Capítulo XX

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No me pensaba rendir. Tenía que pensar algo. Algo bueno de verdad. Algo tan fuerte que viniese. Viniese a rescatarme.

¿Pero qué tenía que hacer?

¿Y si no venía? ¿Y si me ponía en peligro de verdad y no venía? ¿Qué pasaría entonces?

No le importaba. ¿O si?

¿Le importaba de verdad?

Claro que sí. Si no, no me hubiese salvado de Derek aquella noche. ¿Pero por qué no vino cuando el encapuchado?

Derek.

Claro, ahí tenía la respuesta. Sabía que no se llevaban bien, Derek con su superioridad y Nathan... Bueno Nathan era un arrogante. Pero un arrogante sexi.

No espera no he dicho eso. Era un arrogante y punto.

Tenía que pensar algo que de verdad le molestase, algo realmente bueno. Además Nathan me dijo que me controlaba ¿No? Si tanto me controla vería venir esto.

O no.

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¿De verdad pensaba hacer esto?

Estaba loca. Realmente lo estaba.

Llegué a su casa. Sabía que estaba allí. Google sabe todo de todos, así que aproveché esa herramienta para saber como llegar.

Me quedé en la puerta respirando profundamente unas cuantas veces y volviendo a repasar el plan por quinta vez en la última media hora. Era bastante sencillo en realidad, pero nada podía salir mal. Al menos no si no quería salir herida, o peor.

Piqué al timbre dos veces y mientras esperaba me alisaba con las manos el vestido azul marino que llevaba. Era bonito, aún que demasiado llamativo para mí. Era exagerado, pero necesario para el plan.

Derek abrió la puerta con cara somnolienta. ¿Pero a qué hora dormía este chico? Apenas eran las nueve de la noche.

--¿Laura? --Dijo frunciendo el ceño con asombro.

--La misma. --Hablé mientras entraba sin permiso a su casa.

--¿Qué haces aquí? --Dijo llegando a mi lado y mirándome de arriba a abajo con descaro. Funcionaba.

--Lo mismo que tú. --Contesté sonriendo con malicia.

--¿Cómo sabes dónde vivo? --Preguntó extrañado.

--Igual que tú sabes donde vivo yo. --Contesté guiñando un ojo.

Nos sentamos en el sofá negro mate que había en su comedor. Sinceramente su casa era bastante bonita, no me la imaginaba así. Tenía un gran salón con paredes color crema y un pasillo que supuse que daba a las habitaciones.

--Bonita casa. --Le dije parándome en cada detalle que resaltaba de ésta.

--Gracias. --Dijo educadamente. ¿Derek educado? ¿Pero qué? --Pero supongo que no estarás aquí sólo para mirar mi casa ¿No? --Sonrió con su característica sonrisa.

--Acertaste. --Le devolví la sonrisa lobuna. Me gustaba sentirme así, aún que no era yo, sólo actuaba. Pero era divertido.

--Así que... --Se acercó a mí.

--Así que... --Le imité.

--¿Por qué estás aquí? --Preguntó mirando mis labios. Ya casi estaba.

--¿Por qué no podría estar aquí? --Le respondí con la misma sonrisa de antes.

--Puedes venir cuando quieras. --Me dijo apoyando su mano en mi muslo izquierdo.

--Eso haré. --Contesté con un guiño.

Después de eso, Derek puso sus manos en mi cintura y comenzó a besarme. Le respondí en contra de mi voluntad y me quedé con los ojos abiertos, observando.

¿Dónde estaba?

Para estar más cómodos me cogió y me sentó en su regazo. Profundizando el beso.

¿Cuándo pensaba llegar? No podía aguantar mucho más con ese teatro.

Me aparté un momento para ver mejor mi al rededor. ¿Por qué tardaba tanto?

--¿Qué pasa? --Dijo Derek.

--Oh nada. Sólo me canso en esta posición. --Mentí.

--¿Vamos arriba? --Preguntó sonriente.

--Sí claro, vamos. --Contesté levantándome de encima suyo.

__¿Dónde me he metido?__ Me pregunté a mi misma.

Subimos las escaleras en silencio, él rápidamente y yo lentamente para hacer tiempo. Llegamos a una habitación que al contrario del salón, era mucho más oscura y tenebrosa. No me gustaba, pero necesitaba tiempo.

--Que bonita. --Mentí.

--Gracias. Ven. --Dijo señalando a la cama.

--Oh estoy bien aquí. --Sonreí incómoda en medio de la habitación. 

--No seas tímida cariño. --Dijo cogiéndome del brazo y sentándome a su lado.

Nada más sentarme y ya lo tenía encima de nuevo. ¿Cómo me deshacía de esto ahora?
Siempre me tenía que meter en líos difíciles de salir. Pero no podía abandonar el plan ahora, no tan cerca.

En cuanto comenzó a desabrocharme el vestido supe que no podía hacerlo. Sólo por la verdad, sólo por él.

No. Los valores que me había enseñado desde pequeña mi madre no me lo permitían.

--Tengo que ir al baño. --Dije parándole.

--Ves al pasillo y a la derecha. --Me instruyó mientras yo asentía con la cabeza.

Abrí la puerta y puse el pestillo.

__¿Qué hago ahora? __Me pregunté.

__¿Y si me voy...?__ Comencé a decir. __No, no me podía ir así como así. Pero la ventana del baño... __Miré hacia ésta y vi que demasiados metros me separaban del suelo.

__No es opción. __ Confirmé.

__Él sabe lo que haces, que lo haces para que venga. Por eso no viene. __Razoné. Tenía que hacer algo inesperado. Algo que tuviese que venir sí o sí si le importaba.

Aún que arriesgaba demasiado. Pero necesitaba confiar. Confiar en lo desconocido.

Busqué por los cajones del armario intentando ver alguna solución a este asunto que yo sola me había metido. Y aquí estaba.

Mi vía de escape.

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Cortito pero dentro de un rato subiré otro don't worry...

Cuál será la vía de escape? A ver Laura la que vas a liar.

Lo más importante
... PORQUE NO APARECE NATHAN YA??

me relajo

Adioooos

--Wxnder XX









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