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Por votación se decidió que los pequeños dioses quedarían a cargo de Hitoka, mientras que los dioses se reunían con el gran sacerdote, lo que menos querían eran que los niños se preocuparan más de lo que ya estaban.

Durante el medio día, llegó el sacerdote al templo, los dioses lo esperaban en el salón, el ambiente estaba lleno de tensión y nerviosismo...no querían esperar más, pero sabiendo eso el sacerdote se hizo esperar y se reunió...o más bien se digno a aparecer durante la tarde.

La furia de los dioses se estaba desbordando por las grandes ansias de tener respuestas, y no era para menos teniendo a todos los protegidos desaparecidos.

-No entiendo porque mis queridos dioses están tan molestos-dijo mientras se sentaba

-Gran sacerdote, ya lo hemos esperado lo suficiente, realmente necesitamos respuestas...nuestros protegidos han desaparecidos y estamos seguros que usted sabe algo al respecto-Suga estaba molesto

-Con que sus protegidos...-suspiró cansado-...desaparecieron

-¡No nos tome por estúpidos!-se agitó Nishinoya-¡Queremos que nos diga donde están!

-Me nombraron gran sacerdote para proteger el templo y a ustedes, por ende tengo toda la responsabilidad de tomar decisiones para su bienestar...considero que los protegidos no son necesarios para un dios...no en un cien por ciento

-¿A qué se refiere?...explíquese mejor-el dios de la alegría parecía estar más violento que de costumbre

-Ustedes no necesitan a un protegido, solo deben buscar a un humano para crear un nuevo dios y luego yo como gran sacerdote los desaparecé

-¿Por qué decidió que las cosas fueran así?-Tsukishima se levantó de la silla

-No solo es eso...yo mismo buscaré a un humano digno para ustedes si lo necesitan-sonrió malvadamente-...al ver el fracaso de Tsuki no Kami, tenemos que evitar que niños humanos nazcan...solo dioses

-¡ES UNA LOCURA!-Hinata gritó-...no puedo permitir esto, aunque usted sea el gran sacerdote, no haré caso a sus estúpidas reglas

-¡LO HARAS!...-levantó la voz-después de todo ya desaparecí a todo los protegidos, no me subestimen tengo el poder para hacer y deshacer en este templo dioses...ahora si me disculpan, tuve un día muy agitado

Con aire de indiferencia caminó y salió del salón, los dioses no sabían como deberían actuar ante esta situación, no podía ser cierto todo lo que estaba pasando...entonces ¿Todos los protegidos habían sido exiliar por mero capricho del gran sacerdote?...era ridículo, tan ridículo que no permitiría que se saliera con la suya.

Se quedaron en el salón para discutir, tenían que pensar en alguna manera de encontrar a los protegidos, pero parecía imposible...

-¿Si usas tu clarividencia?-sugirió Hinata

-Ya lo intente, no puedo encontrar a Tadashi...es como si toda su existencia hubiera desaparecido

-Cuando el gran sacerdote te contó sobre el exilio de Yamaguchi... ¿Qué más te dijo?-Suga suspiró cansado

-Aunque fuéramos al mundo mortal jamás lo encontraríamos, su figura mortal a desaparecido de nuestras memorias y los mismo para ellos, todos los recuerdos vividos fueron barrados...me advirtió que jamás nos volveríamos encontrar de nuevo

-¿Y si nosotros los encontramos?-los ojos de Tanaka se llenaron de una pequeña esperanza

-Si nos cruzamos en el mundo mortal nunca nos reconoceremos ni ellos a nosotros...así que no creo que los encontremos

-¡No podemos aceptar esto!-se quejó Hinata-...recuerdo perfectamente a Tobio, así que no puede ser que lo haya olvidado

-Enano tarado, lo recuerdas aquí en el templo pero cuando estés en el mundo mortal todo lo que sabes desaparecerá... ¿Todavía no entiendes verdad?

-No es momento para pelar entre nosotros Tsukishima, Hinata...ahora lo más importante es buscar una solución...aunque parezca algo difícil estoy seguro que algo se nos ocurrirá...somos dioses después de todo ¿No?

Suga intentaba convencerse con las palabras que dijo, pero aun con eso estaba igual como los demás lleno de una mezcla de horribles sentimientos...lo principal era, ¿Cómo no se dieron cuenta que el gran sacerdote se había dejado llevar por el poder?... ¿Cómo podrían arreglar las cosas?

Ya se acercaba el anochecer, Tsukishima les dijo que sería mejor ir a descansar, no podían estar tanto tiempo solos los niños...lo que más necesitaban era estar con sus padres. Así que les dijo que iría a buscarlos.

Aquellas almas puras, ya estaban más tranquilas...sus ojos llenos de tristezas se habían convertido en hermosas joyas llenas de alegría infantil, el rubio suspiró ya que los niños se encontraban bien. Hitoka se adelantó, para ayudar a los dioses a ordenar el salón por lo que Tsukishima se llevó a todos los chicos.

Al abrir la puerta los niños corrieron como pequeñas ovejas directo a las largas piernas de sus padres, su alegría teñían de un rubor sus pequeñas mejillas, al menos todo estaba bien por ahora.

-¡Papá...con los demás jugamos a las escondidas y gané!-Nana sonrió

-¿Papá?...-Suga se arrodilló-¿Quién eres pequeña?... ¿Te perdiste?

-Soy Nana papá, tu hija-tomó el rostro de Suga entre sus pequeñas manos

-¿Mi hija?...lo siento pequeña...pero yo no tengo hijos-le sonrió amablemente

Tsukishima lo observó algo impresionado, ¿Qué estaba pasando con Suga?, giró su vista y notó lo mismo, Hinata no reconocía a Sora, Tanaka no reconocía a Tora... ¿Porque ninguno de los demás dioses podía reconocer a sus propios hijos?... ¿El también olvidó al suyo?, frenético se volteó y se encontró con Orion aferrado a su túnica....lo recordaba... ¿Entonces por qué?

Los pequeños comenzaron a llorar, si era una broma no estaba siendo graciosa, el rubio tenía que hacer algo, así que se llevo a todos los niños hasta su altar, tenía que calmarlos...tanto llanto lo estaba sacando de quicio y no era un buen momento para eso.

Observaba a los niños que estaban dormidos de tanto llorar...pero no entendía que demonios estaba pasando, quizás era una broma por parte de los chicos así que se fue para buscar respuestas.

Al menos todos seguían reunidos hablando sobre lo que paso, bueno hablaban como un grupo de niños perdidos llegaron hasta el templo, esto era grave...

-No son niños perdidos, son sus hijos-Tsukishima intentaba explicarles

-No es posible que tengamos hijos sin siquiera tener un protegido-se quejó molesto Nishinoya

-Noya-san su protegido es Azumane Asahi-san y ustedes tienen dos hijos Rin y Shouta ¿Acaso no recuerda nada?

-Tsukishima ¿No estarás delirando?...si tuviera un protegido lo recordaría...deberías descansar-Suga sonrió amablemente

Con la sensación de ser ignorado, el rubio se quedó solo... ¿Cómo podían olvidar algo tan importante?... ¿Qué pasaría con los niños?

-Se suponía que tu también debías olvidar todo...-el gran sacerdote apareció de los arbustos-pero por alguna razón no te afecto...

-¿Usted provocó todo esto?...-lo miró furioso-... ¿Qué piensa hacer con los niños?

-Los dioses son especiales...necesitan ser amados y adorados para mantenerse con vida...si esos mocosos no reciben amor de sus padres...simplemente desaparecerán...y espero que tu hijo también pase por eso...

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Mi querido Dios 2: Lazos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora