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-Ayer fuimos descubiertos por el padre de Orion, pero sin duda lo lograremos hoy-Tora sonrió

-¿No crees que nos meteremos en problemas Tora-chan?

-Son problemas que valdrán la pena Orion, además hoy no buscaremos como tontos-Rin pareció arrastrando a un niño del brazo-...Saku tiene un poder que nos podrá ayudar

-¿Es cierto?-Nana se emocionó

-No lo sé...verán-tomó la mano de Nana y esta se iluminó haciendo que se notara un pequeño y delgado hilo rojo-...puedo ver el hilo rojo del destino, así que Rin pensó que si vemos el hilo de nuestros padres podríamos encontrar el otro extremo

-¡IMPRESIONANTE!-todos los chicos gritaron al mismo tiempo

Yachi Saku es el hijo de la diosa del amor Yachi Hitoka y su protegida Shimuzu. Su apariencia física era muy parecida a la de Hitoka, pero era maduro y serio como su Shimizu, fue el segundo dios del templo en nacer, después de Nana.

Los niños corrieron a toda marcha para encontrar a cualquier dios para probar la idea, pero se encontraron con la madre de Saku, quien se impresionó al verlos, se suponía que tenían que estar en la casa de Asahi... ¿Se habían escapado?

-¡Mamá dame tu mano!-le gritó el pequeño

-¿Qué?...

No pudo entender nada y su pequeño hijo tomó su mano, comenzó a brillar y lentamente el hilo rojo se fue visualizando, haciéndose largo....cuando estuvo completamente visible los chicos se echaron a correr para buscar el otro extremo, ellos sabían hasta donde debería llegar...pero aquel hilo estaba roto...

-¿Por qué no está la continuación?-Tora se molestó

-Quizás solo te falta más magia-trato de explicar Shouta

-No...había practicado con mi mama y siempre llegamos hasta mami Hitoka-se desesperó Saku

-¿Qué?...

La rubia alcanzó a escuchar lo que los chicos decían y corrió hasta su altar, su corazón se retorcía al pensar que al abrir la puerta...aquel lugar...estaría completamente vacío...Shimizu también había desaparecido. Las lágrimas en su rostro comenzaron a caer, pero no era momento para eso...corrió hasta el otro extremo para llegar al altar del dios Nishinoya, allí debía estar Asahi...quien aparentemente también había desaparecido.

Era un hecho...Yamaguchi había sido exiliado y todos los demás protegidos habían desaparecido sin dejar rastro alguno. Ningún dios entendía lo que estaba pasando y los pequeños solo lloraban...aquel templo que siempre estaba lleno de paz y alegría, ahora se había convertido un lúgubre lugar lleno de pena y lagrimas... ¿Qué estaba pasando?

-Los niños ya están dormidos-Tsukishima apareció en el salón

-¿Quién los está cuidando?-se preocupó Suga

-Orion...fue el único que los consoló-sonrió-...me dijo que los cuidaría si volvían a llorar...confíen en él

-Mañana llegará el gran sacerdote...pero pareciera que faltaran años...-suspiró Nishinoya-...tal vez Asahi debe estar llorando en algún lugar

-Quizás ellos también nos estén buscando ¿No?-Tanaka intentaba animar la situación, pero no daba frutos

-¿Creen que los niños también desaparezcan?-preguntó nervioso al ver todas las miradas serias, pero aun así el corazón de Hinata tenía miedo-...digo, los desaparecidos eran humanos, y los niños son mitad humano y mitad dios...tal vez ellos también podrán desaparecer ¿No?

-Lo que dices puede ser verdad, en ese caso, no dejaremos a los niños solos, esperaremos hasta mañana cuando llegue el gran sacerdote y resolveremos todo-aseguró Suga

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El sol brillaba, se estaban acabando los días de primavera para abrir paso al brillante verano, llegarían las vacaciones y los estudiantes de universidad estaban dando sus últimos exámenes para ser libres.

-¿Puedo sentarme a tu lado?

-claro... ¿Ya termino tu examen? Yamaguchi

-Si...estoy agotado, ¿Qué hay de ti Kageyama?-sonrió

-También...estoy definitivamente de vacaciones-suspiró agotado-...deberíamos salir a algún lado, para celebrar

-Es una buena idea... ¿Qué tal si nos juntamos por la tarde?

Yamaguchi Tadashi, se despidió de su amigo y se dirigió hasta su casa. Caminaba mirando el cielo despejado...hace algún tiempo tuvo una pesadilla la cual no ha dejado de vagar por su mente, pero al tratar de recordar, nada se le venía...

A pesar que habían comenzado sus vacaciones, la única cosa que llenaba a Yamaguchi era pintar, pero estando sentado frente al caballete con el lienzo en blanco, no podía pintar nada...sentía que su inspiración había sido robada desde que tuvo aquella pesadilla... ¿Cómo podría crear cuadros si no tenía ideas?

Decidió que debía despejar su mente, así que salió para buscar algún tipo de inspiración, sus notas habían estado bien, pero no había podido pintar un cuadro desde hace mucho tiempo...

Era cerca del anochecer, algunos niños jugaban en el parque...se extraño que todavía había alguien por allí, pero de todas maneras se sentó a observar como los pequeños corrían y gritaban de un lado hacia otro...de cierta manera se sentía tranquilo viéndolos.

Unos de los niños cayó al suelo, se había tropezado y comenzó a llorar, Yamaguchi observó por los alrededores buscando al adulto que debía estar cuidándolo, pero no vio a nadie...no podía dejar llorar a un pequeño así que se acercó para poder tranquilizarlo.

-Hey, hey...pequeño no llores-el pecoso sonrió y acarició su cabeza-... ¿Dónde te duele?

-Mi rodilla...-entre sollozos dijo el pequeño-...me duele mi rodilla

-Déjame ver...

Mientras Yamaguchi observaba la rodilla del niño, los demás que estaban jugando con él también se acercaron al notar a un adulto desconocido cerca de su amigo.

-¿Estás bien?

-Tora-chan me tropecé...-secó sus lagrimas-...pero ya estoy mejor...muchas gracias señor

-¡Orion!

Tsukishima gritó desde un poco más atrás al ver a su hijo con los ojos llorosos y con un aparente extraño, rápidamente se acercó...

-Solo se tropezó, pero no fue nada grave-Yamaguchi sonrió-...pensé que estaban los niños solos en el parque

-Lo siento, fue a comprar algo para que comieran, no pensé que pasaría esto-el rubio tomó al pequeño entre sus brazos y lo abrazo aliviado

-Este amable señor ayudo a Orion-le informó Nana

-No soy un señor, soy Yamaguchi Tadashi-extendió su mano

-Muchas gracias por ayudar a mi hijo Orion, soy Tsukishima Kei-le estrechó la mano

-Así que su nombre es Orion...es muy lindo-sonrió-...bien...es hora que me marche, me alegro que Orion-chan este bien y fue un placer conocerlo Tsukishima-san

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Mi querido Dios 2: Lazos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora