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Una semana.

Una semana ya paso desde todo lo del hotel. Yo no se si es cosa mía o me evita de una forma incontrolada.

Solo dice que le lleve su café, pero no tenemos pasión.

Gracias a eso me he podido centrar en mi hermano y en Marina, con la cual, me encontraba hablando.

—¿Y por qué no le preguntas lo que le pasa?—dijo mientras removía su café.

—¿Estas loca?—susurre—¿como le voy a preguntar a MI jefe por qué no follamos?

Esta río conpulsivamente mientras yo la mataba con la mirada.

—Cariño, es mi hermanastro, lo conozco, no le quiero, pero lo conozco, se lo puedo preguntar yo...

—¡NO!

Chille, lo que hizo llamar la atención de todos, y de una persona en especial, muy alto, que sonreía al ver que me levante para decirle a Marina un rotundo "no". Me puse nerviosa cuando se acerco a mi lentamente. Maldito Rubén.

—Señoritas, ¿que tal están el día de hoy?—dijo sentándose a mi lado y me dio un beso en la mejilla.

—Bien, hasta que llegastes tu—dijo Marina

—Sois iguales—dije y le di un sorbo a el café, ellos empezaron a reír.

—Yo soy mas maduró que ella.

—No, yo soy mas madure que él.

—¿Y por que no lo dejamos en que soy yo mas madura que vosotros dos, eh?—me miraron furioso y reí, al igual que ellos.

—Bueno, creo que me voy a la oficina, te vienes ___?— me pregunto Marina

—Supon...

—No—me corto Rubén—se quedara conmigo haciendo un trabajo—sonrio pervertidamente.

—Pues supongo que no...











Llegamos a su casa, la primera vez que estaba en su casa, era grande, bonita y sofisticada, realmente una obra arquitectónica.

Empecé a tener nausias sin saber muy bien por qué, y le dije si podía usar el baño. El asintió y fuy corriendo.

¿Por qué vomitaba? Hoy era día dos de agosto, me tendría que venir la regla, no vomitar... Oh mierda.

—¡Rubén!—grite sin saber muy bien lo que hacía.

—¿Que pasa?—dijo neutral pero con miedo en sus ojos.

—No me vino la regla... ¿Usamos condón?

—No querida—dijo tranquilo.

—¿¡Como puedes estar tranquilo?!

Se acerco a mi frotando su nariz con la mía.

—Tengo mucho dinero, no te preocupes.

Me enfade demasiado, y me fui de allí, no sin antes darle su merecido. Bofetada a mano abierta.









Prometí que sería largo? Si, pero no quería, pero bo quiero contar todo el salseo.
Bye.

...|rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora