Alleyways

Capítulo XVII

Hoy era el día.

No había podido dormir en toda la noche. Tenía unas ganas de que llegará esa tarde, pero llegó y yo seguía igual de nerviosa.

¿Por qué estaba tan emocionada? Era Derek por Dios.

Pero por qué acepte a quedar con él. Le odio. Mucho.

Joder intentó matarme.

No iba a ir.

Como ya estaba vestida para salir, me volví a poner mi cómodo pijama. Me tumbé en la cama de costado y me quedé mirando por la ventana.

Las horas pasaban y ni si quiera había avisado a Derek de que no iría.

__Pobrecillo le he dejado plantado.__ Dije con remordimientos

No. No. Pobrecillo no. ¡Intentó matarme! Que se joda.

Un mensaje interfirió en mis pensamientos sobre el oji verde.

"Ven. " Me llegó del mismísimo chico en el que estaba pensando.

Pero yo seguí con lo que estaba haciendo, en realidad, lo que no estaba haciendo. Otro mensaje se volvió a escuchar.

"Ven ya. " Exigió.

¿Quién se creía que era para hablarme así? Sólo por eso no iría.

Me metí en la cama y me tapé entera con la colcha. Estaba comenzando a llover, menos mal que no había salido.

Me estaba quedando dormida, pero un molesto ruido me despertó.

El timbre.

Me puse las zapatillas de estar por casa y bajé por las escaleras con fastidio. Abrí la puerta sin esperarme a un no-invitado Derek.

--¿Qué? --Dije con molestia.

--Como no pasaste por el parque, decidí venir a verte. --Dijo mientras abría la puerta que yo sujetaba y entraba.

--Entra, tranquilo, tienes permiso. --Ironicé.

Se sentó en el sofá como si fuera el suyo y encendió la televisión. Un canal de cocina salía en la pantalla, pero ajeno a esto Derek me miraba.

--¿Qué? --Repetí de nuevo.

--Sientate conmigo. --Dijo dando unas palmaditas a su lado izquierdo.

--No. --Contesté tajante. --¿Qué haces aquí? --Pregunté mientras él se levantaba del sofá y se acercaba a mí.

--Quería verte. --Dijo tranquilamente.

--Que bonito. --Me salió sinceramente. Espera... ¿Sinceramente? Yo no quería decir eso.

--Como tú. --Me alagó.

--Bueno tú no te quedas corto. --Le devolví el alago con una sonrisa.

Comencé a ponerme nerviosa, no era yo quien contestaba. Bueno si era yo pero no quería decir eso, era como que me obligaban sin yo poder hacer nada...

Derek dió unos pasos hacia mí hasta que no hubo ni un par de centímetros de separación entre ambos. Lo tenía tan cerca que notaba su respiración en mi cara. Yo me intentaba alejarlo pero algo no me dejaba.

De repente mis ojos se cerraron y noté la presión de unos labios en los míos, mi cuerpo reaccionó y siguió con el movimiento que estos hacían.

Pero mi mente chillaba. Gritaba por dentro. Yo no quería que me besara. Es más no quería ni que estuviera en mi casa, ni que me hablara, mirara o lo que sea que tenga que ver conmigo. Pero no podía evitarlo.