Capítulo XXV

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¿Me podía fiar de Derek? ¿Tenía que confiar en Nathan? ¿Y qué pasaba con el encapuchado?

Ahora me acordaba de la conversación.

3 días antes

No.

No.

No podía ser real.

No tenía que ser real.

¿Quién se creía que era?

¿Le tenía que tratar bien ahora que ya sabía quién era?

Encima... Con los sustos que me ha dado.

Aún que bueno... Le había hecho daño, no podía ser mala con él. ¿No?

¿O sí?

El causante de mis dudas no era más que un rubio ya conocido.

--¿Eric qué mierda estás haciendo? -- Le pregunté ayudándole a levantarse. Gracias a dios había parado de sangrar, sólo había sido una pequeña herida.

--Laura yo... No quería de verdad... --Intentó disculparse. --No quería hacerte daño ni nada. Me obligaron. --Me miró esperando que dijera algo para hacerle sentir mejor.

--¿Quién? --Pregunté aún sabiendo la respuesta.

--No puedo decirlo... --Miró hacia el suelo.

--Eric. ¿Quién? --Le repetí con brusquedad.

--Laura tú no lo entiendes... Él.. Él es peligroso... --Dijo susurrando para que nadie se enterara.

--Sólo dime el nombre. --Le exigí.

--Yo... Me pondría en peligro. Y a ti también. --Contestó.

--Si no me dices quién es no podré protegerme. Ni a ti tampoco. --Argumenté.

--No le digas nada sobre mí. --Con su cara de miedo supe que no era cualquier tontería.

--Sólo dime. --Insistí. La duda me mataba por dentro.

--Nathan. --Susurró en mi oído.

Presente

Habían pasado días, días que no le veía. Y gracias adiós, que no le sentía.

¿Tenía miedo? No.

¿Por qué? No lo sabía.

¿Debía tenerlo?

No me fiaba, mi subsconciente me decía que era tonta por confiar en él. ¿Pero qué más podía hacer? Era él. Era él con esos ojos, ese pelo, ese carácter... Simplemente era él. Y no podía evitar confiar, aún que fuese en lo desconocido. Era la clase de persona que no confiaba en nadie más que en mí misma, pero en este caso, en este caso todo era diferente. Y no me gustaba, de verdad que no.

Después de la conversación con Derek, más dudas surgían en mi mente. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? ¿Acaso me podía fiar de las palabras del oji verde? ¿A quién tenía que creer?

Debía olvidar. Debía apartarme. Debía simplemente alejarme de él. De ellos.

¿Pero cómo se huía de la persona que te protegía y de la persona que te quería hacer daño?

¿Y sin saber cuál es cuál?

***********************************************

Mi habitación estaba tranquila. Todo lo que tranquila que podía estar con una Laura de por medio intentando limpiarla para calmar su ansiedad. No tenía nada que hacer y cuando eso ocurría pensaba, y no quería pensar porque sabía lo que sucedería.

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