Nada es lo que Parece [parte 2]

76 11 3
                                    

Sentía como alguien lamia mi rostro, abrí mis ojos con brutalidad, al instante vi su hermosa cara de cachorro y su brillante pelaje.

- ¡wili! - grité a las risas al ver al perro de Abby.

- Buen día dormilona - visualice a Abby apoyada en el marco de la puerta.

- Holaaa - volví a gritar - ¿Qué hacen aquí?

- Vinimos a decirte que no te podré acompañar a buscar los análisis.

Había olvidado por completo que hoy estarían listos, no me siento preparada para verlos yo sola.

¡Alan! ¿Donde está Alan? No estaba junto a mi, ni siquiera sentí cuando se levantó.

-¿Alicia estas bien?.

- Si, si sólo que no quiero verlo sola, creo que esperaré.

Abby se acercó a Wili y amarró su correa.

- Está bien iremos mañana, ahora me iré y tú te levantarás dormilona - salió por la puerta de mi habitación agitando su mano - ¡Adiós!

- Adiós Abby, Wili - me senté en mi cama y me levante para dirigirme al baño.

¿Donde se habrá metido Alan?

Entré al baño, me aliste y luego salí para desayunar, quiero pasar todo el día con Alan ya que había terminado todas las tareas de la Universidad.

Bajé por las escaleras y empecé a buscar a Alan con la mirada, pero sólo encontré a mamá en el comedor.

- Bueno días - dije sentandome a su lado.

- Bueno días hija - tomó una taza de café y me la dio - ¿Como te encuentras?

- bien mamá - respondí extraña- ¿Por qué la pregunta?

- Anoche te fuiste a tu habitación temprano y no comiste casi nada.

- Sólo estaba un poco cansada, tenia mucha tarea- quería cambiar de conversación, se que mamá no se conforma con eso - ¿donde está Alan y Estefan?

- Alan salió hace media hora - dijo mirando su reloj - dijo que no sabía a que hora regresa.

Otra vez no Alan, por favor.

- Espero que no vuelta tarde - dije en voz alta - digo por Estefan, seguro extraña a su hijo.

- seguro salió con él - tomó un sorbo de su café - ¿me campañas a comprar unas cosas para el bebé?

- Claro que si mamá - siempre quise de ir a comprar cosas de bebés.

- Entonces vamos - dijo lo más entusiasmada.

#

Cuando llegamos a la tienda, me sorprendí al ver tantas cosas hermosas para niños, mi madre había desaparecido entre los exhibidores.

Empecé a ver la ropa y me encontré una remera que al parecer era para un recién nacido, tenía escrito "Mamá, te amo" una lágrima salió y la seque de inmediato.

¿seré buena madre?

Coloqué la pequeña remera sobre mi plano vientre.

- Si existes, prometo amarte por siempre - dije en un susurro.

Sentí un ruido detrás de mi, inmediatamente me di media vuelta, espero que no sea mi madre. Era una señora casi de unos cincuenta años, se acercó y vio la remera que tenía en manos.

No me EnamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora