Lo Esperado Llegó

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Tiempo después....

Me pareció extraño ver a Nicolas en la puerta de nuestro departamento, también que quería hablar conmigo y también cuándo sus ojos brillaron de una forma malévola.

- No quiero escuchar nada - le repetí furiosa a Nicolas.

- Pero lo sabrás tarde o temprano - se sentó en el sofá a mi lado, con su sonrisa malévola.

- Vete ahora, Alan ya llegará y no le gustará nada que estés aquí - me levanté y me dirigí a la puerta principal - ¡Vete!

- No me iré - cerró con fuerza la puerta que había abierto - quiero estar con mi hijo.

- ¿Que? ¿Tu hijo? - mi cabeza empezó a dar vueltas.

- Mi hijo que llevas allí - señaló mi vientre.

- NO ES TU HIJO, ESTAS LOCO - grité alejandome de él - ES DE ALAN, NI SIQUIERA SUCEDIÓ ALGO ENTRE NOSOTROS.

-¿No recuerdas la noche de tu boda?

- Claro que si - dije cada vez más furiosa - sólo estuve con Alan, no soy ninguna puta para estar con cualquiera.

- Touch eso dolió - hizo una mueca de dolor, pero luego volvió su risa - pero te olvidas de algo preciosa - se acercó a mi y susurró en mi oído - ¿Recuerdas la última vez que estuviste conmigo y por alguna razón te hice dormir, luego despertaste sola en un cuarto alejado de la fiesta?

Mi corazón latía a mil por minuto, mi memoria voló a aquel momento en el cuál no entendía nada, esto no podía estar pasando.

-¡No! - grité alejandome de él. - eso es pura mentira.

- No preciosa, no es mentira - volvió a acercarse a mi y tocó mi vientre - quiero hacerme cargo de mi hijo.

- Una vez más, no es tu hijo - lágrimas de rabia salieron - no quiero volver a verte. ¡abusaste de mi maldito! Si no te vas ahora mismo llamaré a la Policía.

Aparte su mano con un tirón y me aleje lo más rápido de él, en ese momento escuché la puerta abrirse, dejando notar a Alan que de inmediato llevo toda su atención en Nicolas.

-¿Qué haces aquí? - Alan le preguntó serio a Nicolas.

- Sólo vine a charlar un rato - tomó su chaqueta y me guiño un ojo - ya me iba.

¡Maricon! Dije mentalmente.

Nicolas camino lentamente hasta la puerta principal y luego me dijo.

- Recuerda nena - y se marchó.

Alan se acercó a mi y me abrazo con tanta necesidad, que mis lágrimas volvieron a salir.

¿Como es posible que Nicolas me haga esto?

Alan se apartó sólo unos centímetros para poder limpiar mis lágrimas, dandome unos minutos para calmarme.

-¿Que pasó princesa? - preguntó dulcemente.

- Nicolas llegó diciendo puras mentiras - mis lágrimas volvieron a aparecer, pero debía contarle todo a Alan - dijo que la noche de nuestro casamiento sucedió algo entre nosotros, el me hizo olvidar todo y cree que este bebé tal vez sea de él.

Alan quedó pensativo por unos momentos, mis lágrimas aún no paraban y mi corazón tenía miedo de que Alan podría reaccionar de mala manera.

- No le creas princesa - abandono esos centímetros que lo alejaban de mi y me enrollo en sus fuertes brazos - eso sólo es mentira.

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Toco mi vientre y un dolor profundo aparece.
Trato de levantarme lentamente de la cama, pero los dolores me lo impiden.

No me EnamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora