9.

531 111 11
                                    


¡Era absurdo!...los niños no podían desaparecer...sus padres no los podían olvidar, Tsukishima no estaba dispuesto a olvidar el único recuerdo que le quedaba de su amado Yamaguchi...tenía que actuar

-¡Niños despierten!

Lentamente cada niño comenzó abrir sus pequeños ojos, Tsukishima tenía que encontrar la manera de salvarlos, salvar a los dioses, salvar su templo y salvar lo que quedaba de su familia. Así que armó un pequeño bolso con cosas de los niños, los reunió a su alrededor y desapareció del templo...

El sol brillaba en todos su esplendor...hacía muchos años que no pisaba el mundo mortal, pero todo seguía igual a como lo recordaba. El tiempo en el templo transcurre de manera diferente, por eso que todo estaba igual a la última vez que piso aquel mundo.

-¿Dónde estamos papá?

-En el mundo mortal-bajó a Orion de sus brazos

-¡Nos quedaremos sin magia y moriremos Tsukishima-san!-Tora se descontroló

-Tranquilo mocoso-suspiró-...están en mi custodia...por el momento vamos a buscar un lugar donde podamos descansar...estoy algo oxidado con el viaje entre mundos

Observó a los niños...todos vistiendo sus pequeñas túnicas...se notaba que no eran de por allí, con algo de magia Tsukishima les cambio el atuendo para que pareciera algo normal, y el cambio la túnica por un delantal de maestro de guardería, así no parecería extraño un hombre con siete niños.

Llegaron hasta una arboleda y se sentaron a descansar. Tsukishima les contó la realidad de las cosas, todo lo que estaba pasando con sus padres y sus extraños comportamientos la noche anterior, los niños ya estaban más calmados así que en cierta manera entendieron un poco la situación.

-Con todo lo que usted dice... ¿Cómo podríamos encontrar a nuestros padres?-Nana estaba algo escéptica al respecto

-Bueno soy un dios y tengo siete mocosos a mi disposición algo podemos hacer al respecto ¿No?...

-Tsukishima-san...ya que trabajáremos juntos ¿Puedo llamarlo Kei-chan?-Tora puso ojos de perrito-...a decir verdad, de esa manera me siento más cercano a usted-se sonrojó

-Pueden hacerlo...solo hasta que encontremos a sus padres...luego seré Tsukishima-san de nuevo para ustedes ¿Ok?

-Kei-chan-Rin levantó la mano para hablar-...Saku tiene el poder de ver el hilo rojo de las personas, como hijo de la diosa del amor

-Impresionante... ¿Puedes hacerlo Saku?-Tsukishima le sonrió

-No servirá...-se acercó hasta Tsukishima y le tomó la mano, el hilo comenzó a ser visible pero estaba roto-...al parecer el hilo rojo de los dioses fue cortado a la fuerza...ya que el hilo rojo no se corta ni desaparece

-El hilo rojo de él también está cortado... ¿No?-suspiró

-¿De quién?-preguntó Sora

-Pues...él...yo...-Tsukishima tocó su frente-... ¿A quién estamos buscando?

-A nuestros padres-respondió Shouta

-Pero... ¿Quién son?... ¿Cual el nombre de tu padre Tora?

-No lo sé... ¡¿QUEEEEEEÉ?!... ¿Cómo se llama mi padre?-se tomó la cabeza con desesperación

-Yo tampoco lo recuerdo papi-Orion se apenó-... ¿Como buscaremos a alguien que no recordamos?

Era cierto, a Tsukishima se le olvido ese detalle...todos los recuerdos habían sido borrados...con eso la búsqueda se volvía imposible ¿Cómo lo harían?

