nuestros bolsos listos para marcharnos.

Pero ¿por qué tanto apuro?

- estaba por ir a despertarte - sentí sus cálidos brazos al rededor mío - se nos hace tarde.

- Hola buen día ¿cómo amaneciste?, Muy bien ¿y tú? -dije sarcásticamente y un poco enfadada.

- Lo siento princesa - dijo riéndose - sólo que se nos hace un poco tarde.

Quería preguntarle por que se nos hacía tarde, esta semana ni siquiera tenemos clases, pero Alan agarró mi mano y me llevó directo a la cocina, donde estaba listo un rico y perfecto desayuno.

- Oww - dije sorprendida - había olvidado que eras todo un chef.

- Soy ratatuin en persona - dijo gracioso.

Me senté junto a Alan y empecé a probar los deliciosos bocadillos que preparó, con el delicioso café que tanto amo.

-¿Por qué debemos irnos temprano? - pregunté al fin.

Alan se había puesto nervioso a mi lado, su rostro empezó a ponerse rosadito, casi rojo.

- Quería ver si podíamos ir de viaje está semana, ya que no vamos a clases - dijo nervioso, mirando su café.

- ¿Adonde me llebarás? - pregunté y luego tomé un sorbo de café.

- A visitar a mi madre - dijo y al instante escupí mi café.

-¿tú madre? - pregunté casi sin querer hacerlo, mis ojos estaban extremadamente abiertos por el asombro.

-Si mi madre - dijo con la cabeza agacha - quiero que la conozcas.

- N.. No... Sabía.. Nada de tu mamá - dije tartamudeando.

- Nunca hablo de ella - me miró a los ojos y tomó mi mano - hace mucho que no la visito y tenía pensado ir, pero quiero que vallas conmigo. Si tú quieres.

- Alan- dije y una gran sonrisa se formó en mi rostro - Me encantaría ir contigo.

Salte a sus brazos, sintiéndome feliz pero también un poco asustada, Alan de inmediato me devolvió el cálido abrazo y cada vez me apretaba más contra él, sintiendome segura.

- gracias - dijo suavemente a mi oído, causando un leve escalofríos.

Poco a Poco voy conociendo a Alan, a su tiempo el me dirá todos sus secreto, se que aveces es difícil admitir las cosas pero no lo presionare.

#

El viaje a casa se nos hizo super corto, hablando de esto y de aquello, fue entretenido.

Cuando llegamos a casa, no estaban nuestros padres, empecé a hacer mis maletas para esta semana de viaje.
No estaba al cien por ciento segura de querer ir, pero quisiera conocer a la madre de Alan, aunque no sabía de su existencia.

Bajé a la sala con mis maletas ya lista, también ya me había dado una ducha para salir a penas nuestros padres llegaran.

Me senté en un sofá y prendí la televisión, para matar un poco de tiempo mientras que Alan estaba en la ducha.

El coche de mi madre se escucha fuera, pienso un segundo como les explicaré, que sólo decidimos viajar a casa de la mamá de Alan.

Mi madre fue la primera que entró a la sala y de inmediato, visualizo mis maletas.

-¿Qué es eso? - preguntó de lo más confusa.

- Emmm mamá - no tenía pensado nada para decirle - creo que deberían esperar a que baje Alan para poder explicarles.

- No deben esperar - Oí la voz de Alan - aquí estoy.

Mi madre se puso a mi lado, observó como Alan y Estefan se acercaban a nosotras.

-¿Puedes explicarme que haces? - preguntó Estefan casi gritando.

Alan pasó a su lado y lo miró con odio, se acercó más a mi madre y la miró a los ojos.

- Lisa quería explicarte que iré con Alicia de viaje - dijo dulce y educadamente - iremos a visitar a mi madre...

-¿Qué? - interrumpió Estefan furioso - no pienses que iras.

¿pero que está sucediendo aquí?

¿Qué le sucede?

No puede impedirle a Alan ver a su madre, ni de loco.

- No puedes decidir por mi - Alan volvió toda su atención a Estefan.

- Claro que puedo- Estefan no dejaba de gritar - Estas bajo mi cuidado y te lo prohibo

- !Estefan ya cállate! - me sorprendío al escuchar el grito de mi madre dirigido a Estefan.

Este día a sido de sorpresa, y me gusta que mamá tenga el control sobre todo.

No me EnamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora