Capitulo 3

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Hola a todos de nuevocon este capitulo 3. Espero que os este gustando el enfoque que leestoy dando a la historia y hablamos luego.


CAPITULO 3


.......


Después de que Ragnar volviera, le dijo a Athelstan que tenían queir a pescar y este, sabiendo que aquello significaba estar los dos asolas en el pequeño bote con el que la familia contaba, no se negó,disfrutando de la compañía sin nadie alrededor.


Aunque se lo había imaginado de otro modo. Ragnar permaneciócallado todo el tiempo, con esa expresión en su cara, como si seencontrara muy lejos de allí. Athelstan supo que aun no habíasuperado la muerte de su compañero. Y que, fuera lo que fuera lo queestuviera tramando, no le permitía estar en paz.


Había permanecido tanto tiempo observándole que ya era como si leconociera.


No se había atrevido a intentar hablar con él en la pequeñaembarcación por miedo a como podía reaccionar él. Pero, cuandoregresaron a casa y comprobó que no había nadie más en lavivienda, viendo como Ragnar se tumbaba mientras él empezaba alimpiar los peces que habían pescado aquella mañana, se dijo quetenía que decir algo para tirar abajo el muro que este había hechoa su alrededor.


-¿Puedo preguntarte algo?- se aventuró, un poco nervioso.


Ragnar le dirigió una mirada con los ojos entrecerrados y, con susilencio, dio por sentado que aquello significaba que sí.


-¿Sigo siendo tu esclavo?


-¿Eso importa?- le preguntó él a su vez, mordiendo un trozo depescado seco.


-Importa porque, en tu mundo, a los esclavos se les trata a menudopeor que a perros.


-¿Te trato como a un perro?- le preguntó este, pareciendo algoindignado. Después de todo, no tendría porqué quejarse del modo enel que había sido tratado en aquella casa.


Ragnar podría jurar por todos los dioses que nadie que hubierallevado a un cautivo de tierras extranjeras hasta allí habíatratado tan bien a este como él trataba a Athelstan. Y le parecíaincreíble que, aun teniendo que saberlo, este aun preguntaratonterías como aquella. ¡Le había confiado a sus hijos cuando apenas se conocían! ¡¿Qué más pruebas necesitaba para comprobarque ya no era un simple esclavo más?! ¡¿Qué más quería de él?!


-No hablo de tí- le aseguró este, haciendo desaparecer de golpe unpoco del mal humor que había despertado en él.-Podrías matarme agolpes y no serías castigado. En tu mundo, los demás están sujetosa la ley.


-Así es la vida- fue todo lo que le comentó. Además, si Athelstanpensaba que podría hacerle aquello era porque no le conocía tantocomo él creía.


-Un hombre puede violar a una esclava, pero no a una mujer libre.


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