Con las lágrimas cayendo por mi rostro, nublándome la vista, sujeté a Eddie con fuerza, abrazándolo y balanceándolo, intentando despertarle de su mortal sueño.
Escuché los gritos a mi alrededor; Jesús corriendo hacia mí, iba diciendo algo que no pude entender por culpa de mi estado de shock.
-¡Eddie!- Jesús se arrodilló a su lado, a la vez que su llanto se convertía en el desgarrador aullido de un lobo al que le habían roto el corazón en pedazos al quitarle lo que más quería en el mundo.
La batalla paró por un instante al escuchar el ensordecedor aullido del hombre lobo. El resto de la manada se giró hacia nuestra posición y lanzaron un aullido triste, mientras que a algunos se les caían las lágrima, al saber que el más pequeño, el más sonriente y uno de los más queridos de la manada, se había ido, para siempre.
Aprovechando aquel minuto que nos tomamos para llorar la muerte de nuestro hermano, los vampiros lanzaron una ofensiva que nos cogió completamente por sorpresa, pero tuvimos una reacción rápida y contraatacamos sin piedad.
Jesús, con la rabia acumulada por la muerte de su hermano, se avalanzó sobre Nicole, intentando morder su garganta, pero ella era más rápida, más fuerte y tenía más experiencia que él, por lo que lo cogí y lo empujé hacia atrás, protegiéndole de la vampira; no quería que le pasara lo mismo que a Eddie.
Sara se avalanzó sobre Nicole sujetando una lanza de madera, la mujer le mordió el brazo y le clavó un cuchillo en la pierna. Mi hermana chilló del dolor y cayó al suelo. Iba a acercarme ella para ayudarle, pero un cuchillo se clavó en mi espalda. Miré a Nicole, pero no estaba, se encontraba justo detrás mía, empuñando el arma que tenía clavada en la espalda.
Noté como la parte de la herida me ardía, y ese ardor se iba extendiendo por el resto del cuerpo.
Víctor se acercó a mí corriendo y susurró algo, que no logré escuchar, lo único que podía oir era el latido de mi corazón bombeando la sangre por mis venas.
-¡Alex! ¡Mírame!- El chico me cogía la cara con sus manos e intentaba hacerme reaccionar.
-¡Transfórmate! ¡Eso puede ayudarte a curar la herida!- Su voz sonaba lejos de mí.
¿Cómo iba a transformarme? No sabía hacerlo.
Víctor se dió cuenta de que no iba a ser capaz cuando le miré asustada. Sus ojos se volvieron rojos, sus garras crecieron y rápidamente se convirtió en el lobo más grande que había visto. Su tono gris convinado con sus ojos rojo sangre y su enorme tamaño, le hacían parecer más temible. Gruñó y me atacó.
"El dolor te ayuda a transformarte" La voz de Víctor sonó en mi cabeza, aconsejándome.
El cuerpo entero me dolía, pero noté como llegaba la transformación; lenta por mi poca experiencia, pero a la vez indolora.Había olores por todas partes. Miedo, dolor, angustia. Sangre. Sangre por todos lados. Me dolía el lomo, y noté se resbalaba la sangre por mi cuerpo a la vez como se curaba poco a poco. No recordaba haberme hecho ninguna herida.
Un lobo grande y gris se acercó a mí, sus ojos eran rojos y su mirada no me daba buenas sensaciones. Le gruñí para que se apartase, pero no lo hizo. "Alex, soy yo". Me habló, pero su boca no se movía. Había entrado en mi cabeza y yo quería que saliera de ella. Gruñí de nuevo, pero siguió sin alejarse.
El lobo negro de la otra vez se acercó corriendo, furioso, parecía que quería atacarme, pero en vez de eso saltó por encima y se avalanzó sobre la mujer rubia de la cocina.
Pelearon, y se metió una chica morena a ayudar al lobo. Mientras peleaban, me fijé en que en el suelo había un chico, caminé hacia él y me agaché a olisquearlo. Estaba muerto. Era el chico joven del otro día, al que protegí en la cocina.
Un sentimiento de vacío creció en mi interior, pero no sabía que era con exactitud ni por qué, nunca antes lo había sentido.
Escuche un gritó, la chica morena se encontraba tirada en el suelo, tenía la ropa rasgada y sangraba por todas partes. La mujer rubia la observaba enloquecida a la vez que sus grandes colmillos gritaban con ganas por una suculenta comida llena de sangre.
El lobo gris apareció de la nada y de un bocado le arrancó la cabeza a la mujer. La despedazó con rapidez a la vez que lanzaba pequeños gruñidos llenos de agresividad.
Mi cuerpo cambiaba. Estaba cansada.Observé como el campo de batalla se paralizaba al ver como Víctor había matado a Nicole, despedazándola. Aunque yo no recordaba haber visto como ocurría.
Todos los vampiros se desplegaron y nos quedamos sólo los de la manada, acompañados del sangriento escenario que había quedado tras la batalla.
Mi padre y Víctor, se convirtieron de nuevo en humanos y se acercaron el uno al otro.
-Encantado. Gracias por ayudarnos... y por salvar a mi hija de... ya sabes...
-Ha sido...- Mi padre le interrumpió y le dio un abrazo, al que Víctor respondió con una sonrisa.
-Debemos irnos. Hemos sufrido algunas bajas y tenemos que honrar su muerte.
Todos se pusieron a trabajar para hacer desaparecer los cuerpos que había en el suelo y que nadie pudiera encontrarlos, enterrando a los vampiros y cogiendo a los hombres lobos para llevarlos a celebrar su despedida a la vida; pero cuando una chica se acercó al cuerpo de Eddie, Jesús lo abrazó con fuerza mientras sollozaba. No quería dejarlo ir.
Me miró, con los ojos enrojecidos y me dijo com voz temblorosa:
-Esto no habría pasado... de no ser por ti...- Se levantó con enfado y me señaló con el dedo.
-Ellos solo querían tu poder... mira lo que ha pasado por no dárselo...- Mi corazón se descompuso, yo no había querido que pasara eso. Simplemente tendría que haber aprendido a usar mis habilidades para que no le pasara nada a nadie, pero no fue eso lo que pasó. Eddie murió por mi culpa, Jesús había perdido lo único que le quedaba de su familia.
Me sentí horrible. Eddie no estaba por mi culpa.
Una lágrima cayó por mi mejilla y susurré unas palabras de perdón.
Mi padre miró a Jesús enfadado.
-Esto no ha sido culpa de nadie. Sólo del vampiro que le ha hecho eso.
-¡Simplemente la defiendes porque es tu hija!- El chico acusó a mi padre de defenderme a la vez que me mataba con los ojos, aunque en ningun momento, pudo levantar la cabeza cuando discutió con mi padre, el cual señaló a Víctor que nos llevara a mi hermana y a mí fuera de aquel lugar con un ligero movimiento.
Justo antes de irnos, me miró a los ojos y pensó: "Si puedes escucharme... No te preocupes, se le pasará. Y lo más importante, esto no es culpa tuya".
Y así, con el corazón encogido por las palabras de Jesús y poco reconfortada por el consejo de mi padre, me fui a casa, pensando que todo había terminado.

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HÍBRIDO
WerewolfAlex tiene 16 años, es una chica extrovertida y amable, estudiosa y con una familia que quiere y respeta. Un día, un vampiro la convierte en uno de ellos, sin saber que tiene sangre de hombre lobo. Es convertida en híbrido, un ser que antiguament...