XXIX

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Era una locura. Cantábamos a voces, si eso se podía llamar cantar. Las luces me cegaban, pero no importaba. Nada importaba. Sólo escuchar la música.

Como es de costumbre, volví a agobiarme y salí un rato a que me diera el aire. Oriana también se agobió y vino conmigo.
Salimos de la casa y Oriana me ofreció un cigarrillo, pero lo rechazé, aunque le daba algunas caladas al suyo. Nos sentamos en el bordillo de la acera cuando vimos un coche aparcando al lado de la casa. Eran Marcos y Pablo. ¿Qué pintan aquí? Bueno, qué mas da. Yo no tenia ni idea de que vendrían, espero que Marcos se esté calladito conforme a Cristian.

Se acercan y nos levantamos y le doy el cigarrillo a Oriana, ya que recién le había dado una pequeña calada.

– ¿Qué haces fumando? No no, se lo voy a decir a mamá — dijo Marcos con su típica sonrisa de galán.

Me cruzo de brazos. Creo que prefiero no comentar nada, ¿para qué?

– Pablo, esta es Isabela, la que nos dejó tirados.— me presenta Marcos. Estúpido.

Tampoco digo nada porque es la verdad, pero frunzo el ceño y le miro mal. Aunque tiene su explicación.

Nos damos dos besos y a Oriana le da un abrazo.

Este chico se parece bastante a Marcos. Tiene el pelo negro, aunque los ojos como grises, son muy bonitos. La mirada perdida. Intento leerle la mente a través de sus ojos, pero transmiten tanto que acaban sin transmitir nada.
Me fijo en un tatuaje en la nuca que pone "freedom" y se le marca la mandíbula, como a Marcos. Dios me encantan los chicos a los que se le marcan la mandíbula.

– Creí que no vendríais.— comenta Oriana.

– Donde haya una fiesta allí estoy.— habla Pablo, que se ríe junto a Marcos.

– Está Adriana.— cambio de tema— No deberías de haber venido.

Me mira sonriente. ¿Qué coño le pasa?

– ¿Qué más da? Llevábamos dos años sin hablar, podemos seguir otra noche...

– Y también está Cristian.— le corto.

– Por favor Isabela, relájate.— me guiña el ojo.

– Estoy muy relajada, ¿no se me nota?

Entro otra vez a la casa y Oriana me sigue. Supongo que ellos también.

Nos cuesta una vida encontrar a Maria y a todos. Se saludan, pero Adriana y Marcos ni se miran, y Cristian tampoco lo hace.

No hay nada nuevo, lo pasamos bastante bien. Nos tiramos cantando y bailando todas las canciones sin descanso. Cada uno por su lado, a su bola. Pero, de repente, suena la canción "Work" de Rihanna. No me gusta bailar twerk, a ver, con mis amigas haciendo el tonto si, pero no quiero ir provocando delante de los chicos. Más que nada porque sé lo que va a pasar y luego me voy a quejar. No me gusta.

Empiezo a analizar la situación, el momento. Miro alrededor de la sala. Miro a mi derecha y me empiezo a reír como una loca. Oriana haciéndole twerk a Pablo. Dios mío.

Busco uno de los sillones para sentarme. Creo que me merezco un descanso. Pero Marcos me coge del brazo.

Cicatrices [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora