Mi dolor.

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Narra Alan....

Me odio a mi mismo por lastimar de esa manera a Alicia, entrar en razón y ver su cara de dolor cuándo entraba fuertemente en ella, estrujó mi corazón; por nada en el mundo quiero lastimarla, sólo quiero hacerla feliz, lo más feliz que pueda llegar a hacerla.
Mi perdón se que valió algo en ella, pero aún la culpabilidad no me deja tranquilo.
Mi mente nunca estuvo tranquila, siempre estará esa persona en mi mente que interrumpa mi tranquilidad.

Necesitaba contarle a Alis mi vida, antes de que ella apareciera y sin tenerla a mi lado, había cambiado mi mundo.

Cuando mi padre se suicido delante mío, tuve que asistir a terapias y estuve con servicios sociales un largo tiempo hasta que mi madre se recuperara, luego conoció a Estefan y ella se tranquilizó, pero aún desconozco el motivo por el cuál él decidió irse.
Mi madre calló en un raro momento de "trauma psicológico",como aún estaba muy pequeño y en ese entonces adoraba a Estefan, decidí mudarme con él aunque fuese lejos de mi madre; pero pensé que sería por un corto plazo, algo así como unas vacaciones. En ese entonces vivíamos ambos en un apartamento, antes de que conociera a Alicia y Estefan a Lisa.

Luego de eso jamás quise volver.

- Prometo no volver a lastimarte- susurré en el oído de Alis, quien dormía en mis brazos.

Decidí ir por un poco de agua, me separé de Alicia lentamente, aunque no quería alejarme de ella, me coloqué un abrigo y salí de la habitación.

Me serví un vaso de agua y lo tomé a todo queriendo más, al terminar el cuarto vaso de agua, me dirigí al sofá y se senté a ver la nada razonando con mis pensamientos.

Recuerdo la tarde cuando llegué de jugar con mis amigos, papá estaba sentado en este mismo sofá y me miró con dolor, tenía en manos su usual botella de alcohol y lo que me dejó atónito, fue el arma de fuego que sostenía con furia y esta estaba llena de sangre; recuerdo cuando lágrimas salieron de mis pequeños ojos cuando era un pequeño niño, al ver aquel cachorro muerto delante de mi padre, aquel quien fue mi único amigo por años mientras que mis padres peleaban.
Lágrimas salían sin paro alguno, los ojos de aquel cachorro me miraban fijamente.
Recuerdo aquél te odio que grité al ver mi único compañero muerto, mi padre se levantó del sofá y sus ojos se cristalizaron, me miró confundido y pude ver en sus ojos lastima, hasta que desvie mi mirada al ver como apretó el gatillo apoyado en su cabeza.

-¿Alan? - la dulce y soñolienta voz de Alicia me trajo a la realidad.

- Si - dije viendo como me buscaba en medio de la oscuridad - ven siéntate a mi lado, en el sofá.

Lentamente camino hacia mi y se sentó a mi lado, la atraje más cerca y la abracé.

-¿Por qué no estas durmiendo? - pregunté depositando un beso en su frente.

- No lo se - respondió - sólo me desperté sintiéndome sola y bajé para ver donde te encontrabas.

- Sólo bajé por un vaso de agua - dije levantándome del sofá y agarré dulcemente, su bella mano - Vamos a dormir mi princesa, debes estar agotada.

Ambos nos dirigimos a nuestra habitación abrazados, daría mi vida por estar siempre a su lado, nos acostamos en mi cama y de inmediato atraje a Alis a mi lado.

Recuerdo la primera vez que la vi, estaba con sus usuales amigas en la salida de clases, yo era como ese sexy chico nuevo por lo cual ellas estaban viendome pero yo sólo miraba a Alicia, fueron milésimos segundos que muestras miradas se encontraron, pero ella rodó sus ojos y se marchó.
Eso por alguna razón me acusó risa, pero me atrapó, sólo ese gesto.

No me EnamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora