CAPITULO 4

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No sé cuánto tiempo pasé inconsciente, pero cuando desperté, el dolor que sentía era indescriptible, el corazón me latía a mil por hora, sentía que se me salía del pecho. Grité, como nunca antes lo había hecho. Pensé que moría. Vomité y noté cómo la garganta me ardía.
-¡Laura, Alex está despierta! ¡rápido! ¡está vomitando sangre!
Laura vino corriendo hacia mí, me quitó el pelo de la cara y dijo -No está funcionando, tiene que alimentarse.
-Ninguno de los que hay en esta casa somos humanos... tú eres bruja, yo soy hombre lobo, y mi mujer y mi hija son cazadoras.
-Bueno, los híbridos no sólo se alimentan de humanos... También pueden alimentarse de seres sobrenaturales, aunque no suelen hacerlo de hombres lobos, pues casi siempre nacen así.
-¿Entonces? ¿Le digo a mi mujer que le dé sangre?
-No, tiene que ser sangre de vampiro, es lo que más fuerzas le va a dar.
-No conozco a ningún vampiro que vaya a ofrecerse a salvar a mi hija.
-Tomás, hay que alimentarla rápido o puede morir. ¡Ya!
Noté como mi padre corría y se iba de la casa, mientras que mi dolor cada vez iba a más, la cabeza parecía que me iba a estallar, las arcadas eran más grandes. Vomité otra vez.

No sé cuanto tiempo pasó hasta que mi padre volvió, traía a un chico de unos veinte años, era pálido, alto y parecía que venía de una pelea, tenía la camiseta rasgada y una herida en el brazo que sangraba bastante; mi padre, al lado suya, tenía una pequeña herida en el cuello, pero parecía que se curaba con rapidez.

Un olor conocido pero a la vez diferente, vino a mí. Sangre. Olía como el manjar más sabroso que se haya probado jamás, mi boca se hacía agua, no podía controlar la sed de sangre que emanaba dentro de mí. El dolor pareció desaparecer por un segundo.
El chico me miró, por un momento creí que estaba asustado, hizo un movimiento que dió a entender que quería escapar, pero mi padre fue más rápido, sus uñas crecieron, pasando a ser garras y arañó al muchacho en el cuello, eso bastó para que mi sed incrementara, hasta tal punto que me avalancé sobre el cuello del chico; mis colmillos crecieron rápidamente, acto seguido, le mordí, tomando la sangre que había en su cuerpo. Lo más sabroso que había probado nunca.
Me aparté de él en cuanto sentí que la sed estaba totalmente saciada.
Mi padre me miró preocupado y dijo:
-Alex ¿Cómo te encuentras?
-Bien, supongo- Contesté, mirando el cuerpo del chico que yacía muerto, en el suelo.
-No te preocupes por él. Era un vampiro, no hay muchos que sean buenos en esta época.- Comentó mi padre.
-¿Soy uno de ellos?
Laura comenzó a hablar:
-No, eres un híbrido, lobo de nacimiento, vampiro original creado.
-Mmm, ¿y tú qué eres?
-Te lo explicaré todo con detalle.

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