Se les pasó la hora de tanto pensar en alguna idea, estaba anocheciendo y la prioridad en ese momento era buscar un lugar para que los chicos durmieran. Los niños estaban cansados, después de todos no eran más que niños en el mundo mortal. Tsukishima subió a Tora y a Rin en sus hombros, Sora, Orion y Shouta se quedaron en sus brazos, Nana y Saku caminaron aferrados al delantal del rubio...ellos pesaban, pero su seguridad era lo mas importante para Tsukishima.

Un dios sin dinero, y con siete niños...era algo difícil de creer pero de todas maneras el rubio paso casa por casa buscando asilo por una noche para los pequeños, pero nadie quería ayudar...caminó sin lograr nada, la pequeña Nana se quedo mirando un puesto de comida...era obvio ellos debían tener hambre, en ese momento Tsukishima odio ser un dios sin dinero.

-¿Dónde dormiremos si nadie nos quiere ayudar?-Saku observó a Tsukishima preocupado

-No lo sé...será peligroso si volvemos a casa...

-Disculpa...

El rubio se giró y se encontró con un joven de cabello negro quien los estaba observando algo preocupado

-Lamento escuchar su conversación, pero al parecer necesitan ayuda-sonrió

-Algo así...necesitamos alojamiento por una noche...no podemos volver a casa...o mejor dicho no puedo permitir que estos niños regresen a casa

-Te puedes quedar en mi casa...digo, no soy un tipo malo, es solo que soy profesor de primaria y no puedo evitar ayudar a los niños...soy Sawamura Daichi-le extendió la mano

-Eres muy amable...-le estrechó la mano-...soy Tsukishima Kei

Luego de una pequeña conversación, caminaron en dirección a la casa de Sawamura, los niños estaban contentos...y Tsukishima sentía que al menos algo salía bien.

Daichi les dijo que esperaran mientras les preparaba la cena, Tsukishima no se ofreció ayudar ya que en la cocina no era nada bueno y las cosas terminaban explotando...¿Explotando? El rubio se extraño con aquella sensación ¿Cómo sabía que era malo en la cocina? ¿Había estado en la cocina de algún humano?...pero por más que se concentró le fue imposible recordar algo así...pensó que tal vez fue algo sin importancia.

-Entonces veamos...Tu eres Tora-kun, Saku-kun, Sora-chan...Orion-kun, Rin-kun, Shouta-kun...y Nana-chan

-Sawamura-san recordó todos nuestros nombres-se impresionó Tora

Pero el joven peli negro observaba aquella pequeña de cabello plateado quien sonreía junto a los demás, la diosa se dio cuenta y le pregunto si ocurría algo, pero el solo sonrió amablemente.

-Nana-chan es un lindo nombre...-Orion corría por alrededor persiguiendo a Sora y ambos cayeron encima de Daichi, se disculparon y continuaron jugando-...si yo tuviera una hija...le pondría Nana sin dudarlo

-¿Tienes hijos?-Tsukishima se interesó sobre lo que había dicho

-No...dije si tuviera...aunque estoy saliendo con alguien, no hemos pensado en tener un bebe por ahora

Por un momento Tsukishima pensó que se había encontrado con el protegido de Suga ya que al parecer había recordado algo con respecto a Nana, pero no fue más que una confusión, sería demasiado simple encontrarlos tan rápido...él solo estaba ansioso.

Antes de despedirse y agradecer a Daichi su amabilidad, Tsukishima anotó en un papel la dirección de aquel amable hombre, quien le dijo que si volvían a necesitar algo que no dudaran en buscarlo, pero el rubio no podía decirle que necesitaba ayuda para buscar a personas que no recordaba eso era demasiado absurdo...así que solo se marchó.

Llegaron hasta un parque para crear un plan de búsqueda, pero los niños solo dedicaron a jugar, Tsukishima lo entendía...así que se sentó en una banca y comenzó a pensar en cómo el poder de Saku los podría ayudar, y como los poderes de los demás podrían apoyar con cualquier ayuda durante la búsqueda.

.................................................

Mi querido Dios 2: Lazos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora