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Tsukishima dormía plácidamente...pero la cama se sentía fría...se giró y se encontró con Orion...pero Yamaguchi no estaba, ¿A dónde había ido? Con cuidado se levantó y salió de la habitación, en cierta forma le preocupaba el pecoso.

Habían pasado unas tres semanas desde que se conocieron y les brindo asilo, el pecoso era una buena persona...y Tsukishima se sentía responsable sobre los problemas que le estaba dando, pero la búsqueda de los protegidos no avanzaba para nada...

Lo encontró sentado en el sillón, con un caballete encima, Yamaguchi era un estudiante de artes que estaba de vacaciones, era obvio que lo encontrara pintando.

-¿No puedes dormir?-el rubio se acercó

-Algo así...últimamente he tenido muchas ganas de pintar, la inspiración llega sola-dejó el pincel

-Eso es bueno ¿No?-se sentó a su lado

-Creo que los niños me animan...verlos tan alegres me llena de vida y solo quiero retratar aquellas lindas sonrisas...aunque me gustaría que encontraran pronto a sus padres...y que tu encuentres lo que buscas...digo sobre el padre de Orion-chan

-Si...-suspiró, la expresión del rubio se llenó de nostalgia

-¿Heee?...no pongas esa cara, mejor cambiemos de tema...siempre he querido preguntar....¿Que son esas luces de colores que te rodean cuando duermes?

-¿Las viste?...bueno tarde o temprano te darías cuanta-se cruzó de brazos

-Bueno...si duermes conmigo...era obvio que viera algo como eso ¿No?

-Soy un dios

-¿Un dios?...-el pecoso carcajeo suavemente para no despertar a los niños-...eso explica muchas cosas Tsukki

-¿Tsukki?...¿Me llamaste Tsukki?

-¡Lo siento!...lo siento...yo...-Yamaguchi revolvió su cabello nervioso-...de la nada se me vino a la cabeza..."Tsukki"...lo lamento...

-N-No te preocupes...puedes usarlo para referirte a mi si quieres...creo que es mejor ir a dormir

El corazón de Tsukishima latía fuertemente, Yamaguchi estaba a su lado... ¿Podría ser que él era al que estaba buscando?...no, sentía un sentimiento diferente...entonces ¿Qué es lo que era?

Yamaguchi ayudaba a Orion a vestirse, había amanecido y otro día de búsqueda les quedaba por delante, el rubio no estaba en la cama, se preocupó, quizás había hecho algo que no debía...tal vez no era buena idea llamarlo "Tsukki" después de todo.

-Yamaguchi-san...-Orion lo miró

-Puedes decirme Tadashi-le dedicó una hermosa sonrisa

-¿Por qué usted siempre esta solo?... ¿Y sus padres, amigos...?

-Mis padres me abandonaron cuando era pequeño, vivía con una tía y mis vacaciones las pasaba con mi abuela que vivía en las montañas-le abrochó los botones de la pequeña camisa-...no suelo llevarme bien con la gente, solo tengo un amigo...Kageyama, es un buen tipo

-¿Por qué no se lleva bien con los demás?...usted es muy amable

-Bueno...siempre me han molestado por mis pecas, pero a mi abuela no le disgustaban-sonrió

-¡Sus pecas son hermosas!-el pequeño le gritó con entusiasmo, el pecoso pudo sentir sin problemas la sinceridad de sus palabras

-Muchas gracias-acarició su cabeza-...yo también pienso que los lunares en tu rostro son hermosos...apuesto que tus padres te pusieron Orion por la hermosa constelación de tu mejilla

Como ya era una rutina, los dos adultos y los niños salieron a la calle, tenían que buscar personas que no conocían y aunque pareciera algo que no fuera productivo, lo hacían de todos modos, era lo único que podían hacer.

Después del mediodía tomaron un descanso en un parque para comer el obento que había preparado el pecoso, luego de eso los pequeños se fueron a jugar.

-Escuche la conversión con Orion... ¿Era cierto?...sobre lo de estar solo

-Si...no he tenido amigos porque siempre he sido molestado...inclusive ahora que estoy grande los matones no me dejan de seguir-suspiró-...pero Kageyama es buena persona, y uno de los matones se me declaró, fue un poco antes de conocerlos...últimamente me han estado pasando cosas buenas, pero aun así...siento que olvido algo importante

Tsukishima observaba el rostro lleno de nostalgia de aquel amable chico, quería ayudarlo...pero siquiera él podía encontrar a la persona que amaba. Alzo su mano para acariciar el cabello de Yamaguchi, pero fue detenido.

-No seas tan gentil...seria un verdadero problema si haces que me enamoré de ti-sonrió

-¿Por qué?

-Tu estas buscando a tu persona amada, y cuando la encuentres desaparecerás de mi vida ¿No?

-¿Y qué pasa si no lo encuentro?-el rubio desvió su mirada hacia el cielo

-Lo harás...estas tan enamorado que estoy seguro que tarde o temprano se encontraran...me da un poco de celos...me gustaría tener una persona que me ame tanto como tu amas

El pecoso regreso a casa con los pequeños ya que se había oscurecido, pero el rubio decidió seguir caminando para buscar, no quería perder las esperanzas. Pasó por una pequeña tienda, en donde había un cuadro...se quedó observando aquel trozo de lienzo y un extraño sentimiento llenó todo su interior... ¿Por qué ese cuadro se le hacía tan familiar?...¿sería porque en el estaba dibujada una enorme luna?...

Abrió la puerta de la casa, el ambiente estaba bastante animado, Yamaguchi estaba sentado y las chicas estaban arreglando su cabello, el rubio sonrió al ver aquella adorable escena.

-¿Qué sucede aquí?

-Estamos haciendo que Yama-chan se vea hermoso-Nana alzó el cepillo de cabello

-No es necesario, el ya lo es...-las miradas de los adultos se encontraron, los niños no se dieron cuenta del peso de aquellas palabras-...¿Y-Y bien?...¿A qué juegan entonces?

-Yama-chan tiene una cita-sonrió Nana

-¡No es una cita!-el pecoso se puso nervioso

-Si una chica te llama para cenar, claramente es una cita-Saku se unió en la conversación

-Niños no hablen cosas que no son, ella solo quiere pasar el rato-suspiró cansado

-Saku es el hijo de Cupido,  él sabe sobre cosas del amor-Tora le entregó su chaqueta-así que Yama-chan solo admite que es una cita y ya

-Bien ustedes mandan...es una cita con una chica de la universidad-sonrió-bien, ya es hora de ir

Tuskishima lo acompaño hasta la puerta, no sabia que decir...en cierta forma quería disculparse por lo que había dicho, pero no fue algo malo ¿No?

-No llegaré tarde...trata de no usar el microondas-sonrío

-¿Por qué lo dices?

-Creo que los dioses no van con la tecnología...

-Sabes...siento que no deberías ir...digo, tal vez esa chica lastime tus sentimientos, o quizás...no lo se...podrías quedarte aquí con los niños-desvió la mirada

-Tsukki...no lo hagas...el único que saldrá lastimado seria yo, por Orion...por favor no lo hagas...cuida a los niños ¿Si?

-No estoy haciendo nada...es solo...que...-desvió la mirada mientras veía que el pecoso se alejaba-...no se que rayos me pasa contigo Yamaguchi...

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Mi querido Dios 2: Lazos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora