XXIV

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Maratón 1/4

¿Y se va? ¿Sin decir nada? ¿Sin mas?...
A este chico no hay por donde cogerlo.
Llego a casa, almuerzo, me pongo el pijama y me meto en la cama dispuesta a dormir. Apago el móvil, no quiero que nadie me moleste. No pienso quedar con nadie. Me duermo en cuanto cierro los ojos, estaba agotada.

Me despierta el sonido del timbre. Miro mi reloj, son las seis y media. Nadie abre. Alicia estará en clases y mi madre comprando. No tengo ganas de ver si quiera quien es y vuelvo a cerrar los ojos.
De repente el sonido del timbre se detiene, y me siento aliviada. A los 3 minutos, se escucha a alguien tocar la ventana de mi habitación. Me acojono y abro los ojos, mirando a la ventana.

No puedo creer lo que veo, debo de estar soñando.

«¿Marcos?»

Me levanto de la cama y me acerco a la ventana, ¿estaré soñando? Abro la ventana. Efectivamente es Marcos.

- ¿Me dejas entrar? - pregunta, seco.

Asiento con la cabeza y entra. Me asomo para ver si había alguien por la calle. No hay nadie. Rápidamente me giro a él y le pego un empujón.

- ¿Qué cojones haces? ¡Podrías haberte matado! - grito, enfadada.

- ¿Por qué no has aparecido?- cambia de tema.

Me froto los ojos con los nudillos y me siento en la cama.

- ¿Por qué te has ido sin decir nada?- cambio yo también.

Me mira y se sienta a mi lado.

- He dejado a Oriana sola con Pablo.

- ¿Se han llevado bien?

- Puede que demasiado.

Sonrío.

- Estuve casi 4 meses con Adriana.

Le miro. Entrelaza sus dedos.

- Corté con ella porque la pillé poniéndome los cuernos.

Abro los ojos por la sorpresa. ¿Adriana y cuernos? Jamás lo habría imaginado.

- Y... ¿quién es él, si se puede saber?- le pregunto, directa.

- Un tal Hugo.

Abro los ojos otra vez, pero esta vez extrañada a la vez que sorprendida.

- Pero si Hugo es de nuestros mejores amigos.

- Tendría que haberle partido la cara a ese gilipollas.

- ¿Y de qué te habría servido? Eso no te habría quitado los cuernos.

Me mira mal, aunque sin odio, y me doy cuenta de la gravedad de lo que acabo de decir.

- No hubiera merecido la pena.- improviso.

Me quita la mirada.

- Esa zorra me jodió tanto... En ese momento era cuando más la necesitaba y resulta que se follaba a ese patético.

Me quedo un poco parada. No soy muy buena consolando, ni dando temas de conversación.

- ¿Te portaste mal con ella?

- Claro que no - noto la tristeza en su voz. - Lo que pasa es que cuando me enteré, me lié con otra sin cortar con ella aún, y se lo dije a todos, subí snapchats y el rollo para que ella lo viera.

- No sé que decirte...

- No quiero saber nada de ella, no me interesa nada.

Veo como aprieta sus puños.

- Duele ver como ahora odias a alguien que un día lo fue todo para ti.

Intento ponerle la mano en la pierna, con inseguridad.
Se agradece la sinceridad.

Cicatrices [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora